Los mayores que vivan en residencias no podrán salir a pasear cuando en su municipio se detecte un brote de COVID-19, con el fin de evitar que en estos centros, “especialmente sensibles”, se originen nuevos focos. La medida, que forma parte del protocolo desarrollado por la Consejería a raíz del levantamiento del estado de alarma y la vuelta a la nueva normalidad, con la Orden de Desescalada, no restringe las visitas de familiares, dentro de las condiciones de máxima seguridad.
Así lo explicó hoy la consejera de Familia e Igualdad de Oportunidades, Isabel Blanco, minutos antes de firmar un acuerdo para crear la Red de Unidades de Igualdad de las Universidades de Castilla y León, donde precisó que se ha adoptado esta medida por la situación epidemiológica de la Comunidad, pero sobre todo de las autonomías vecinas.
También, dijo que es una demanda de los propios centros, de sus directores y médicos, después de las situaciones vividas durante los peores momentos de la pandemia.
La media afecta a todas las residencias, públicas y privadas, durante el tiempo que se prolongue la alerta sanitaria. “Se trata de evitar contagios y que sean un nuevo foco”.