El estreno de ‘Comedia Aquilana’ por Nao d’amores en el Teatro Juan Bravo de la Diputación fue arte. Es cierto que gran parte del mérito lo tiene Bartolomé de Torres Naharro, autor de la obra, un texto que quinientos años después no ha perdido ni una línea de actualidad en su fondo. También hay que otorgarle gran reconocimiento a Ana Zamora y su gente, que han vuelto a dar la oportunidad al público de conocer de cerca algo que podría quedarse muy lejos si no fuese por el trabajo de compañías como Nao d’amores o el Centro Nacional de Teatro Clásico, coproductoras de la obra.

El hecho de que, sin embargo, sí haya perdido esa actualidad en sus formas, ya que ahora las extravagantes vestimentas simulando un huerto o la importancia de la música en directo para ambientar las escenas resultarían algo más complicado de encontrar de forma regular en los montajes vanguardistas –o no-; por no hablar de un guión escrito en verso… hacen que la idea de Nao d’amores de dar inicio a la obra con la representación de Torres Naharro explicando cómo ha de ser una comedia, qué tipos de comedia existen o qué es lo que va a suceder en la comedia que los espectadores van a presenciar a continuación, resulte una genialidad más de una compañía que entiende que entender, de repente, una obra en castellano antiguo puede resultar toda una ‘fazaña’ para oídos despistados.

De este modo, con la breve explicación de Torres Naharro, comenzaba una obra que después iba a conceder al público lo que ofrecen las comedias románticas de hoy en día: un hombre, una mujer, el amigo de él y la amiga de ella, un enamoramiento y un tira y afloja, un consejo absurdo y otro consejo atrevido, el consentimiento de un padre, una locura y una cordura… la vida. La misma vida de ahora era la trama de lo que Torres Naharro denominó entonces como una comedia a fantasía.

Teniendo en cuenta que se trataba de una obra de este género, no faltaron las risas en el Teatro Juan Bravo, algo que habla nuevamente del arte que encierra en su texto ‘Comedia Aquilana’. Y es que lo que en el siglo XVI escribió Torres Naharro para hacer reír a su público hacía reír también a un público del siglo XXI que llenó el Teatro para este estreno nacional, devolviendo así la confianza a una compañía extrañamente necesaria. ‘Comedia Aquilana’ terminaba con un consejo o moraleja: si el amor llama a tu puerta, déjalo entrar. Si es el teatro clásico el que llama, entra tú también; quizás no te acabe sorprendiendo tanto.