Según un artículo publicado por la revista digital de viajes y cultura ‘España Fascinante’, Segovia es catalogada como la provincia que mejor conserva su patrimonio, por lo que no faltan joyas culturales que visitar.

“Su arquitectura apenas ha sufrido grandes transformaciones, por lo que no es del todo extraño callejear por un trazado urbano de época medieval a la vez que se interpone una gran edificación romana” señalan.

Además, han elegido once joyas que no te puedes perder..

Castillo de Castilnovo

Espléndida fortaleza situada en la depresión del Valle del río San Juan, en el condado de Castilnovo, entre Villafranca y Valdesaz y muy próximo a Sepúlveda, rodeada de un bosque de encinas, álamos, chopos y sabinas.

Su origen es incierto, aunque hay historiadores que se lo atribuyen a Abd-al Rahmán I, siglo VIII, y otros a Almanzor, siglo X, aunque no quedan restos de esas épocas. Los arcos apuntados del lado oeste del Patio de Armas datan de los siglos XII y XIII y posteriormente se fueron adosando sus seis torres, primero las de la Solana, la Puerta y la Vieja y, después las del Moro, Caracol y Álvaro de Luna.

En el siglo XV el rey de Castilla Juan II otorga el castillo a su persona de confianza, don Álvaro de Luna, quién le transformó con estilo mudéjar, alternando mampostería y ladrillo. A la muerte de este último fue entregado a Juan Pacheco por Enrique IV.

Los Reyes Católicos la convirtieron en residencia palaciega y se la entregaron como dote a su sobrina, Juliana de Velasco y Aragón, pasando a ser propiedad de la familia Velasco, Condestables de Castilla, tras su boda en 1557.

En el siglo XVI albergó como rehenes a los hijos del rey Francisco I de Francia, tras la Batalla de Pavía. Ya en 1859, el príncipe alemán de Hohenzollern, propietario del castillo, se lo vendió a José de Galofré, secretario y pintor de la reina Isabel II, quien lo restauró, ya que se encontraba en ruinas, realizando cambios en la fachada norte, haciendo cambios en las ventanas y construyendo el ala sur del Patio de Armas con estilo isabelino.

La última gran reforma la encargaron los Marqueses de Quintanar al arquitecto Cabello, retocando el patio con una arquería neoclásica y construyendo en la fachada norte una plataforma para elevar el acceso.

Cuenta la leyenda que estuvo alojada Doña Juana la Loca tras la muerte de su marido. Fue declarado de interés cultural en junio de 1931. En la actualidad alberga un hotel y la sede de la Asociación Cultural Hispano Mexicana “CASTILNOVO”.

 

Maderuelo y sus ermitas

La Villa de Maderuelo, como su vecina Ayllón, es Conjunto Histórico-Artístico al que hay que añadirle un magnífico entorno natural. Se sitúa sobre una gran colina, rodeada por el embalse de Linares. Es el inicio de las Hoces del Río Riaza. En el siglo X la villa fue repoblada por el conde castellano Fernán González y posteriormente saqueada por ejércitos de Almanzor. Un siglo después, construyendo muralla y castillo, se creó el Castro Maderolum, con gente venida de Burgos. Ya en el siglo XII se anexionó al obispado de Segovia.

De la villa podemos destacar las iglesias románicas de San Miguel, y de Santa María. Por sus calles podremos contemplar casas nobles con simbologías en piedra con la temática templaria que nos llevan hasta el torreón que fue el antiguo castillo. Maderuelo conserva, de la época musulmana, algunos restos arquitectónicos únicos en Segovia. La Edad Media dejó en la villa muchos restos que confirman la importancia que tuvo Maderuelo en esos tiempos, como la puerta y trazado de las murallas y restos de trece templos. Ya a las afueras, destacamos la grandiosa ermita de Castroboda donde se venera a la patrona de la localidad y la ermita de la Vera Cruz de finales del siglo XI. Esta maravillosa villa medieval pertenece, como no podía ser de otra manera, a la asociación que engloba «Los Pueblos más bonitos de España»

Palacio Real de Riofrío

El Palacio Real de Riofrío está rodeado por más de 600 hectáreas de bosque de gran biodiversidad. El edificio destaca por su unidad de estilo y por su aspecto lineal, ordenado y armonioso, que resuena con el eco clásico de los palacios romanos. A pesar de su singularidad y la belleza de su entorno, fue un palacio sin huéspedes durante más de cien años, lo que hace que sea uno de los Reales Sitios gestionados por Patrimonio Nacional menos conocidos por el gran público pero de los más especiales.

La villa medieval de Pedraza

La Villa de Pedraza fue repoblada entre los siglos X y XI, tras la reconquista. El mayor esplendor de la villa llega en el s. XV, en tiempos de los Velasco, que eran los señores del castillo y la villa. Pedraza se levantó entre dos cerros, entre los ríos Cega y Vadillo, que la convirtió en un bastión inexpugnable, donde el castillo se dispone estratégicamente sobre un levantamiento rocoso donde existió un castro prerromano. Durante una buena parte de su historia, la Villa de Pedraza ejerció como fortaleza y plaza de mercado para la comarca.

Plaza Mayor de Sepúlveda

Sepúlveda es una espectacular villa medieval rodeada por los ríos Duratón y Caslilla. Un entorno sinuoso entre hoces y barrancas sitúan privilegiadamente a esta villa que está denominada como Conjunto Histórico Artístico. Ya los celtíberos y romanos aprovecharon estas tierras donde dejaron claras huellas, como el puente Talcano o el yacimiento arqueológico de “Los Mercados”

En tiempos visigodos, Sepúlveda es poblada y posteriormente ocupada por los musulmanes, pero Sancho García recuperó definitivamente para los cristianos en el 1010.

La Villa de Sepúlveda cuenta con un gran tesoro histórico y artístico gracias a la situación estratégica de la villa. Fruto de la gran actividad que tuvo es el Castillo, hoy ayuntamiento, las murallas del siglo XII junto con alguna de las puertas que todavía se conservan, de las siete que llegaron a existir, como: Arco de la Villa, Puerta de la Fuerza, El Azogue, Ecce-Homo y del Río. Calles con sabor medieval que nos transportan por la villa disfrutando de templos como la iglesia de El Salvador, la de San Bartolomé, con gran colección de retablos o la iglesia de Santiago, en la que actualmente se encuentra el Centro de Interpretación de la Naturaleza del Parque Natural de las Hoces del Duratón. Y otros como San Justo y Pastor, con el Museo de los Fueros, el Santuario de Nuestra Señora de la Peña, el Centro de Interpretación de la Cárcel Antigua o el Museo de Lope Tablada de Diego.

A través  de la Puerta Ecce-Homo, accedemos a la Plaza Mayor, una de las atracciones turísticas de la localidad. Junto a sus típicos soportales vemos el Palacio del Conde de Sepúlveda y otro templo, el de San Bartolomé, de origen románico del siglo XII.

Del entorno de Sepúlveda debemos destacar el Parque Natural de las Hoces del Duratón, con sus 25 km. de cuenca, podremos disfrutar de la flora y la fauna del lugar, destacando sus buitres leonados habitando sobre cañones de más de setenta metros de altura. En definitiva, un gran paraje que es imprescindible visitar, incluidas la Ermita de San Frutos o el Monasterio de la Hoz.

Pero no debemos olvidar de Sepúlveda su gran gastronomía, con su cordero asado como plato principal que darán el toque genial a esta villa medieval. La Villa de Sepúlveda está incluida en la asociación que engloba «Los Pueblos más bonitos de España».

Castillo de Coca

El castillo de Coca data del 1453 con la orden de construcción por parte de don Alonso de Fonseca, Arzobispo de Sevilla, y con el permiso del rey don Juan II de Castilla. En 1928 fue declarado Monumento Histórico Nacional. Actualmente está instalada una Escuela de Capacitación Forestal.

El estilo del castillo es gótico-mudéjar y esta considerado como una de las joyas de España en este estilo. El ladrillo es el material utilizado, no solo como material de obra, también como elemento decorativo. Destacan por su gran belleza sus salas que cuentan con hermosos motivos mudéjares en pintura y estuco.

El castillo, con su Torre del Homenaje al frente, está construido sobre un cerro, hecho atípico, pues lo normal era construir los castillos en los altos de las colinas. En este caso, se aprovechaba un meandro formado por el río Voltoya y los escarpes del terreno sobre los que se construyeron unos grandes fosos que sirvieron de defensa.

La estructura del castillo está formada por dos grandes recintos. El recinto exterior tenía la función de defensa, con sus torreones y murallas, y el interior más alto y con un gran patio armas, que albergaba las salas y dependencias. Del patio original solo quedan algunos capiteles y algunos restos mas. Junto a estas dependencias se encuentra la Torre del Homenaje que se utilizó como prisión y en la que estuvieron personajes como el Duque de Medina-Sidonia o Don Gaspar Alonso Pérez de Guzmán.

También debemos destacar del castillo uno de los mejores conjuntos de pintura mudéjar de España, tanto en los muros exteriores como de las estancias interiores. Se utilizaba el ladrillo que se cubría con estuco y se pintaba finalmente con motivos geométricos. Los colores más utilizados eran el rojo, el negro y el azul con el fondo blanco del propio estuco.

Ermita de San Frutos, Carrascal del Río

La Ermita de San Frutos está situada dominando uno de los meandros del río Duratón. El acceso es desde Villaseca, a 61 km de Segovia. San Frutos, patrón de Segovia, nacido en el siglo VII en una familia visigoda acomodada, siendo muy joven y junto a sus hermanos, Valentín y Engracia, repartieron todos sus bienes entre los pobres y se retiraron a estos parajes para dedicarse a la oración. Allí permanecieron hasta la muerte de San Frutos a los 73 años de edad, marchándose sus hermanos a Caballar, donde fueron capturados y martirizados por los moros.

La ermita se construyó sobre una pequeña iglesia erigida por el abad Fortún, después de la donación de Alfonso VI de este priorato al monasterio de Santo Domingo de Silos en 1076, bajo la dirección del maestro Michel. Fue consagrada por el arzobispo de Toledo, Don Bernardo, en el año 1100. A su lado se construyeron dependencias para un reducido grupo de monjes.

Para acceder a la ermita hay que atravesar un puente de piedra (1757) salvando una gran grieta en la roca, llamada “cuchillada de San Frutos”, pues según la leyenda fue el Santo el que la hizo con su báculo para salvar a un grupo de cristianos perseguido por los moros. Pasado el puente nos encontramos una gran cruz de hiero forjada sobre un pedestal de piedra con siete llaves grabadas que corresponden a las siete puertas de Sepúlveda. Esta cruz se levantó como recuerdo de la gran peregrinación a este lugar propiciada por Quesada, obispo de Segovia, en 1900.

Más adelante se encuentra la entrada meridional, en forma de herradura y decoración de sogueado en las impostas, distinguiendo en la piedra un relieve en forma de animal, probablemente restos del anterior santuario visigodo. Junto a la puerta se encuentra la necrópolis, con las tumbas antropomorfas  talladas en piedra. En el interior se encuentran las habitaciones de los monjes que, a través de una escalera, podían acceder al atrio de la iglesia. Junto al muro de cierre del priorato se encontraban el gallinero, las caballerizas y el pajar.

Bajo el altar se encuentra la piedra cuadrada o sillar y, cuenta la leyenda, si das tres vueltas gateando al sillar por un angosto pasadizo nunca padecerás hernia (a este rito se le llama “pasar por la piedra del santo”). En el siglo XII la iglesia se reformó con tres nuevos ábsides y en el siglo XVIII se realizaron obras en el interior. Con la desamortización el priorato quedó desierto.

Iglesia de San Miguel en Sotosalbos

La iglesia de San Miguel es una de las joyas del románico segoviano. Está situada en la Plaza Mayor de Sotosalbos, a veinte kilómetros de la capital. La cabecera plana con arco triunfal de herradura data del siglo XII y el resto, nave y torre campanario, entre los siglos XIII y XVI. El Arcipreste de Hita (Libro del Buen Amor) la visitó en numerosas ocasiones.

El pórtico de entrada está formado por siete arcos, apuntados los del lado izquierdo y de medio punto los del derecho, apoyados en columnas dobles y capiteles bellamente esculpidos con animales del bestiario (grifos, trasgos, sirenas-pájaro…). Las dos puertas de acceso tienen arquivoltas esculpidas con motivos en zig-zag. Son muy destacables las esculturas que vemos bajo la cornisa del tejado (cabezas humanas, escenas de la vida cotidiana, animales y flores).

La torre campanario, adosada al lado norte de la cabecera, tiene planta cuadrada y tres pisos de altura, el segundo con una pareja de arcos ciegos en cada lado y el tercero, donde estaban las campanas, cubierto a cuatro aguas a media altura, pues debió sufrir un hundimiento.

En el interior encontraremos la pila bautismal gallonada, con fuste esculpido con motivos entrelazados y vegetales, una escultura románica de Nuestra Señora de la Sierra, pinturas sobre tabla del siglo XV, posiblemente procedentes del antiguo retablo, ya que el actual es barroco, y la Cruz procesional, realizada en plata por el famoso platero segoviano Antonio de Oquendo en el siglo XVI.

Castillo de Cuéllar

El Castillo de Cuéllar fue declarado junto a las murallas, Monumento Artístico Nacional en 1931. Se sitúa en la parte más alta de la villa, muy cerca de la carretera de Valladolid. El edificio aparece documentado en 1306, siendo rey Enrique IV, quien cedió la villa de Cuéllar y el castillo a D. Beltrán de la Cueva, Duque de Alburquerque, en 1464. Por ello, también es conocido como el palacio de los Duques de Alburquerque.

Bajo el torreón sureste se encuentra la parte más antigua de la fortaleza originaria, que podría datarse en torno al siglo XII. Tiene planta rectangular con cuatro torreones en las esquinas, tres de ellos circulares.

En el interior se abre un patio de columnas que sostienen una doble galería con arcos rebajados del siglo XVI, al que se abren los diferentes salones decorados con artísticas techumbres, artesonados de estuco , vigas talladas, ……

Iglesia y monasterio de Soterraña, en Santa María Real de Nieva

En la localidad de Santa María la Real de Nieva, en plena Campiña Segoviana, podemos disfrutar de un gran conjunto monástico formado por la iglesia dedicada a Nuestra Señora de la Soterraña y el antiguo monasterio dominico de estilo románico. Todo tiene su origen en la aparición de una imagen de María en un descampado. La Virgen de la Soterraña. Esta imagen seguramente se enterró a la llegada de los árabes a España. Por este motivo, la reina Catalina de Lancáster mandó construir la iglesia para dar culto a la imagen.

La Iglesia primitiva se construyó entre el 1393 y el 1399. La ampliación de la iglesia actual es del 1414 al 1432. Es una maravillosa obra gótica de la que destacamos su gran portada situada en el lado norte, de estilo gótico flamígero donde se puede apreciar la Pasión y Muerte de Jesucristo. Se recrea la Última Cena, con la mesa y Cristo en el centro y sus apóstoles. También se representa el Lavatorio de los pies, La Oración en el Huerto de los Olivos… Del interior, con forma de cruz latina y con tres naves con crucero, resalta el retablo mayor plateresco con pinturas de Antonio Vázquez.

Del monasterio de Santo Domingo, además de su sala capitular, destaca su bellísimo claustro de planta cuadrada con cuatro galerías dejando un jardín en el centro, conformado por ochenta y siete columnas con sus respectivos capiteles, todos ellos distintos y donde se representan obras bíblicas y profanas, motivos de caza, o escenas de guerra. También está muy bien representado un calendario agrícola.

Tanto la portada de la iglesia como el claustro del monasterio están declarados Monumentos Nacionales y es una visita obligada. Como curiosidad, saber que en este monasterio fue enterrada la reina doña Blanca de Castilla, fallecida en esta localidad en 1441.

Palacio Real y Jardines de La Granja de San Ildefonso

El Real Sitio de La Granja de San Ildefonso, declarado conjunto Histórico Monumental, es una de las mejores muestras del esplendor monárquico del siglo XVIII. Felipe V, el primer Borbón que reinó en España, se enamoró de este bello lugar allá por 1717. Tal fue el “flechazo” que decidió levantar allí un palacio y unos jardines adornados con esculturas y fuentes que le recordaran su infancia en la corte francesa de su abuelo Luis XIV. La creación de este Real Sitio fue su gran obra personal, había encontrado el lugar ideal para retirarse del mundo…