Este viernes se hizo entrenga del esperado Premio Internacional de Poesía ‘Jaime Gil de Biedma’ y el ganador fue el escritor gaditano Manuel Francisco Reina, con su libro ‘Servido en frío’. La entrega del galardón la hizo el vicepresidente primero de la Diputación, José María Bravo.
Sobre su libro sostuvo, que la venganza es “legítima” por somos animales y nos defendemos pero también una reflexión sobre el tiempo que es “realmente el verdadero juez y verdugo, el verdadero vengador”.
En su poemario, por el que también recibe un premio en metálico de 10.000 euros, analiza esa idea del tiempo como “juez” que pone las cosas en su sitio, aunque a veces no sea el sitio que corresponde. Además, sostuvo su autor, es una reflexión sobre el mal en el mundo, sobre los libros fundacionales de la cultura occidental, como la Biblia, la Torá o el Talmud, para darles una vuelta, también con el uso de la ironía sobre los siete pecados capitales.
El cuidado de la lengua
Manuel Francisco Reina defendió la necesidad de hacer discurso sobre la lengua, la palabra y cuidar el idioma, en un ‘Servido en frío’, que contiene una imagen del poeta gaditano, del Puerto de Santa María, Rafael Alberti, al que Reina conoció de joven, y que le dio como consejo que se obedeciera a si mismo.
También aseguró, tal y como recoge Ical, que ganar el Premio de Poesía Jaime Gil de Biedma es “una ensoñación hecha realidad” al ser uno de los premios “referenciales”, que da cabida a escritores como él, “no adscritos”, que no pertenecen a “banderías poéticas”, pero a cambio se consigue “el precio de la libertad”.
Manuel Francisco Reina también destacó la pluralidad del jurado y el trabajo de varias décadas de la Diputación Provincial. Confesó tener una vinculación “muy particular con Segovia”, ya que vino en varias ocasiones, en su juventud, siguiendo la estela de San Juan de la Cruz y de Antonio Machado. Ya más recientemente, la colaboración con el artistas segoviano Luis Moro, en su proyecto en la Real Fábrica de Cristales de La Granja para cerrar el Año Internacional del Vidrio.
«Muy unitario»
El coordinador del Gil de Biedma, Juan Manuel de Prada, destacó del libro ganador de esta XXXII edición, convocada por la Diputación de Segovia, que es “muy unitario”, lo que es “un valor a resaltar en tiempos de dispersión y descomposición”, que es posible poner “orden en el mundo” y también en la literatura.
Reina, remarcó, habla en su poemario de “las consecuencias del mal en nuestras vidas y las profundas heridas que deja y cómo reaccionar”, con una poesía “meditativa” capaz de nombrar “ese amasijo de pasiones destructivas que anidan en el corazón humano, que la tradición cristiana le da el nombre de pecados”.
De Prada sostuvo que este libro ‘Servido en frío’ es “casi un pequeño manual de moral” por el que desfilan “los pecados y las heridas que dejan en nuestras almas, a veces indelebles, que a veces se enconan de una forma furiosa y buscan venganza”, mientras que otras veces “se aplacan y se se convierte en la justicia del tiempo que todo lo pone en su lugar”.
Recomponer el alma
Otro andaluz, el sevillano Jesús Beades, recibió otra escultura de la Real Fábrica de Cristales y 3.000 euros como ganador del accésit, que dedicó el premio y el acto a su tía abuela María, que falleció ayer. “Una mujer castellana y llevo todo el día pensando en ella”. Para Beades, una jornada muy especial, ya que hace 22 años, recibió también en tierras de Castilla, su primer premio de poesía, que lleva el nombre de Gerardo Diego, en Soria. “Es como si se cerrara un ciclo”, sostuvo, antes de dar paso a la lectura de dos poemas de ‘Orden de alejamiento”
Juan Manuel de Prada resaltó que este poemario habla de esas heridas “profundas y odiosas” que dejan las rupturas de pareja. “Con un título tan llamativo, tan provocado, se alza sobre el charco de las miserias, de ese barro hecho de llanto y de odio y tratar de recuperar añicos rotos el alma de un amor que sigue palpitando, como las heridas cuando aún no han cicatrizado”, describió.
Más de mil poemarios
El acto de entrega, en el salón de plenos de la Diputación de Segovia, entidad organizadora del Premio Gil de Biedma, fue presidido por el vicepresidente de la institución provincial, José María Bravo, al no poder acudir el presidente, Miguel Ángel de Vicente, por problemas de agenda. Bravo agradeció el trabajo realizado por el prejurado, para dar lectura y selección, con gran capacidad de análisis, de los cerca de 1.500 poemarios presentados a esta edición de 2022.
El también diputado de Cultura destacó las 31 ediciones que tuvo a sus espaldas el anterior coordinador del Gil de Biedma, hoy consejero de Cultura y Turismo de la Junta, Gonzalo Santonja. Su relevo, que ha sido “todo un acierto”, dijo Bravo, lo asumieron María Antonia Isabel, con el prejurado, y Juan Manuel de Prada, para dar redondez a la recta final del premio.
El fallo del jurado se produjo el seis de junio de este año, en este mismo escenario del Salón de Plenos de la Diputación de Segovia, al que hoy acudieron familiares de los galardonados así como la alcaldesa de la ciudad, Clara Martín, y el alcalde de Nava de la Asunción, Juan José Maroto, municipio en el que descansan los resto del poeta Jaime Gil de Biedma.