El vicepresidente y portavoz de la Junta, Francisco Igea, aseguró hoy que la dos restricciones suprimidas, el cierre perimetral de las provincias y el número máximo de 25 personas en los lugares de culto, son “mínimas” y añadió que se mantiene la “prudencia” en la desescalada, puesto que a su juicio “no ha cambiado nada”, al tiempo que la consejera de Sanidad, Verónica Casado, recomendó a la población tener “mucho cuidado” con la movilidad y el contacto social para evitar los contagios de COVID-19.
En la comparecencia posterior a la reunión del Consejo de Gobierno, Francisco Igea defendió que la Junta sigue las recomendaciones de la ministra de Sanidad, Carolina Darias, que este miércoles pidió a las comunidades que no levantaran las restricciones para evitar un nuevo aumento de los casos de coronavirus. Además, la propia consejera del ramo había asegurado el martes que no se iban a relajar ninguna de las medidas en la Comunidad.
“No somos nosotros los que hemos cambiado de actitud”, replicó el portavoz, quien consideró que en ocasiones es difícil seguir a determinados medios de comunicación y dirigentes que recordó les critican por ser “los más restrictivos” y otros días ensalzan a los responsables de Australia por confinar a la población ante la aparición de los primeros contagios. Además, aseguró que en la Junta seguirá a los “números” y adoptarán medidas “lógicas”.
Al respecto, la titular de Sanidad afirmó que ella está “conforme” con las medidas que toma el Gobierno autonómico después debatirlas y analizar los datos y aclaró que el martes se refería a que de momento no se podían levantar las limitaciones impuestas a la hostelería, las grandes superficies o el ocio, si bien aseguró que cuando llegue el momento también se suprimirán.
También Verónica Casado aseguró que los indicadores permiten levantar algunas de las medidas, pero insistió en relación a los consejos que se envían a la población que se debe seguir recomendado que se limite la movilidad y el contacto social, a raíz de los estudios que muestran su impacto en la pandemia. Por ello, aconsejó que se limite por ser uno de los elementos que más influyen en el aumento de la incidencia.
En ese sentido, Igea argumentó que la Junta no ha cambiado de posición respecto al martes, cuando la consejera de Sanidad aseguró que no se iban a relajar ninguna de las restricciones, puesto que indicó que el Ejecutivo autonómico lo que ha hecho es cambiar unas medidas por otras, como es a su juicio sustituir el adelanto del toque de queda, suspendido por el Tribunal Supremo, por el cierre a las 20 horas de la actividad no esencial.
“No hay ninguna medida nueva”, afirmó el vicepresidente para recordó que todo el comercio no esencial ya estaba cerrado a las 20 horas con el adelanto del toque de queda, que una vez dejado en suspenso por el Supremo, se sustituye por una limitación de la actividad. “Actuamos con coherencia”, reiteró Igea, quien sin embargo admitió que esta medida no logra los mismos resultados que la limitación de la movilidad.
También Verónica Casado señaló que el cierre a las 20 horas no es una medida nueva, puesto que admitió que en el pasado se valoró situar ese horario a las 18 horas, si bien la Junta se decantó por adelantar el toque de queda dos horas. Ahora, continuó, se adapta a la situación epidemiológica actual, por lo que en lugar de las 18 horas se establece las 20 horas, y agregó que más adelante otras se podrán relajar en función del comportamiento de los indicadores.
Revisión el lunes
Por otra parte, el vicepresidente y la consejera de Sanidad adelantaron que el próximo lunes, 22 de febrero, la Junta de Castilla y León revisará las restricciones que están en vigor hasta el día siguiente para adoptar una decisión, como son el cierre del interior de la hostelería, los centros comerciales y los deportivos, así como la limitación de aforos.
Verónica Casado explicó que están viendo una “bajada importante” del diez por ciento cada día, pero también reconoció que es “verdad” que mientras los indicadores epidemiológicos descienden más rápido, los sanitarios, referidos a la ocupación en planta y UCI, bajan “muy despacios. “El lunes lo veremos”, dijo, porque añadió que han aprendido en la pandemia que los números hay que “leerlos todos los días”.
Además, la consejera de Sanidad explicó que se utilizarán dos indicadores por ser “más sólidos”, como la incidencia acumulada a 14 días y la ocupación en la UCI para abordar la desescalada, aunque añadió que se analizan también otros como los referidos a los mayores de 65 años o la trazabilidad de los casos positivos. También apuntó que para pasar a fase 3 es necesario que la ocupación en las unidades de críticos baje del 25 por ciento, incluyendo a los enfermos derivados de otros territorios.