El Monasterio de Santa María de El Parral, en Segovia, estrena la restauración del retablo mayor y los cenotafios de la iglesia, tras dos años de trabajos y una inversión de 849.153 euros. Se trata de una de las actuaciones de mayor envergadura y complejidad llevada a cabo en un bien mueble por el Instituto del Patrimonio Cultural de España (IPCE).
En concreto, la intervención comenzó en marzo de 2023 y a lo largo de dos años ha sido llevada a cabo por un equipo multidisciplinar coordinado por Patrimonio.
El Monasterio de El Parral de Segovia recupera su retablo mayor
Esta actuación se ha complementado con la reciente restauración de los paramentos y elementos ornamentales de la Capilla Mayor del monasterio, con la que se ha recuperado la bóveda del altar mayor que cubre el retablo y cenotafios, ejecutada en 2024 con una inversión de 49.000 euros. Estas restauraciones se suman a las intervenciones que el Ministerio ha acometido en el monasterio en los últimos años, como la consolidación y restauración de la totalidad de las cubiertas, que supusieron una inversión de más de dos millones de euros.
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Hasta la fecha, el Ministerio ha invertido más de 3,2 millones de euros en la ejecución de la hoja de ruta de actuaciones recomendadas y recogidas por el del Monasterio de Santa María de El Parral, promovida por el Ministerio de Cultura en 2013, y que está incluida en el Plan Nacional de Abadías, Monasterios y Conventos.
Joya del Renacimiento
El Ministro de Cultura, Ernest Urtasun, presentó la actuación y durante su visita señaló que “preservar este legado es una responsabilidad colectiva», ya que «el monasterio segoviano es uno de los mejores exponentes del arte renacentista conservados en la provincia de Segovia». El Ministerio explicó que el objetivo de la intervención ha sido garantizar la conservación del retablo y cenotafios, frenar el avance de la degradación del conjunto, lograr su estabilidad química y estructural, así como potenciar su lectura.
«Hemos impulsado en los últimos años una inversión sostenida y ambiciosa para conservar y restaurar este monumento, no solo para proteger su valor histórico y artístico, sino para ponerlo al servicio de quienes lo visitan, lo estudian o lo sienten como parte de su identidad”, dijo Urtasun.

Trabajos realizados en el retablo mayor del Monasterio de El Parral
Entre los trabajos desarrollados en el retablo mayor figuran la aspiración de la suciedad generalizada, la eliminación de añadidos, la fijación de la capa pictórica y la limpieza y reintegración de policromías. También se realizó una renovación de la bancada, en donde se han retirado las reposiciones en escayola no originales que fueron añadidas en los años 60 del siglo pasado.
Por su parte, en los cenotafios se llevó a cabo trabajos generales de limpieza junto con la eliminación de añadidos, eliminación y reposición de morteros degradados. Uno de los retos de la intervención fue la remoción de la capa de cal con color que fue aplicada a finales del siglo XVIII. Para ello, se emplearon tecnologías láser y de ultrasonido, que han permitido recuperar la belleza y la calidad de la talla en los dos monumentos funerarios.
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Los trabajos fueron realizados por dos equipos de restauradores: uno especializado en escultura de madera policromada y otro en escultura en piedra. Además, se necesitó el apoyo de profesionales de diversa índole –historiadores, arquitectos, biólogos, químicos, carpinteros y especialistas en iluminación de bienes culturales, entre otros-, para poder responder a la complejidad del proyecto.
Ambas intervenciones exigieron también un “exhaustivo” trabajo previo de documentación y estudios de imagen y de materiales, con el objetivo de analizar y caracterizar estructuras, materiales e intervenciones anteriores, y para poder determinar las técnicas de conservación y restauración a emplear.
Conjunto
El Monasterio de Santa María de El Parral, en Segovia, es un monumento del siglo XV, fundado por Enrique IV de Castilla, que tiene la peculiaridad de ser el único monasterio a nivel mundial en ser todavía hoy habitado por una comunidad de la rama masculina de la Orden Jerónima. Su iglesia es de nave única y capillas comunicadas entre sí, presbiterio sobre gradas y coro elevado a los pies.
El retablo mayor y los cenotafios de los primeros marqueses de Villena, Don Juan Pacheco y Doña María de Portocarrero, fueron encargados por el segundo marqués de Villena en 1528 y completados en torno a 1553-1554 por su sucesor. En su ejecución participaron tres artistas abulenses: los entalladores Juan Rodríguez y Gerónimo Pellicer, y el pintor Francisco Gonzáles, además del carpintero Blas Hernández y un entallador homónimo. Sin embargo, las labores de dorado y estofado del retablo se llevaron a cabo a partir de 1553 por Diego de Urbina, pintor de Felipe II, quien también pintó una cortina con escenas de la Pasión.
El retablo, realizado en madera dorada y policromada, destaca por su monumentalidad y por la calidad de las escenas escultóricas que lo conforman. Formado por cuatro cuerpos, un ático y un remate, muestra todo un entramado de calles y entrecalles decoradas con relieves de temática cristológica. Además, con una iconografía más compleja, los cenotafios, realizados en piedra dolomía y alabastro, siguen modelos propios de la tradición castellana.
