Pedro Luis Gallego, conocido como el ‘violador del ascensor’, se enfrenta a una pena de 96 años de cárcel por la violación de dos mujeres y otros dos intentos frustrados cometidos en Madrid en 2017, según sostiene la Fiscalía en su escrito de acusación.

El juicio arrancará en la Audiencia Provincial de Madrid el próximo 3 octubre, casi seis años después de que Pedro Luis Gallego, condenado a 273 años de prisión por el asesinato de la  burgalesa Marta Obregón y de la vallisoletana Leticia Lebrato en 1992, fuera puesto en libertad en 2013 por la derogación de la Doctrina Parot, que redujo el tiempo en prisión con carácter retroactivo sobre delitos cometidos entre las décadas de los 70 y 90.

La primera acción delictiva que la Fiscalía de Madrid le imputa al acusado data del 16 de diciembre de 2016, cuando minutos antes de la medianoche el acusado abordó en una calle de la zona norte de Madrid a un joven de 17 años, a la que amenazo con una pistola y a la que trató de arrastrar hasta el coche. Pese a todo, el acusado no logró su pretensión ante la presencia de otros viandantes y la joven sólo sufrió una herida leve en su rodilla.

Dos meses después, el 19 de febrero de 2017, Pedro Luis Gallego si logró su macabro objetivo. También en una calle del norte de Madrid y sobre las 12 de la noche, asaltó a una joven a la que encañonó con una pistola le llevó hasta su coche. Allí, según sostiene la Fiscalía, la tapó con un gorro los ojos, la ató las manos por la espalda con bridas y la tumbó en el suelo de los asientos traseros del vehículo. A continuación la llevó hasta un domicilio situado en Segovia, donde maniatada e impedida de toda visión, tuvo que soportar del procesado que la agrediera sexualmente en cinco ocasiones”. Al día siguiente, sobre las 14.30 horas, dejó a la víctima en una calle de Madrid, previo lavado de su cuerpo para evitar dejar vestigios.

El tercer hecho delictivo por el que Gallego se sentará de nuevo en el banquillo de los acusados se refiere a unos hechos ocurridos sobre las 1.40 horas del día 2 de abril del año 2017 cuando abordó en plena calle a otra joven a la que exigió a la fuerza que se introdujera en el coche, llegándola a golpear con una pistola. La víctima, no obstante, pudo huir.

La última acción delictiva que se le imputa al acusado ocurrió sobre las 22.45 horas del día 14 de abril del año 2017 también en Madrid cuando el procesado abordó a otra mujer a la que tras colocarle una pistola en la cabeza la introdujo a empujones en un coche. Después, la inmovilizó las manos con una brida y luego con cinta de pintor, además de taparle los ojos. Desde Madrid se dirigió hasta Las Rozas, donde obligó a su víctima a mantener una relación sexual. A continuación el acusado llevó a la mujer hasta Segovia donde durante más de seis horas la estuvo forzando sexualmente. Al amanecer la limpió y la llevó nuevamente a Madrid abandonándola en la calle.

Además de dos delitos de agresión sexual continuada, por los que el fiscal pide 19 años en cada cada caso, Pedro Luis Gallego también se enfrenta a un delito de agresión sexual (12 años) cuatro delitos de detención ilegal, que suman 35 años; dos delitos de lesiones y otros dos de robo con violencia.

Historial

Gallego que fue detenido por los asesinatos de Marta Obregón y Leticia Lebrato en noviembre de 1992 en La Coruña cuando intentaba cobrar un giro telegráfico de 50.000 pesetas enviado por sus familiares desde Valladolid. La Policía llevaba cuatro meses tras sus pasos, desde que el criminal consiguiera escabullirse de un cerco policial en Medina del Campo.

Inicio el cumplimiento de su condena el 2 de noviembre de 1993. Estuvo preso en los centros penitenciarios de El Puerto de Santa María (Cádiz), Herrera de la Mancha (Ciudad Real), y Teixerio, antes de recalar en Alcalá Meco. Sin embargo, sus antecedentes delictivos se remontan a 1979, cuando fue por primera vez encarcelado acusado de robar un coche. Su segundo ingreso en prisión se produjo en 1981 por un delito de abusos deshonestos. Después, en 1984 ingresó de nuevo en la cárcel para cumplir una condena de diez años por violación; entre ese año y 1991, cuando abandonó la cárcel de Palencia con la condena extinguida, pasó por los tres psiquiátricos penitenciarios del país en condición de interno judicial. A pesar de todo, volvió a reincidir y asesinó a Leticia Lebrato y a Marta Obregón.