
El otoño tiñe de ocres, dorados y rojizos los pinares, hoces y sierras de Segovia, convirtiendo la provincia en uno de los mejores destinos para disfrutar del senderismo en esta estación. Con temperaturas suaves y paisajes espectaculares, el campo segoviano invita a calzarse las botas y perderse por caminos donde la naturaleza y la historia caminan de la mano. Estas son algunas de las rutas más recomendables para vivir el otoño en la provincia de Segovia.
Seis rutas en la provincia de Segovia ideales para el otoño
Hoces del Duratón: el clásico que nunca falla
El Parque Natural de las Hoces del Río Duratón, en el entorno de Sepúlveda, es un imprescindible para cualquier amante del senderismo. El recorrido que parte desde el puente de Talcano y asciende hasta la ermita de San Frutos ofrece miradores espectaculares sobre los meandros del río y la posibilidad de observar el majestuoso vuelo de los buitres leonados. En otoño, el contraste entre la roca caliza y la vegetación rojiza y dorada convierte el paisaje en un lienzo natural.

Hoces del Riaza: entre historias, paisaje y buitres
El otoño despliega en el nordeste segoviano un particular encanto. El Parque Natural de las Hoces del Río Riaza se tiñe en esta época del año de ocres, dorados y anaranjados, con toques de verdor, combinados con las areniscas y calizas de este icónico entorno. Al poco de comenzar la ruta, el paisaje ya te regala una imagen para el recuerdo: el imponente viaducto de la antigua línea ferroviaria Madrid–Burgos, uniendo las paredes de las hoces. La obra de ingeniería, enmarcada por el colorido otoñal, ofrecía un contraste perfecto entre la mano del hombre y el arte natural del paisaje. Es una de las imágenes más destacadas y reconocidas de la zona.
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Durante el recorrido es imposible no detenerse a contemplar el vuelo majestuoso de los buitres. Algunos planeaban ya sobre las corrientes térmicas; otros aguardaban, inmóviles, a que el sol templara el aire. Estas aves son el emblema indiscutible del parque, que alberga una de las mayores colonias de buitre leonado de España, con más de 750 parejas censadas en 2024, gracias a la labor del Refugio de las Hoces del Riaza.

El Hayedo de la Pedrosa: no es Japón, es Segovia
Sin duda, es una de las rutas más destacadas para vivir el otoño en la provincia de Segovia. Si alguna vez soñaste con el famoso momiji (紅葉) japonés, ese espectáculo donde los arces se tiñen de rojos y naranjas intensos, y los ginkgos de un amarillo vibrante, no necesitas cruzar medio mundo. En Segovia, te espera un fenómeno igualmente mágico. El Hayedo de La Pedrosa, un bosque de hayas centenarias en el Parque Natural de la Sierra Norte de Guadarrama, se transforma cada otoño en una explosión de colores que rivaliza con cualquier postal nipona. Es un auténtico tesoro natural, donde las hojas de las hayas adoptan tonalidades que van desde el verde esmeralda al dorado, pasando por ocres, cobres y rojizos profundos.
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La senda de los Molinos: un paseo por la Segovia menos concurrida
Puede que sea una de las sendas más emblemáticas de la ciudad, pero es una opción ideal para recorrer la capital sin aglomeraciones y acompañado de naturaleza. Esta agradable ruta conecta los barrios de San Lorenzo y San Marcos, invitando al visitante a descubrir antiguos molinos, batanes y fábricas que durante siglos aprovecharon la fuerza del agua. Es un paseo que aúna la belleza otoñal con la geología y la historia industrial a orillas del río Eresma.

Ruta por el Valle del Eresma y los bosques de Valsaín
A los pies de la Sierra de Guadarrama, los bosques de Valsaín son probablemente uno de los lugares más bellos para disfrutar del otoño segoviano. Senderos como el que conecta La Granja de San Ildefonso con el Cerro del Puerco o la Senda de la Boca del Asno permiten adentrarse entre pinos silvestres y arroyos cristalinos. Es también un entorno ideal para la observación de fauna, con ciervos, corzos y aves forestales como protagonistas.
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Camino de los Neveros: historia y naturaleza
Esta ruta, de mayor dificultad, une La Granja de San Ildefonso con la localidad de Rascafría (Madrid) atravesando el Puerto de los Neveros. Durante siglos, este camino fue utilizado para transportar el hielo de las cumbres hasta la capital. Hoy, el senderista puede seguir sus huellas por un entorno de montaña espectacular, con panorámicas del valle del Lozoya y la vertiente segoviana del Guadarrama. Conviene ir bien equipado y consultar la meteorología antes de iniciar la marcha.









