La reforestación será “una segunda etapa a medio plazo”, según el jefe de la Sección Territorial de Gestión.
El jefe de la Sección Territorial de Gestión Forestal I de la Junta en Segovia, Ignacio Quintanilla, explico hoy que “lo más urgente” que hay que abordar, tras una inspección sobre el terreno afectado por el incendio en la Sierra de Guadarrama, es “el tema de la restauración hidrológica” para evitar que “una posible tormenta fuerte” cause problemas de abastecimiento en la zona.
Ignacio Quintanilla expuso todo el apartado técnico de estos trabajos, en la reunión celebrada, entre el alcalde del Real Sitio de San Ildefonso, Samuel Alonso, y el delegado territorial de la Junta, Javier López Escobar, en el Ayuntamiento de La Granja.
Quintanilla, que asumió las tareas de director técnico del incendio, realizó durante la mañana, una visita a la zona afectada, acompañado de un grupo de técnicos para evaluar y planificar con Patrimonio Nacional; el Parque Nacional Sierra de Guadarrama; el Servicio de Aguas; Fomento y el Ayuntamiento del municipio. El delegado territorial remarcó que la perfecta coordinación entre todos hay que llevarla “hasta sus últimas consecuencias”.
Javier López Escobar explicó que todavía está trabajando un helicóptero, cuatro cuadrillas, con vehículos y varios agentes, en las labores de extinción, pero que “paralelamente” ya ha comenzado la planificación de la restauración desde la parte más urgente que es el control del río, la erosión, el movimiento de las cenizas e impedir que “nos causen problemas” porque “una fuerte tormenta nos haría mucho daño».
En el tema de abastecimiento de agua, argumentó el delegado, tienen la confianza en que tanto la ETAP de Segovia como de La Atalaya “van a resolver cualquier problema de arrastre “que tenga el agua por el incendio y también se están viendo las actuaciones para que ‘El Mar’ de La Granja no se contamine, si por “un error entrara agua contaminada ver qué alternativas tenemos”.
En la misma línea, Ignacio Quintanilla remarcó que “lo más urgente” es “la restauración hidrológica”, mediante la planificación “con los propios materiales del terreno” para hacer “albarradas”, palabra técnica para referirse a empalizadas realizadas con madera quemada, piedras, para “hacer pequeños diques para ir conteniendo los posibles arrastres, las escorrentías, y actuaciones en laderas para sujetar lo más posible el terreno”.
“La repoblación”, explicó el técnico de la Junta, será en “una segunda etapa un poco a medio plazo” pero “no es lo más inminente” que sí es que toda la ceniza que, en algunos sitio llegaba a los 40 centímetros, que quede ahí contenida con los pequeñas obras de hidrología, porque además, el arbolado, “nos protegería de una posible escorrentía”.
Quintanilla explicó que seguramente en otoño, empezará a rebrotar, porque “si no caen tormentones de verano” y, en septiembre y octubre empiezan las lluvias de otoño, “puede ayudar a superar todo esto”. Desde su punto de vista, lo más importante no es cortar la madera, que incluso puede sujetar y ayudar, remarcando que la reforestación puede esperar.
La primera zona de actuación es en el Alto del Morete, casi en la fuente del río que lleva el mismo nombre, donde, según Quintanilla, harán, en el mismo cauce del río, unas pequeñas estructuras transversales, y en las laderas, “tributarias de este cauce”, también se colocarán, en “curvas de nivel como atrebolillo”, empalizadas de palos de la madera quemada para ir sujetando las acorrentías.
Otra solución que manejan los técnicos, es esparcir paja, cuando el terreno esté lo suficientemente frío, ya que ayuda a redistribuir la humedad, si llueve. Por último, el delegado explicó que, desde Valladolid, están realizándose otros trabajos y planes de reforestación y recuperación más a la largo plazo, así como inspecciones de Sanidad y Medioambientales, remarcando que ninguna industria de la zona se ha visto afectada.