Nadie quería dejar a medias lo que se empezó el año pasado. Así que mano a mano, acarreando piedras, preparando cemento o repartiendo agua, cada uno en función de sus conocimientos, fuerzas y habilidades, los vecinos de Sigueruelo han terminado la construcción del muro de contención en el nuevo paseo de la localidad. Como cada verano desde hace once años, la hacendera popular que se organiza en un pueblo de menos de 20 habitantes sirve para preservar el patrimonio y las zonas de recreo gracias a la buena voluntad, la ilusión y el trabajo desinteresado de la población, incrementada en un centenar de personas en los meses de verano.
Bajo el calor sofocante, el objetivo es acabar lo que se empezó hace ahora un año para que muy pronto el pueblo disponga de una acondicionada y agradable senda para pasear. Fieles a una tradición recuperada de los tiempos en que las Administraciones Públicas llegaban donde llegaban, la jornada de trabajo sirve para construir algo que verdaderamente es de «todos», apreciado y querido porque lleva la marca del sudor y el esfuerzo de hombres y mujeres de todas las edades y condiciones.
El trabajo altruista del pueblo se ha centrado en esta ocasión en la finalización del muro de contención que se inició el año pasado en un nuevo paseo a las afueras de Sigueruelo, paralelo al arroyo Salegón. El muro servirá para contener las avenidas de agua y nieve, así como lugar de descanso. En los trabajos se han empleado tres sacas de arena de río, 16 sacos de cemento de 25 kg para realizar el hormigón y toda la piedra del lugar necesaria procedente de distintas demoliciones. Se comunica con una zona de ejercicio y recreo para mayores y niños, conocida popularmente como «Los Agapitos», donde ya se ejecutó un muro similar al lado del riachuelo hace dos años.
«Todos somos conscientes de que podemos contribuir de alguna forma a restaurar nuestra herencia y patrimonio. Es una forma de estar unidos y mejorar el entorno y que este pueblo, a pesar de su tamaño, no sólo no se deteriore, sino que cuente cada vez con más y mejores espacios públicos para que rebose vida y todos los disfruten. En estos once años hemos acometido numerosas actuaciones en distintas zonas del pueblo y todos nos sentimos orgullosos de poder aportar algo», asegura Antonio Moreno, presidente de la Asociación de Vecinos de Sigueruelo.
Precisamente, uno de estos trabajos en zonas emblemáticas de Sigueruelo, como la Fuente Honda, ha sido víctima de un sabotaje hace apenas un mes, donde un vándalo o grupo de vándalos ha destrozado un precioso azulejo artesanal situado sobre los caños de la fuente.
A lo largo de estos años son muchas las zonas, edificios u obras públicas restauradas o construidas como los trabajos en la mencionada Fuente Honda, la nueva barbacoa pública, la fuente de «El Chorrillo», el Toril, el Potro, los bancos del «Paseo de la Cruz Chiquita», entre otros enclaves representativos de la localidad.
El Ayuntamiento de Santo Tomé del Puerto, al que pertenece sigueruelo, ha aportado materiales y una máquina de excavación para los trabajos previos. Al finalizar la mañana de trabajo se ha ofrecido una paella popular de la que han disfrutado todos los vecinos.