Renfe va a instalar 668 desfibriladores en sus trenes Ave, Larga y Media Distancia y Turísticos, convirtiendo así su flota en espacios cardioprotegidos.

Según informa Renfe, esta iniciativa, que contempla una inversión de tres millones de euros, tiene como objetivo principal “salvar vidas”, garantizando la máxima seguridad ante una posible emergencia cardiorrespiratoria.

Para ello, se están instalando de forma sucesiva un total de 668 desfibriladores, de los cuales 570 ya están en inicio del proceso de puesta en marcha.

Se dispondrá de un desfibrilador por tren y habrá una reserva de dispositivos ubicados en estaciones (en puntos geográficos estratégicos) para remplazar los equipos en caso de haber sido utilizados en una emergencia sanitaria.

Los desfibriladores están ubicados en las zonas más accesibles de los trenes, como cafeterías, zonas de ‘vending’ o espacios para personas con movilidad reducida. También se está colocando señalización tanto en el exterior de los coches como en el interior, en diferentes puntos, para ayudar a encontrarlos en caso de necesidad.

Para facilitar su utilización rápida y segura hay que seguir las instrucciones sonoras o visuales del propio desfibrilador. Además, este tipo de dispositivos están conectados al servicio de emergencias 112 y de manera automática realizarán una llamada de aviso a través de un protocolo ya establecido.

El criterio empresarial para la conversión de los trenes en espacios cardioprotegidos está basado en ofrecer un valor añadido en los servicios que Renfe ofrece a sus viajeros, dado que no hay ninguna normativa que obligue a dotar a las unidades de desfibriladores a bordo.

Esta medida supone dar continuidad al papel activo que Renfe lleva desarrollando desde 2018, en la implantación y uso de estos dispositivos en estaciones y centros de trabajo y que ha ayudado a salvar ocho vidas.

Además, este proyecto implica dotar al personal ubicado en estos espacios cardioprotegidos de una formación adecuada para poder garantizar una rápida actuación en caso de paro cardíaco repentino.

A día de hoy, se ha formado a un colectivo profesional de 2.226 personas. Todos ellos han recibido una formación teórica y práctica en “reanimación cardio pulmonar” y en un correcto uso de un desfibrilador.