Segovia recupera un tramo de la muralla de 350 metros de longitud, el más próximo al Hospital de la Misericordia, tras una inversión de 1,1 millones.
Tras 19 meses de obras y la citada inversión, la ciudad de Segovia ha recuperado un tramo de unos 350 metros de la Muralla Medieval, desde la Puerta de San Cebrián hasta el muro norte que cierra la propiedad del antiguo Hospital de la Misericordia.
La obra ha tenido un coste de ejecución de 1.124.373, 52 euros, financiados en un 75% gracias a una subvención del programa del 1,5% Cultural del Ministerio de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana para la conservación del patrimonio arquitectónico. La aportación ministerial ha ascendido a 843.280,14 euros. Por su parte, el Ayuntamiento ha destinado a esta intervención la 281.093,38 euros, es decir, el 25 % de la cuantía total de los trabajos.
Mirador del Valle del Eresma
La restauración permite hacer practicable el adarve en toda la longitud para la visita turística y como mirador del Valle del Eresma.
Además, gracias a estas obras, se han mejorado las condiciones de mantenimiento y accesos de trabajo para la conservación preventiva desde la base de los muros. No puede olvidarse que la zona presentaba unas condiciones topográficas muy irregulares, lo que ha dado mayor complejidad a la obra. El desnivel medio, desde el pie de Muralla hasta el paseo de Santo Domingo de Guzmán, es de 20 metros.
Muralla singular de traza medieval
Las Murallas de Segovia son uno de los monumentos más importantes de la ciudad de Segovia, especialmente relevante por ser la fachada del casco histórico de Segovia.
Son un ejemplo singular de traza medieval de cerca amurallada, sin perjuicio de las numerosas transformaciones que ha tenido a lo largo de sus siglos de existencia, con casi 3,5 kilómetros de longitud.
Su ubicación en lo alto de la peña caliza mejora las condiciones defensivas del recinto murado, pero también es una de sus principales debilidades constructivas, que ha ocasionado a lo largo de la historia numerosos derrumbes y problemas.
Una obra no exenta de dificultades por los problemas de acceso
El proyecto de restauración que ahora se ha culminado, y que fue redactado en su día por la arquitecta Estefanía Herrero García, partía de un diagnóstico claro: sus pésimas condiciones de conservación, al tratarse de un paño de muralla entre la torre 51 y la torre 43 (correspondiente a la Puerta de San Cebrián), que tiene una longitud de 350 metros, con 11 torres y 11 lienzos, de fábricas de mampostería. En consecuencia, y como ya se ha dicho, la primera dificultad era el acceso a los tajos. Algunos de los paños y torres estaban completamente derruidos en su hoja externa y, en consecuencia, han tenido que adoptarse medidas de restauración arquitectónica integral.
Para ello se han utilizado técnicas tradicionales como el calicanto encofrado, la mampostería, revocos y diversas técnicas de rejuntado. En este sentido, se han restaurado dos de las torres que estaban prácticamente desaparecidas. La limpieza general de los muros es otro de los capítulos de las obras, a través de proyección de agua, de abrasivos o con cepillado, dependiendo del soporte del ensuciamiento de la patología concreta.
Vegetación en la muralla
Otro de los problemas que tuvo que afrontar la intervención era la abundante vegetación que colonizaba el muro, con importantísimos ejemplares de arbolado invasivo como puede ser el ailanto que enraizaba directamente en la muralla. La extracción de los árboles y de sus raíces, de la vegetación que cubría por completo importantes partes de los muros y las actuaciones para minimizar los problemas de humedad causantes de estas patologías han constituído un importante capítulo de las obras. Además, se han rematado y consolidado los petos y partes altas de los muros para evitar la entrada de humedad superior.
La restauración de bases rocosas, para evitar la entrada de humedad en cimentación, la conservación y consolidación de esgrafiados existentes, la eliminación de añadidos negativos para la muralla y la configuración restaurativa del adarve en toda la longitud han sido otras de las actuaciones realizadas.
Además, el paso de inspección al pie de la muralla garantiza el alejamiento de la flora de la parte basal de los muros y permite el recorrido de inspección y la colocación segura de instalaciones y andamios para una correcta conservación preventiva, que se iniciará desde el momento mismo de recepción de las obras, para evitar que el deterioro avance en el futuro. Este paso de inspección se ha completado y conectado partes preexistentes entre sí.
Por último, se ha realizado un tratamiento de toda la extensión para la acogida de avifauna, dada la biodiversidad existente, fomentando el anidamiento de especies, ya que la muralla es un importante biotopo que se ha de conservar, para trasladar que las especies existentes no son dañinas respecto al patrimonio cultural. La obra ha contado con el permanente seguimiento de una arqueóloga, por un experto en avifauna y por un geólogo.
Seis millones en 17 años
Con esta intervención, desde el año 2006, el Ayuntamiento de Segovia ha invertido en este monumento del siglo XII alrededor de 6 millones de euros. Estas actuaciones se enmarcan dentro de las estrategias municipales para dar cumplimiento a los objetivos de desarrollo sostenible y a la Agenda 2030.
Próximamente, gracias a fondos europeos, se invertirá otro millón de euros para rehabilitar el entorno del Postigo del Consuelo.
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