La empresa segoviana Moggaro ha botado una nueva embarcación con la que ha amplía el sector de los modelos de recreo. Las pruebas de estanqueidad se han realizado en el pantano de Los Ángeles de San Rafael, el único de Segovia en el que se permite el uso de embarcaciones a motor.
En los seis años de actividad en las tierras castellanas esta pequeña empresa implantada en Segovia ha sacado al mercado más de 70 unidades diferentes, tanto para usos particulares exclusivos para buceos, como para pasajes o para realizar rutas turísticas.
La última creación ha sido el Moggaro 700 Water Jet, una embarcación propulsada con turbina, o lo que se conoce más comúnmente como propulsión a chorro. Está inspirada en los jet boats neozelandeses, barcos de alta velocidad para paseos turísticos que permiten realizar giros y trompos a grandes velocidades.
Aunque en Nueva Zelanda llevan más de diez años funcionando con un gran éxito de publico, y es ahora Moggaro Aluminium Yachts, el primer astillero europeo que diseña y construye un Jet Boat obteniendo la homologación CE.
El nuevo modelo está propulsado por un motor Yanmar de 440 CV y permite navegar con doce pasajeros a una velocidad de 40 nudos (72 kilómetros por hora), haciendo giros, derrapes y trompos de 360 grados, todo ello con una gran seguridad de navegación, ya que el barco está diseñado para soportar esfuerzos y giros manteniendo siempre la estabilidad.
Moggaro construyó la primera unidad en el año 2008 para una empresa de Mallorca, y ahora ha construido dos nuevas unidades, una para la isla de Creta, en Grecia; y otra para Albufeira (Portugal). La alta rentabilidad del barco para las empresas que lo explotan está suponiendo que exista una importante demanda de este tipo de barcos en Europa, de ahí que las expectativas de Moggaro sean optimistas de cara al período 2010-2012.
La botadura llevada a cabo en el embalse de Los Ángeles obtuvo un gran éxito. En la ceremonia participaron los responsables de la empresa, el alcalde de Valverde del Majano, localidad en la que se encuentra la sede del astillero, y representantes de algunos medios de comunicación especializados en el sector.
Novedades
El gerente de la empresa, Santiago Parga, explica que la fabricación de embarcaciones de recreo y pesca, utilizando aluminio, es una de las actividades que permite implantar un astillero en cualquier lugar. De hecho, sus más de 70 creaciones se emplean para las costas, pero también para aguas continentales, como pantanos o ríos.
La actividad naviera la impulsaron los hermanos Santiago y José Parga, fundadores de la empresa Moggaro Aluminium Yachts, en 2004 en el área industrial Nicomedes García. Se dedican a la comercialización de lanchas de recreo con casco de aluminio en lugar de la convencional fibra de vidrio.
Tras salir al mercado modelos exitosos como el Moggaro 850 han trabajado en otra gama más grande, de 8,5 metros de eslora. Está configurado para submarinismo, e incluye cabina-timonera en proa y asientos laterales con huecos para botelleros, suelo de aluminio antideslizante de máxima durabilidad. Las prestaciones de la embarcación destacan que alcanza velocidades de 40 nudos con tres personas y de 35 nudos con nueve ocupantes. Por su parte, el Moggaro 950, la modalidad más alta, tiene una eslora de 8,5 metros, manga de 3,5 metros y con capacidad para cerca de 25 personas.
Ventajas
Las ventajas de este nuevo material son la mayor resistencia, menos gastos de mantenimiento, y menos peso. “Una lancha de fibra de vidrio puede suponer cien kilogramos más y eso supone más consumo y también más resistencia al paso del tiempo”, añaden los creadores. El único inconveniente es que hay que hacerlas artesanalmente, una a una. “Pero la ventaja es que son eternas», sentencia.
Y es que, aunque existen muchos materiales de construcción apropiados para la creación de cascos y embarcaciones, como la clásica madera, el fibro-cemento, acero, o la fibra de vidrio, para hacer frente al envejecimiento y al mantenimiento el aluminio se perfila como el mejor aliado.
Entre otros aspectos destaca que sufren menos averías y la reparación de golpes sería menos costosa. El aluminio, gracias a su elevada ductilidad, es uno de los metales que menos se fracturan, y no da problemas de fisuración. Igualmente ofrecen mejor estanqueidad y no es necesario perforar las cubiertas para fijar elementos nuevos.
Y, en temas de ahorro, el aluminio es más ligero que la fibra, lo que supone una mejor maniobrabilidad y menor consumo de combustible.
En definitiva, más de cien años después de que naciera el empresario segoviano Nicomedes García en una familia humilde en Valverde del Majano, que llegó a crear un imperio económico y que le llevó a adquirir barcos en la costa y navieras, el propio polígono industrial que él creó acoge la fabricación de barcas, algo impensable para sus vecinos, por muy crecido que fuera entonces el río Eresma.