Siete alcaldes de la provincia han recibido la Medalla de Oro de la Diputación de Segovia en reconocimiento a sus más de 25 años al frente de sus ayuntamientos. El Teatro Juan Bravo de la Diputación se ha puesto de largo esta mañana para rendir homenaje a aquellos alcaldes que, durante los últimos años, han cumplido más de veinticinco en el cargo. En un acto encabezado por el presidente de la institución provincial, Miguel Ángel de Vicente, que ha contado con la presencia de la mayor parte de la corporación provincial, así como de un importante número de regidores y concejales de toda la provincia, los alcaldes de Aldehorno, Jesús Sanz, Condado de Castilnovo, David Yagüe, Fresno de la Fuente, Julián Pablo Horcajo, Fuentepiñel, Jorge Barrio, Pedraza, Pedro Martín, Valleruela de Pedraza, Gregorio Enebral, y el alcalde de San Miguel de Bernuy y vicepresidente segundo de la Diputación, José María Bravo, han recibido la Medalla de Oro de la Diputación.
Mientras eran presentados, haciendo referencia a algunos de los hitos más relevantes o a algunos de los momentos más importantes vividos durante sus mandatos, todos ellos iban recogiendo uno por uno, de manos del presidente de la institución provincial, sus galardones, al tiempo que, en sus discursos posteriores, entre palabras de agradecimiento, reivindicación e incluso humor, iban recordando a los familiares, amigos, ediles o secretarios que los han acompañado a lo largo de todo este tiempo.
Desde el principio, y teniendo en cuenta que durante los dos últimos años la pandemia y sus restricciones de seguridad habían impedido la celebración de este acto, el patio de butacas del Teatro Juan Bravo dejaba sentir la nostalgia y emotividad por el recuerdo de las experiencias acumuladas durante un cuarto de siglo por los regidores galardonados, pero también por lo vivido a lo largo de este mandato, en el que, como apuntaba Miguel Ángel de Vicente durante su discurso, “nos hemos enfrentado, logrando crear un gran batallón segoviano, comunitario y solidario, a una pandemia llena de desolación, incomprensión e incertidumbre”. El presidente de la Diputación, que no olvidaba tampoco en sus palabras los destrozos del temporal de nieve y frío Filomena, hacía alusión, además, a las consecuencias económicas tanto de la situación sanitaria, “acrecentadas por una impuesta gestión limitada de nuestros recursos” como de “una guerra que, de alguna manera, ha bombardeado el trabajo de agricultores y ganaderos, alcanzando ya a todos los sectores productivos, y que además duele y conmueve, por ver a algunos vecinos tan ucranianos como segovianos con sus banderas azules y amarillas a media asta”.
El presidente de la Diputación aprovechaba también el acto para agradecer a alcaldes y concejales de toda la provincia su “generosidad y colaboración”, además de su “voluntad, honestidad y amabilidad”, durante estos tres años, en los que, acompañado del diputado del Área de Acción Territorial, Basilio del Olmo, así como de otros diputados, no ha dejado de aprovechar cada hueco en su agenda para visitar todos los pueblos de la provincia y acercarse a conocer sus realidades y necesidades de la mano de los regidores. “Vosotros, mejor que nadie, sabéis qué necesitan vuestros vecinos y cómo responder a esas necesidades, cómo gestionar esas necesidades”, apuntaba De Vicente, quien, a punto de cumplir treinta y dos años como alcalde de Collado Hermoso, aseguraba que “no hay mejor medalla que la de la convicción del deber bien hecho, pese a temporales, crisis y conflictos; refrendada, siempre por el apoyo de quienes sienten la cercanía de sus representantes públicos, pasean por calles asfaltadas, se trasladan por carreteras seguras o disponen de agua limpia y de calidad», entre otros de los diferentes servicios a los que hacía alusión.
Antes de dar por concluido el acto, amenizado por la música en directo de Ernesto Arranz y Guillermo Martín Rozas, Miguel Ángel de Vicente, deseando un próspero 2023, reservaba un momento de recuerdo para aquellos regidores que fueron elegidos por sus vecinos en 2019 y que han fallecido durante este tiempo y concluía su intervención apuntando que “ellos también nos enseñaron que no hay medalla más valiosa que la que se cuelga de la memoria”.