A 39 km de Segovia capital, en la ribera del río Voltoya y en pleno territorio de la campiña segoviana encontramos el tranquilo pueblo de Juarros de Voltoya. Su nombre procede del vocablo “Xuarros”, derivado del vasco “zuhar” que significa olmo, una de las especies que predominan en el bosque de ribera que acompaña al río.
El embalse de Juarros de Voltoya es un destino turístico para los amantes del turismo ornitológico ya que en él se reúnen muchas especies de aves y otra variada fauna. El valle del río Voltoya es zona declarada Lugar de Interés Comunitario (LIC) y Zona de Especial Protección para las Aves (ZEPA).
Juarros de Voltoya es el destino perfecto para desconectar pero también tiene un lado aventurero que hace que esta localidad acoja también cada año una concentración motera, según informan desde Prodestur.
Sin embargo, a pesar de todas estas riquezas que ofrece este pequeño pueblo segoviano, Juarros destaca por una fiesta tradicional que ha sido declarada en abril de este año Manifestación Tradicional de Interés Cultural Provincial por el pleno de la Diputación de Segovia. Se trata ni más ni menos que la celebración cada 28 de diciembre del día de los Santos Inocentes llamada también “La Justicia de los mozos”.
Es una celebración tradicional que se remonta a la Edad Media recogiendo el testigo de un pueblo cercano, Melque de Cercos. Se trata de que durante la fiesta, los mozos solteros menores de 30 años (llamados “Justicia”), quitan el bastón de mando a la corporación municipal. Esto significa que los mozos deciden quiénes serán el alcalde, el teniente de alcalde, alguacil y los concejales. Pero además eligen una figura muy particular “El perrero” que tiene varias funciones.
Los miembros de la “Justicia de los mozos” salen ataviados con capas y sombreros españoles y recorren el pueblo para cobrar una contribución especial. Al son de la música y charangas, es el “Perrero” el que va abriendo el camino recogiendo la aportación que los vecinos que se guarda en una cesta custodiada por un joven de 15 años que hace de alguacil. Un aguinaldo algo especial.
Después de la misa, la fiesta no termina aquí. Los mozos de “La Justicia” abren el baile por la tarde con sus parejas y el resto del pueblo juega a quitárselas. Pero aquí aparece el “Perrero” que se encarga de animar las inocentadas y de controlar el corro dando un “trallazo” con una vara a quien ose entrar en el baile y molestar a las parejas.
Esta tradición ha perdurado de generación en generación y Juarros de Voltoya es de los pocos pueblos segovianos que la mantiene. Esta bonita costumbre hace emocionar a los juarreños y juarreñas cada 28 de diciembre, un día como hoy, y gracias a ellos se mantiene el ánimo para conseguir que esta fiesta continúe celebrándose cada año.
De visita por Juarros
También se pueden ver en Juarros de Voltoya otros lugares de interés, como: la Iglesia de Nuestra Señora de la Asunción, un edificio del siglo XX construido sobre el antiguo que fue derruido; el Yacimiento de El Muerto, con restos cerámicos campaniformes del 2700- 1700 a C y a la Edad de Hierro entre el 800-500 a C en una llanura hacia la vega del Voltoya; Patrimonio Histórico Industrial, con bodegas excavadas en la ladera del río, y el Molino del Castillo donde aún se aprecian tres bocines de distinto tamaño y dos cárcavos de arco de medio punto realizados en ladrillo.
A algo más de 8 kilómetros puedes visitar la localidad de Martín Muñoz de las Posadas donde encontrarás el Palacio renacentista del Cardenal Diego de Espinosa, Presidente del Consejo Real de Castilla y Primer Consejero del Rey Felipe II. En la iglesia de Nuestra Señora de la Asunción se encuentra su mayor tesoro, “El Calvario”, un cuadro del Greco con una historia novelesca por detrás.
Otra localidad interesante y de visita obligada es Santa María la Real de Nieva, a tan solo 12 minutos en coche. Allí se encuentra una de las joyas del gótico en Segovia: el Monasterio dominico del que destaca su claustro.