Un año más se ha cumplido en la festividad de la Virgen del Pilar, el pasado día 12 de octubre, con una tradición que se estableció hace ya sesenta y tres años y que supone una de las carreras más originales de las que se celebran en nuestra ciudad, y posiblemente en toda España, y que se ha desarrollado hasta ahora de forma ininterrumpida. Esta es la «CARRERA A EL HENAR», pensada para unir deporte y oración y que consiste en llevar unas flores, que después formaron un ramo, desde Valladolid hasta El Henar, en carrera constante, mediante los relevos de diferentes atletas.

La carrera se celebraba en este año con una intención muy especial: estar integrada en la celebración del Año Jubilar Henarense, dedicado a honrar a la Virgen de El Henar en sus cuatro siglos de celebración de su fiesta en el mes de septiembre. Y se puso en marcha poco después de las 8,30 de la mañana, desde la parroquia de La Milagrosa, una vez que el ramo de flores oficial fuese bendecido en un breve acto celebrado en esa iglesia. El primer corredor inició su recorrido por el paseo Juan Carlos I, portando una flor, para seguidamente dirigirse a la carretera de Segovia en la que se desarrolla prácticamente toda la carrera. Cumpliendo cada atleta con la distancia asignada, y con un ritmo vivo, se fueron sucediendo los relevos de corredores, con un total de 44 y aunque se salió con un cierto retraso, poco a poco se fue ganando tiempo hasta hacer coincidir prácticamente el tiempo empleado con el previsto.

Como de costumbre, fueron especialmente emotivos los relevos que se efectuaron en las poblaciones por las que pasa la carrera, donde sus habitantes salen a animar con su presencia y con sus aplausos a los esforzados atletas, en esta ocasión de forma muy especial y contenida y a una distancia prudencial, a causa de la pandemia de la covid-19. Merece especial relieve la atención prestada a la carrera por los pueblos de Arrabal de Portillo, Santiago y San Miguel del Arroyo y Viloria del Henar, donde hay un verdadero ambiente en torno a esta manifestación deportiva anual, que es contemplada –esta vez de lejos- por muchos de sus vecinos.

Una vez dentro del templo, fueron ofrecidas las flores que cada atleta había portado en su relevo, y con ellas se formó un ramo que se ofreció a la Virgen de El Henar y se leyó a lo largo de la celebración eucarística la ofrenda de la carrera de este año, glosando de forma especial el Año Jubilar Henarense, que ha impregnado la edición de este año y también la difícil situación que sigue atravesando nuestra sociedad a causa de la pandemia y haciendo votos por su recuperación. Después de pasar por el camarín de la Virgen de El Henar, se dieron por finalizadas las actividades en torno a esta «LXIII CARRERA AL HENAR». La organización de la carrera, que ya está comenzando a organizar la edición número 64, está tomando en consideración arbitrar algunas novedades a fin de dar cabida a todos los que cada año se van integrando de nuevo a la carrera.