Entre los días 15 y 28 del pasado mes de febrero, Ecologistas en Acción de Castilla y León ha realizado una nueva campaña de medición de la contaminación del aire en siete ciudades de Castilla y León, empleando 150 medidores de dióxido de nitrógeno, que es el contaminante atmosférico responsable de los peores impactos sobre la salud humana.
En Segovia, igual que en el resto de las capitales estudiadas, los medidores se han vuelto a situar en las mismas ubicaciones elegidas en la campaña de noviembre, que incluían las calles con más tráfico de la ciudad, algunas áreas peatonales sin apenas circulación de vehículos a motor, incluyendo el punto en el que se ubica la única estación oficial de medición de la contaminación atmosférica de la Junta de Castilla y León.
Los resultados remitidos por el laboratorio encargado de analizar las muestras confirman, lamentablemente, los resultados obtenidos en noviembre, destacando:
- La medición correspondiente al callejón sin salida junto al río Ciguiñuela, paralelo a la calle de las Nieves, arroja el valor más bajo de los 15 puntos muestreados: 15,19 µg/m3. Precisamente en este punto se ubica la única estación de control de la contaminación de la Junta de Castilla y León en Segovia, lo que confirma su inadecuada ubicación.
- Los resultados también confirman la existencia de dos puntos negros en los que los niveles de contaminación superan los límites legales anuales, establecidos en 40 µg/m3. Se trata de los medidores situados en la calle Conde de Sepúlveda, a la altura de Santo Tomás (46,18 µg/m3), y en la avenida Padre Claret (42,51 µg/m3).
- Hay que destacar el hecho de que los dos medidores que arrojan niveles de contaminación más elevados se encuentran en las inmediaciones de dos centros educativos (CEIP Diego de Colmenares y Colegio Claret).
- Otros puntos que muestran valores preocupantes, aunque no llegan a superar los límites legales, son la calle de San Gabriel (34,61 µg/m3), Ezequiel González en las cercanías de la estación de autobuses (31,88 µg/m3) y Blanca de Silos, en las inmediaciones de la sede de la Universidad de Valladolid (30,67 µg/m3)
- Por el contrario, los valores más bajos, aparte del ya mencionado, se registran en la calle Cronista Enríquez (barrio de la Albuera), la Plaza Mayor, la avenida Vicente Aleixandre (Barrio de Nueva Segovia) y la calle Guadarrama (polígono del Cerro), donde no se llegan a superar los 20 µg/m3 de dióxido de nitrógeno.
A la vista de estos resultados, Ecologistas en Acción de Segovia demanda a la Junta de Castilla y León un urgente cambio de ubicación de la estación oficial de control de la contaminación para que cumpla el fin previsto para este tipo de instalaciones: proteger la salud pública.
Es necesario recordar que, en la primera década de este siglo, la Junta de Castilla y León reubicó todas las estaciones cuyas medidas se encontraban por encima de los límites legales establecidos y,solo como consecuencia de ello, los niveles medidos oficialmente descendieron de forma sustancial. En el caso de Segovia, la estación de medición, que se situaba en las cercanías del acueducto, se trasladó a su ubicación actual, en una zona sin tráfico en las cercanías del río Ciguiñuela.
También hay que recordar que el primer criterio legal de ubicación de las estaciones de medición es implantarlas en “las áreas situadas dentro de las zonas y aglomeraciones que registren las concentraciones más altas a las que la población puede llegar a verse expuesta”. Regla que, a la vista de los resultados de las campañas de medición de Ecologistas en Acción, está siendo claramente incumplida por la Junta de Castilla y León.
Esta ubicación inadecuadade las estaciones de medición ha sido demostrada en otras ciudades de Castilla y León, destacando, además de Segovia, los casos de Salamanca y Palencia.
Como ya hiciera el pasado mes de enero con el informe de la primera campaña de medición, Ecologistas en Acción va a trasladar los resultados de su segunda campaña a la Junta de Castilla y León y a los ayuntamientos de las ciudades analizadas, solicitando que se cambie la ubicación de las estaciones oficiales para que reflejen más fielmente la contaminación atmosférica urbana, así como que se adopten medidas decididas de restricción de la circulación motorizada en las ciudades y un reparto del espacio público más favorable para viandantes, ciclistas y transporte público.
De no obtener una respuesta positiva a esta demanda, la organización ambiental acudirá a los tribunales para que estos obliguen a la Junta de Castilla y León a cumplir con su obligación legal de medir fielmente la contaminación atmosférica y actuar en consecuencia, invocando para ello la sentencia del Tribunal Europeo de Justicia de 29 de junio de 2019 sobre la obligación de ubicar puntos de muestreo en los lugares más contaminados.
El dióxido de nitrógeno (NO2) provoca cada año en España alrededor de 7.000 muertes prematuras, según el Instituto de Salud Carlos III y la Agencia Europea de Medio Ambiente, 500 de ellas en las ciudades de Castilla y León. Es un gas irritante que agrava las enfermedades respiratorias y merma la resistencia a las infecciones, incrementando la mortalidad de enfermedades como la COVID-19.