Quique Molina afronta su segunda temporada como entrenador del CP Unami de la Segunda División femenina de fútbol sala, vocación que comparte con su desempeño profesional, el de maestro de Educación Física. «Estoy contento de cómo ha ido la pretemporada y de cómo llegamos al primer partido de Liga», afirma sin dudarlo en declaraciones a Segoviaudaz, y pese a perder en primera ronda de la Copa de la Reina ante el Segosala. «Está claro que los entrenadores siempre queremos lo mejor para nuestros equipos y ojalá tuviéramos alguna posibilidad más en la posición de pivot, o un poco más de gol en la plantilla», expone. Atrás queda una preparación llena de trabajo físico al principio y más balón después. «Tengo un grupo que trabaja muy bien… gruñen cuando hay que correr para ponerse a tono físicamente, pero ¿A quién le gusta correr cuando se puede jugar?», bromea Molina.
Molina no es nuevo en los banquillos, una faceta que combinó con la de jugador en los tiempos que militaba en el equipo de la UVa en Segunda B, y que además compaginaba con entrenar a las chicas de la propia Universidad de Valladolid. «Todos tenemos referentes en los banquillos, pero creo que al final unos aprendemos de otros y mejoramos con lo que vemos», sostiene.
Cuatro altas con respecto al pasado curso
Marina, Lauri Velasco, Sara y Sonia son nuevas esta campaña, aunque en algunos de los casos se trate de un regreso a la disciplina de Las trece azules, como se las conoce. «El objetivo es el de superarnos a nosotras mismas y conseguir los tres puntos cada día», reconoce abiertamente Quique Molina. «Las mejores jugadoras se han concentrado en pocos equipos y eso potencia a unos y merma a otros», cuenta. «En otras comunidades autónomas apuestan mucho por los clubes y eso dificulta a otros equipos como el nuestro, que no puede acceder a muchas jugadoras», analiza el preparador del Unami.
El equipo segoviano, que comparte grupo con el CD Segosala Pinturas Alyvan, «siempre busca jugar bien», cuenta Molina «pero lo que más me preocupa es que las jugadoras hagan lo que saben y que lo hagan bien, que luego venga más o menos gente a vernos creo que depende de otros factores», asegura.
Como entrenador, reconoce Molina que las reglas del fútbol sala lo convierten en un deporte «menos espectacular» que el de hace unos años. «No deja de ser una evolución del juego y aunque yo abogaría por volver a algunas de las normas antiguas, estoy seguro de que cada uno tiene su opinión al respecto y a algunos le parecerá bien como están», reflexiona. «Ahora el régimen técnico táctico supera a la creatividad», apostilla.
Convocatorias condicionadas por los turnos de trabajo
Quique Molina es «optimista» con respecto a la posibilidad de poder contar con un buen número de jugadoras en cada partido «aunque estamos condicionados por las guardias, el trabajo de las jugadoras… seguro que podamos juntar once o doce jugadoras para cada partido», confía.
El primer encuentro oficial en liga de la temporada medirá a las segovianas en el Pabellón de La Lastrilla – el Pedro Delgado está ocupado por la feria Expodeporte – ante el CD Rivas a las 18.00h en partido correspondiente al Grupo IV De la Segunda División.
Texto: Javier de Andrés