Las localidades segovianas de Marazuela y Marazoleja, donde Iberdrola proyecta instalar la planta fotovoltaica de Otero, una de las mayores de Europa con una potencia superior al medio millar de megavatios, esperan ilusionados la materialización de un proyecto que supondrán un seguro de vida para unos pequeños municipios de la España vaciada que verán como sus presupuestos municipales casi se triplican, además de ingresar más de cinco millones de euros por la licencia de obras de un proyecto que contempla una inversión superior a los los 200 millones.
El alcalde de Marazuela, Javier Calle, que a sus 29 años afronta su primera legislatura, no quiere caer en “ningún cuento de la lechera”, pero tiene claro que lo primordial, cuando se materialicen los fondos, será mejorar los servicios básicos de las personas mayores, en especial el transporte y el ocio, pero tampoco se quiere olvidar del puñado de niños de los cuatro matrimonios jóvenes que viven un pueblo de 55 habitantes.
No obstante, Calle, ganadero de profesión, reconoce que otro proyecto que ha comentado junto a los dos concejales que conforman el Ayuntamiento, es la posibilidad de adquirir terrenos para facilitar la construcción de viviendas.
El proyecto, según reconoció el edil, apenas contó con rechazo de vecinos y la mayor parte de las críticas procedieron de personas que tienen en el municipio una segunda residencia y que temen que se pierda la “esencia” del pueblo y de la llanura en el que se encuentra enclavado. Para Calle, los grandes beneficiados serán los propietarios de las fincas agrícolas, dado que el compromiso de la empresa energética establece para los próximos 35 años un alquiler anual de 900 euros por hectárea, que se actualizará todos los años en función del IPC, cuando la renta que reciben ahora ronda los cien euros, cantidad a la que hay que sumar las ayudas de la PAC. No obstante, también reconoce el lógico malestar de los agricultores propietarios, aunque al final la mayoría ha considerado que se trata de un proyecto beneficioso para el pueblo.
A falta de concretarse las cifras exactas, el Ayuntamiento de Marazuela, que este año cuenta con un presupuesto que no alcanza los 80.000 euros, solo por la licencia de obras ingresará casi cinco millones, a lo que sumará, vía IBI e IAE, unos 100.000 euros anuales.
En términos similares se pronuncia Pablo Rincón que, como su vecino Javier Calle, a sus 35 años afronta su primera legislatura al frente de la Alcaldía de Marazoleja, un pueblo con 107 censados pero en el que habitualmente viven poco más de sesenta personas. El regidor reconoce la ilusión por la llegada de un proyecto que “nos permitirá poner en marcha proyectos que ahora resultan impensables y con los que podemos garantizar el futuro y el desarrollo económico de un pueblo que, como los del resto de la comarca, cada vez van a menos”.
Además, Rincón también recalca el compromiso de Iberdrola a la hora de generar empleo en la comarca, ya que además de la contratación de prioritaria de trabajadores de Marazuela, Marazoleja y Anaya durante la fase de construcción, este criterio también se mantendrá a la hora de seleccionar al personal que se encargará del control, la conservación y la vigilancia de la planta una vez que entre en funcionamiento.
Al mismo tiempo, apuntó que el proyecto recibió de forma mayoritaria los parabienes de todos los vecinos y personas que tienen una segunda residencia, y remarcó que aunque el principal hándicap del proyecto es su impacto paisajístico, explicó que en el mismo se contemplan medidas correctoras como plantación de árboles para minimizar sus efectos.
El proyecto, que en el caso de Marazoleja afectará a unas 300 hectáreas, una tercera parte que en Marazuela, supondrá también triplicar el presupuesto municipal, que ahora ronda los 120.000 euros, algo que, según reconoce el regidor “nos permitirá rebajar las tasas e impuestos municipales” y afrontar unos proyectos como la mejora de la red de abastecimiento, la construcción de viviendas sociales, la puesta en marcha de un centro de día e intentar aprovechar la sinergia de la planta para que alguna empresa se instale en el municipio.
El parque Otero, en el que Iberdrola contempla una inversión superior a los 200 millones de euros, generará energía limpia suficiente para abastecer a 290.000 hogares y evitará la emisión a la atmósfera de 182.000 toneladas de CO2 al año.
Con este nuevo proyecto, Iberdrola reforzará su liderazgo renovable en Castilla y León, donde ya gestiona más de 5.100 megavatios hidráulicos y eólicos, lo que la convierten en la región con más megavatios verdes instalados por la compañía. Además, el grupo promoverá en la Comunidad más de 2.400 megavatios en proyectos eólicos y fotovoltaicos en los próximos años, para los que destinará inversiones de unos 2.000 millones de euros.