Nada más lejos: el ardor de un valle
encendido en sus oros, lentamente
ver cómo escapa el día y en sus horas
lleva escrita la noche, esa morada
furtiva que se incendia y nos elige
para ser parte de su voz, acaso
para vivir el último y rotundo
transcurrir de la tarde. No sabría
cómo mirar sin transformar mis ojos
dormidos en la luz (…)
Con estos versos del poeta José María Muñoz Quirós (del libro Memorias sin recuerdo), integrante del jurado del premio, ha comenzado Juancho del Barrio (Academia de San Quirce) el acto de entrega de premios de esta novena edición del concurso Escribir sobre el Paisaje, en el patio del castaño de la Casa-Museo de Antonio Machado. Y es que mirar el paisaje nos lleva a amarlo y a convertirlo en arte, y el arte –ya sea pintura o literatura, como en este caso– nos lleva de nuevo a contemplarlo mejor y a quererlo más.
El coordinador del premio excusa la asistencia del director de la Academia de San Quirce, Pablo Zamarrón; saluda a los presentes: patrocinadores del premio, Guillermo Herrero (de Librería Cervantes, del 2º premio) y Fulgencio Galindo (en representación del restaurante José María, del primer premio); miembros del jurado: María Coco Hernando (periodista, agencia Segoviaudaz) y Sergio Calleja Muñoz (concejal de Juventud y profesor de Filosofía, Lengua y Literatura (ausentes Mª del Carmen Gómez Sacristán, especialista en la poeta Alfonsa de la Torre, Cuéllar; y José María Muñoz Quirós, poeta abulense); académicos de San Quirce presentes y algunos asistentes más.
Y acto seguido, se lee el acta del jurado, entregándose los premios por parte de cada uno de los patrocinadores a Carmen Peinador Cornejo, de La Granja de San Ildefonso (primer premio), por su texto Cuéntame; y a Ricardo Pérez Hernández (segundo premio), burgalés residente en Cuenca, por su texto Todos saben lo que callo. La selección se ha realizado entre más de 130 originales presentados al premio.
Cada uno de los premiados ha hecho lectura reposada de su texto y los asistentes hemos podido disfrutar de su expresividad y de sus voces en un acto entrañable y vivo. María Coco y Sergio Calleja, miembros del jurado, han felicitado a los galardonados y han valorado sus trabajos, destacando sus aciertos: la idea de mezclar sentimientos y alusiones al paisaje, sin referirse a los monumentos típicos de Segovia, en el segundo texto premiado; la precisión para nombrar elementos del paisaje, sobre todo plantas y montañas, en el primer premio, con una expresión intensamente literaria en los dos casos.
El acto ha terminado con la lectura del poema de Antonio Machado «Apunte de sierra» (Suelta LII), perteneciente al ciclo de Nuevas Canciones, de cuya publicación el coordinador del premio ha anunciado la celebración del centenario, para el sábado 7 de septiembre, en ese mismo patio, con el recitado completo del poemario por parte de quienes se ofrezcan a ello. El poema, que condensa el paisaje del Guadarrama con tres rasgos como pinceladas precisas y hondas, culmina con los versos:
Por aquí fue España.
Llamaban Castilla
a unas tierras altas…
El paisaje nos lleva a la naturaleza y a nuestra gran responsabilidad como personas de volver a la armonía de nuestra civilización con el medio natural. La belleza nos vuelve a recordar, a través del arte (pintura o literatura) que vivimos en una tierra que nos sustenta y nos regala su belleza.
Se recuerda que el premio pertenece al Curso de Pintores Pensionados del Paisaje, organizado por la Real Academia de San Quirce, que tiene abierta su exposición desde ayer en el Palacio de la Alhóndiga, y hasta el martes (incluido), para quienes deseen visitarla.
De nuevo se agradecen los patrocinios de librería Cervantes y restaurante José María, la participación y la asistencia, y se despide este acto tan entrañable y sentido, ya casi cotidiano en los agostos de la cultura segoviana.