El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, se dirigió este sábado nuevamente a la población para avisar de que aún están por llegar “días muy duros”, donde la cifras de contagiados y de fallecidos continuará en aumento, y para alentar a estar “preparados” porque “todavía nos queda el impacto de la ola más dura y dañina, que pondrá al límite todas nuestras capacidades materiales y morales”.
Sánchez defendió las medidas que “escalonadamente” ha ido adoptando para combatir el coronavirus y pidió a los ciudadanos que levanten el ánimo porque “tenemos que llegar al final de la próxima semana muy fuertes”, porque las cifras de contagiados y fallecidos «aumentarán» en los «próximos días».
“Hemos venido aplicando la estrategia definida por la OMS para combatir el virus”, afirmó Sánchez en una comparecencia desde el Palacio de la Moncloa para “cumplir” con «su deber de informar sobre la marcha del combate contra la pandemia”.
Así las cosas, el presidente reconoció la labor que realizan todos los servidores públicos afectados por esta situación. Desde la “gigantesca talla” que está demostrando el personal sanitario, a la “gratitud absoluta” a las fuerzas y cuerpos de seguridad del Estado y a las fuerzas Armadas, “que ahora percibimos como un escudo insustituible y no como un gasto superfluo”.
Ganar tiempo
El jefe del Ejecutivo comentó que, tras siete días desde el estado de alerta, “necesitamos “ganar tiempo”, el «tiempo necesario para mejorar la preparación y resistencia de nuestros sistemas de salud, y el tiempo necesario para que la ciencia encuentre tratamientos eficaces y desarrolle vacunas que eliminen el virus”.
En defensa de la “estrategia” marcada por España, admitió que “no es la única posible” y que otras naciones “importantes”, en clara alusión a Reino Unido, anunciaron en un primer momento que no frenarían la expansión del virus para así inmunizar a la integridad de la población, aunque ello tuviese un altísimo coste en vidas humanas.
Pero ahora, “la mayoría de los países que iniciaron ese camino se han visto obligados a abandonarlo tras reconocer que resultaba insostenible por el elevado coste en vidas que comportaba”.
Sánchez admitió que el virus se propaga “con facilidad y velocidad sin precedente” y así, en estos momentos están registrados cerca de 25.000 casos y han fallecido 1.326 personas como consecuencia de la pandemia. A ellos, sumó los 1.612 pacientes en UCI y ensalzó los 2.640 recuperados.
“Estamos en un momento muy crítico. Van a llegar días muy duros para los que nos vamos a tener que preparar”, dijo el presidente, tras ensalzar la “impresionante responsabilidad, disciplina y moral de victoria” de la ciudadanía en estos primeros siete días de estado de alerta.
Mascarillas
Para esos sanitarios a los que Sánchez ensalzó, el presidente trasladó también un mensaje de que el material solicitado está en camino. Así, indicó que en las próximas horas se entregarán 500.000 mascarillas de protección quirúrgicas para profesionales y 800.000 para pacientes al conjunto de las Comunidades Autónomas, dentro de la economía de guerra que admitió que se está aplicando.
Material que se suma al que el Ministerio de Sanidad ya ha puesto a disposición de las comunidades autonómas, de más de un millón y medio de este producto sanitario procedente de compras y de distintas donaciones, que se ha distribuido garantizando los principios de equidad e igualdad efectiva del Sistema Nacional de Salud.
En su intervención, Sánchez admitió que el Gobierno de España, junto a las autonomías, han estado adquiriendo en el mercado estos materiales en los “dos últimos meses”, y la mayoría sigue haciéndolo, puesto que “no hay ningún obstáculo que se lo impida desde el inicio de la pandemia”.
De esta manera velada respondió a las críticas de las administraciones de que se está vetando la llegada de material, al tiempo que apoyó la idea de la Junta de Andalucía de realizar test de detección del virus, aunque remarcó la necesidad de que sean homologables.
Sánchez no quiso entrar en polémicas con los presidentes autonómicos ni con líderes de otras formaciones políticas. De hecho, aseguró que no iba a “gastar ni un segundo en el reproche” porque se trata de continuar “unidos” frente a un enemigo que es “común”.
No obstante, el mensaje central de toda su intervención es el mismo desde que esta pandemia asolara a España y obligara a las “medidas tan restrictivas” que se adoptan en el estado de alarma.
Esta es una “una batalla que solo podría vencerse con el concurso de toda la comunidad”, porque sólo “a través de la unidad de acción de todos le ganaremos unidos, ganarle al virus”.
De tal modo que el presidente insistió en respetar el “confinamiento en las casas” porque «si reducimos los contagios, los hospitales podrán evitar el colapso y curar a una gran cantidad de personas. Hay muchas formas de cuidarse a uno mismo y de cuidar a los demás, para resistir», agregó.
El presidente ensalzó la «responsabilidad y la disciplina social de la población» aportando datos de consumo de energía en hogares, internet y compras como muestra del respeto a la restricción de movimientos. Así como que ha habido un descenso del número de delitos de más del 50%, dato que aportó junto a las más de 334 sanciones por infracciones relacionadas con el estado de alarma.
“Cada contagio que no se produce, rompe la cadena de reproducción del virus, una cadena que generalmente acaba en una persona de edad en un hospital. Si evitamos ese contagio, además de proteger la salud de esa persona, liberamos camas de hospital para otra persona que lo precise. Si evitamos contagios, ganamos tiempo para reactivar cuanto antes nuestra economía, y para normalizar la vida”, remachó.
Por último, el presidente lanzó una idea tanto para ciudadanos como para responsables políticos: “unidos y solo unidos lo venceremos”, concluyó.