Ya son muchas las voces que ponen en entredicho el proyecto de la instalación de cuatro aerogeneradores en Adrada de Pirón y Brieva. A estas voces ahora se suma una más, el colectivo Ecologista Azálvaro.

Este colectivo alertó del impacto negativo que supone este proyecto, por su efecto en los valores paisajísticos del Parque Natural Sierra de Guadarrama y la Reserva de la Biosfera Real Sitio de San Ildefonso y El Espinar, en Segovia.

“Dada la ubicación y las dimensiones de los aerogeneradores, dominarán el horizonte de Segovia a 12 kilómetros de Brieva y Adrada de Pirón, y se impondrán visualmente a distancias de varias decenas de kilómetros”. A ello suman el ruido constante al que se verían sometidos los vecinos de las localidades afectadas y el riesgo añadido de sufrir accidentes, “por el desprendimiento de placas de hielo de las aspas”.

Fuentes de la formación explicaron que la empresa encargada de la elaboración del proyecto lo ha “desgajado” en dos partes: ‘La Matilla’, en el término municipal de Brieva, con tres aerogeneradores de 1.500 megawatios de potencia cada uno y 200 metros de altura, y ‘La Lastra’, en el municipio de Adrada de Pirón, con uno.

El colectivo, que ha presentado alegaciones contra el proyecto, manifestó que con la división la empresa “está utilizando el truco denominado «troceo eólico» para conseguir evadir las responsabilidades ambientales del impacto que producirá en la fauna, el paisaje y la población”. “Mediante esta estrategia, penalizada por varios tribunales, los proyectos evaden su responsabilidad medioambiental, al carecer de los estudios sobre los valores naturales que podrían verse afectados”. En este sentido, Azálvaro defendió que el proyecto “debe considerarse un solo parque eólico” y que el posterior estudio del impacto ambiental previsto “llevaría a la anulación del proyecto”.

El colectivo conservacionista se suma así al rechazo del proyecto, al igual que ocurre con los ayuntamientos de Adrada de Pirón y Brieva y la Diputación Provincial de Segovia. A su juicio, se trata de “un atentado medioambiental y paisajístico que pone en peligro el patrimonio natural y cultural de Segovia, en favor de intereses particulares que no beneficiarán en nada a la población de la zona”.