Obra de la artista segoviana María Jesús Sanz

La artista segoviana, nacida en el municipio de Fuentepelayo, María Jesús Sanz, ha cumplido uno de sus sueños desde hace casi treinta años, dar a conocer sus obras al público segoviano. Lo ha hecho de la mano de la Fundación Torreón de Lozoya, que le ha cedido el espacio del Centro Social Corpus para exponer una muestra compuesta por casi una veintena de lienzos al óleo.

El gusto por las manualidades que, asegura, siempre se le han dado bien, y el aprendizaje de su madre, quien la inculcó el gusto por la costura, y todo lo que tiene que ver con las manos, hizo de ella una persona inquieta y con ganas de aprender y afrontar nuevos retos, como fue este de la inmersión en las artes plásticas. Se empezó a interesar por la pintura en el año 1996, “al ver a mi hija pintar me sembró la curiosidad de saber como se desarrollaban estas obras artísticas”, recuerda.

Además, en esta época “me reuní con una amiga mía que también pintaba para acudir a clases de pintura en un local en el Barrio del Carmen”. Este fue el primer espacio que María Jesús utilizó como estudio de creación “ya que en mi casa no tengo sitio para sentarme a pintar”, además de asegurar que el contacto con otras personas “me ayudaba a crear”.

Aunque no cuenta con formación oficial en Bellas Artes, María Jesús ha estado casi treinta años en contacto con el mundo de la pintura considerándola “una rama más tranquila y especial”, acudiendo a clases de perfeccionamiento y conociendo nuevas técnicas en cursos impartidos tanto por el Ayuntamiento, en el Pabellón Pedro Delgado, como por el Torreón de Lozoya en su Centro del Corpus. Así comenzó a crear, involucrándose en el mundo de la pintura por medio de la acuarela, hasta que decidió que la técnica con la que se sentía más cómoda para trazar sus lienzos era el óleo “que tiene la ventaja de que, si te equivocas, se puede corregir y enmendar los errores”, pudiendo modificarlos, “algo que en la acuarela no pasa”.

Para llevar a cabo sus creaciones, la artista sigue siempre el mismo proceso y es “escoger las láminas que me gustan y plasmarlas en el lienzo”, para después enseñárselo a su profesora, “quien me corrige los errores”, así considera que ha ido evolucionando hasta conseguir realizar una muestra digna de exposición.

‘Rincones’

En su primera exposición, realizada de la mano de la Fundación Torreón de Lozoya, muestra el orgullo que supone para ella haber llegado hasta aquí porque confiesa que “no era mi propósito hacerlo”. Sin embargo, tras la insistencia de un familiar suyo para que pusiese a la vista de todos los segovianos y segovianas sus obras, decidió apuntarse a una lista en la que todos aquellos que desean sacar a la luz sus trabajos pueden hacerlo durante un periodo determinado que, en el caso de María Jesús, está siendo ahora, hasta el 16 de febrero, lo que supone para ella “un regalo especial por mi setenta cumpleaños”.

Aun así confiesa que el principal objetivo por los que realiza sus lienzos es “por satisfacción personal”, ya que asegura que “nunca me he planteado venderlos”, por lo que todas las obras se quedan guardadas en el interior de su casa, adornando las paredes.
Para la muestra ha escogido lienzos que plasman su mayor gusto, las flores, a las que dedica buena parte de su obra, fijándose en diferentes fotografías sacadas de la colección de libros con la que cuenta el Centro Social Corpus. Entre estas también seleccionó ‘el puente de Moret’ de Alfred Sisley “autor que me gusta mucho”, así como obras de Dalí, “del que he copiado una señora”. En este sentido, asegura que “cojo fotos en función de mis gustos y de mi inspiración en ese momento”. Sin embargo, el título de la muestra, ‘Rincones’, se debe a que muchos de los cuadros expuestos representan rincones concretos de sitios que le han llamado la atención y le traen recuerdos, como el molino de San Lorenzo, la ‘casa de los gitanos’ de Segovia, realizada a través de una foto cedida por una amiga suya o la plaza de un pueblo abandonado de Cáceres.

Tras este primer impulso, María Jesús se siente animada para seguir creando lienzos “porque me gusta y significa una terapia para mi” y, hacerlo en grupo, “supone una estimulación y una gran gratificación”. Sin embargo, asegura que “es un mundo complicado en el que necesitas conocer a gente para dar exposición a tus cuadros”, sin descartar que algún día, pueda volver a tener la oportunidad de hacerlo.