El futuro para miles de trabajadores de Castilla y León está en el aire. Miles ya han perdido sus empleos y 185.000 están afectados por un expedientes de regulación temporal, de 33.000 empresas. El temor de estos trabajadores por su futuro cuando se acabe el estado de alarma se extiende, porque nadie sabe cuándo retornará a la normalidad sobre todo en sectores especialmente afectados por la crisis como el turístico en un contexto de apoyos públicos limitados en el tiempo.

Varios trabajadores afectados por erte explican a Ical, sus temores, y esperan que el Ejecutivo de Pedro Sánchez sea sensible y extienda los apoyos hasta que puedan volver con normalidad a su actividad. Lo demandan empleados de pequeños negocios con actividades con un horizonte de recuperación aún muy lejano y cargado de incertidumbres, aunque algunos de sectores estratégicos como la automoción y grandes empresas también expresan sus miedos en un contexto de crisis global.

La empleada de una pequeña agencia de viajes de Medina de Rioseco (Valladolid), Sara Martín; una dependiente de una franquicia de regalos en Segovia, Mónica Postigo; una trabajadora de hostelería soriana, Soraya Blanco; un salmantino del sector de la enseñanza del español, Javier González, y otro de una empresa de consumibles informáticos, José Ignacio Díez; y el operario del Taller de Mecánica en Renault Palencia Ismael Paredes, que están en regulación temporal de empleo en sus ocupaciones, explican a Ical, su situación y sus esperanzas dentro de un futuro incierto que nadie es capaz de predecir en el contexto pandémico actual.

Pequeño comercio

Mónica Postigo García, como sus ocho compañeros de la franquicia Alehop, situada en la céntrica y turística Calle Real de Segovia, está en erte. Estas semanas han sido muchas las preguntas que le han venido a la cabeza, especialmente la incertidumbre ya que su puesto de trabajo “estaba en el limbo” y “estás con el come come aunque intentas tener un pensamiento positivo”. Mónica Postigo vive sola y reconoce que se entretuvo actualizando el currículum, “miraba ofertas de trabajo, me puse a repasar clases de inglés, un poco todo”. Interrogantes que cerró cuando les confirmaron el erte y tener la certeza de que los planes de la empresa son reabrir la tienda Alehop de Segovia.

Una vez superada esa etapa sigue teniendo más preguntas que respuestas sobre cuáles van a ser las condiciones que se impongan al sector del comercio cuando se permite la vuelta a la actividad. Si el horario de apertura diario es más corto y no todos los días de la semana, a lo mejor “sobra personal”, tampoco existe certezas sobre cuál será el comportamiento de los clientes durante la desescalada. En su opinión, hasta que vuelvan los visitantes de otras ciudades, comunidades y países, será más necesario y vital que nunca el apoyo y respaldo de sus clientes segovianos.

En el ámbito personal, Mónica agradece a su casero que le esté echando una mano, cobrándole la mitad del alquiler y para el otro 50 por ciento tira de la cantidad entregada como fianza. “Salvas un miedo y te enfrentas a otro”, afirmó, teniendo claro que tiene la cobertura de su familia y amigos, dispuestos a ayudarle, con los gastos derivados de los suministros de su vivienda y la comida.

Turismo sin horizonte

Sara Martín, de 30 años, estuvo trabajando hasta el pasado 13 de marzo, en una pequeña agencia de viajes de Medina de Rioseco (Valladolid). Es la única empleada de este pequeño negocio franquicia, que cerró, como tantos otros por la declaración del estado de alarma.

Cobró de su jefa la parte proporcional que trabajó de marzo y está a la espera de recibir la prestación por el erte en su empresa, aunque apunta que se habla del 10 de mayo. “A ver si nos pagan”, indica a Ical, porque expone que se acaba de hipotecar y lo están pasando “mal”. Con todo, reconoce que vive con su pareja, que sigue trabajando y tienen ingresos porque sino no tendrían “ni para comer”. Asimismo, asume que le quedarán unos ingresos “para salvar gastos” y sentencia: “Me conformo con que me paguen y estar bien, por lo demás, ya saldremos adelante”. Además, adelanta que solicitará el complemento de la Junta.

Sara Martín reconoce que la prestación por erte “es un parche” y está “preocupada” porque el sector turístico tardará en recuperarse y “será muy flojo de aquí a dos años”, afirma. Recalca que aunque se abra el confinamiento y les permitan abrir, no cree que este año la gente esté para salir de viaje, porque “hay miedo”. “El sector lo pasará muy mal, será muy complicado”, constata, para reclamar la extensión de los ertes por fuerza mayor hasta que puedan regresar a sus puestos con normalidad, para sectores como el suyo o el hostelero.

Hostelería

Soraya Blanco es una de las sorianas, trabajadora de la hostelería, afectada un erte. Ella y su pareja, dueño del establecimiento, decidieron en el mes de octubre abrir el restaurante El Molinero en Toledillo, un establecimiento a ocho kilómetros de la capital, a pie de carretera N-234 que une a Soria y Burgos.

Ella, trabajadora por cuenta ajena y sus otros tres compañeros, de momento no han cobrado ningún tipo de ayuda, aunque sí las tienen concedidas, y llegará el 10 de mayo. Muestra su preocupación por si el cierre obligado de los establecimientos de hostelería se alarga y porque de momento desconocen qué medidas deberán adoptar para garantizar la seguridad sanitaria en el establecimiento. “Creo que las medidas nos las deberían decir ya para ir adaptando los negocios y poder abrir desde el primer día y no tener que esperar a adaptar el negocio”, dijo.

Soraya Blanco señala que, de momento, no pasan apuros económicos pero que si esto se alarga en el tiempo ‘sine díe’ no descartan pasar dificultades para llegar a fin de mes. Reivindica le necesidad de que el Gobierno señale la fecha para abrir los establecimiento e incluso poder dar servicio a domicilio o comidas para que los camioneros se puedan llevar la comida casera. “Si supiéramos cuándo y cómo nos iríamos adaptarnos e incluso reciclarnos para adaptar el negocio a la situación sanitaria”, dijo.

Enseñanza del español

Uno de los primeros sectores económicos afectados por la crisis sanitaria internacional derivada de la expansión del coronavirus fue el de las escuelas de español para extranjeros, que ya a finales del mes de febrero vio cómo comenzaban a cancelarse masivamente las reservas contratadas para los meses posteriores, como explica el trabajador salmantino de este sector Javier González Barahona. “El domingo de Carnaval, nos despertamos con la noticia de varias cancelaciones de grupos de italianos y ahí empezó, para nosotros, esta situación tan excepcional”, señala, si bien los ERTEs no se aprobaron “hasta abril, que fue cuando les dieron paso”.

Así, González Barahona y sus compañeros recibirán este próximo mes de mayo “la parte correspondiente a marzo y el mes de abril”, aunque la cuestión que ahora sobrevuela la cabeza de los trabajadores de este sector es qué pasará cuando finalicen los ERTEs. Y es que las empresas de la enseñanza de español para extranjeros “se han reunido y nos han comunicado a los trabajadores que auguran que, al menos, va a tener que pasar un año hasta que se reactive el sector”, lo que implica “tener que reinventarse un poco” porque “va a ser mucho tiempo sin trabajo”.

Por ello, González Barahona cree que “lo ideal, si hay dinero”, es que se prolonguen los ERTEs según sectores, puesto que el de las escuelas de español “es un sector fuerte para Salamanca y Castilla y León, con muchos trabajadores, y va a tener mucho tiempo de inactividad hasta que se vuelva a ver otra vez movimiento y se genere otra vez dinero”. En cualquier caso, Javier González Barahona es optimista puesto que, como persona “tranquila y relajada”, está llevando “bien” tanto el confinamiento como la incertidumbre, y asegura que ya está pensando “algunas ideas para proponer soluciones en el momento en que se plantee un escenario más real de lo que supone estar todo este tiempo parado”.

Empresa informática

José Ignacio Díez es uno de los cinco trabajadores de una empresa de consumibles informáticos en Salamanca, que se han visto afectado por un Erte. Desde el pasado 14 de marzo, dejaron de prestar sus servicios en la oficina. Asegura que tiene “miedo al futuro” y también a la desinformación que hay por parte del Gobierno. Intenta “vivir el día a día” pero con la incertidumbre en el cuerpo por “no saber qué pasará con ellos y con sus salarios”.

Señala que los pagos también se retrasan, él y sus compañeros percibieron el sueldo completo correspondiente del 1 al 13 de marzo y sabe que “no es culpa del jefe”, porque “era la opción a la que casi obligó la administración”. Pero echa de menos que alguien les comunique en qué estado se encuentran los expedientes de regulación temporal de empleo o cómo se llevará a cabo la desescalada en el caso de su sector. Este salmantino cree que “el efecto dominó será largo” y sostiene que “ya ha pasado tiempo más que suficiente para dar respuestas y haber obtenido soluciones”.

Automoción

El trabajador del Taller de Mecánica de la factoría de Renault en Palencia, Ismael Paredes, afirma que observa un futuro «muy complicado, al ver cómo está la economía de medio mundo, dado que la mayoría de del trabajo va destinado a la exportación», apunta. De ahí que, de momento, estén con la «incógnita» para saber la manera en la que se va a volver a la «normalidad». Aun así, deja claro que preocupa «más la salud inmediata».

Respecto a la medida implementada por la empresa para complementar hasta el 85 por ciento el salario, Paredes asegura que «van muy justos», con sueldos que «llegan para vivir, pero tampoco da para caprichos». Afirma que «si se compara con otras empresas que no les han complementado nada está mejor, pero es un triste consuelo porque aquí hay muchos compañeros mileuristas y, ahora, el salario se queda en el 85 por ciento», subraya.

En ese sentido, el trabajador de la marca del rombo detalla que cobraron el pasado mes de marzo de manera íntegra y al completo, por lo que el miércoles 29 de abril se va a producir el descuento de lo cobrado de más y no trabajado. Respecto a la prestación por el expediente de regulación temporal de empleo, reconoce que no la han recibido, la cual no llegará hasta el próximo 10 de mayo.