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La evolución que experimentan los sistemas educativos suele tener momentos donde se producen puntos de inflexión. Sin embargo, nunca antes en la historia habíamos vivido un momento en el que la introducción de una metodología nueva provocara un paso atrás tan significativo como el que se produce con la implantación de pantallas individuales en las aulas.

Significativo, además, que el Estado español siga reproduciendo un proceso hiperdigitalizador de las aulas, cuando países pioneros, como Suecia, ya iniciaron la desescalada digital escolar atendiendo a las alertas científicas de sus instituciones médicas y sociedades científicas, como el Instituto Karolinska y la Asociación de Pediatría Sueca. Advertencias de los efectos negativos ya conocidos de la introducción precoz y el tiempo de pantallas, en la salud mental y física, y en los procesos de aprendizaje y desarrollo.

En palabras de Javier Zarzuela, compañero de “Escuela saludable” y miembro del comité de personas expertas del Ministerio de Juventud e Infancia, “el uso del ordenador disminuye la compresión lectora, la comunicación verbal, la capacidad de concentración, la atención y la memorización”. ¿No vamos a la escuela a desarrollar estás habilidades?

La Asociación Española de Pediatría (AEP), a través de la doctora María Salmerón, declara que “en la actualidad ya nadie duda de que los medios digitales afectan a la salud a todos los niveles, y a cualquier edad”. La AEP lo reconoce como un problema de “salud pública” y presenta sus límites de exposición: ningún uso de pantallas de 0 a 6 años, menos de 1h al día de 7 a 12 y menos de 2h de 13 a 16, en ambos casos incluidos el tiempo escolar y de deberes.  ¿Por qué la escuela no atiende a estos límites para salvaguardar y fomentar la salud de nuestras hijas e hijos?

Afortunadamente, en este cambio de paradigma, algunas comunidades autónomas ya anunciaron sus primeros pasos de desescalada digital en las aulas, como Madrid y Murcia, o, en el caso de Cataluña, abrieron el debate. En paralelo, cada vez son más los centros educativos que reducen al mínimo imprescindible el uso de pantallas individuales tanto en primaria como en secundaria.

El gobierno de Castilla y León parece no saber que la cesión de competencias de educación y sanidad implican, de forma ineludible, la cesión de la obligación de velar por el correcto cumplimiento de los derechos del alumnado. Tampoco puede obviar que la salud prima por encima de adaptaciones metodológicas no necesarias para impartir los currículums educativos.

Instamos a que la administración de Castilla y León atienda a los tiempos de exposición a pantallas establecidos por la AEP, y, en caso contrario que explique qué es exactamente lo que les impide defender el derecho a la salud de niñas y niños de esta comunidad.

Pablo Marinero. Campaña Escuela Saludable. Ecologistas en Acción.