La subdelegada del Gobierno en Segovia, Marian Rueda, apeló hoy a la necesidad de contar con instrumentos para que los menores “no sufran ciberviolencia y se sientan protegidos ante estas circunstancias”, ya que este colectivo “no mide lo que les puede afectar” esta forma de ataque “a su desarrollo y formación integral”.
Rueda se pronunció así durante la jornada ‘La Dimensión Digital de la Violencia sobre la mujer’, que se celebró en el Campus de la Universidad de Valladolid en Segovia, un encuentro en el que expertos de diferentes áreas temáticas han centrado su discurso en la prevención y en el uso de herramientas para erradicar la ciberviolencia, un delito que afecta sobre todo a mujeres y menores.
“Vemos a diario como surgen este tipo de comunicación a través de internet y las redes sociales y cómo están causando un daño en personas que no son suficientemente maduras para entender estos ataques”, manifestó la subdelegada del Gobierno en Segovia, quien explicó que es necesario “hacer uso de la educación y de todos los medios que haya a nuestro alcance para proteger a este colectivo de la sociedad”.
En este sentido, y en el ámbito educativo, el vicerrector de la Uva en Segovia, Agustín García, aseguró que “hasta un 40 por ciento de la población escolar ha tenido conciencia de que existe ciberacoso o lo ha sufrido”, por lo que se considera imprescindible para la institución académica “sensibilizar en materia de ciberviolencia”.
Así, el vicerrector explicó que “el alumno tiene que poner de su parte para denunciar los casos de acoso de los que sea testigo” y que, para conseguir la labor de sensibilización, desde la Universidad de Valladolid “se trabaja en la cátedra de género y en asignaturas concretas de igualdad de género”.
Prevención frente al acoso sexual
En cuanto a la prevención y el apoyo frente al acoso sexual entre menores, la presidenta de Stop Violencia de Género Digital y directora del Observatorio de Violencia Digital, Encarni Iglesias, explicó que uno de los grandes problemas de la violencia digital “es el desconocimiento de las herramientas” y de que “es un delito como otro cualquiera”.
En este sentido, el subdirector general de Promoción de Autorizaciones de la Agencia Española de Protección de Datos, Julián Prieto, apuntó que este organismo dispone desde el año 2019 de un canal prioritario “para denunciar informaciones que estén presentes en internet y causen perjuicios y suprimir la viralidad de estos documentos”. “El delito digital hay que denunciarlo para que el Código Penal vaya avanzando en las penas a través de los datos y estadísticas que ofrecen las denuncias”, comentó, para añadir que “hoy por hoy, la mayoría de delitos que no son de índole físico llevan un ámbito digital, como las amenazas, insultos y suplantaciones de identidad”.
En este punto, coincidió con lo expuesto por María José Garrido, comandante de la Guardia Civil y jefa del Área de Estudios de la Secretaría de Estado de Seguridad, quien lamentó que, aunque el Código Penal ha avanzado, “el problema es que internet es más rápido, por lo que es imprescindible conseguir un equilibrio entre esta rapidez, los juzgados y el endurecimiento de las penas”.
‘Denuncias ocultas’
Garrido, explicó que los delitos más frecuentes son “el sexting y el ciberstalking, anglicismos con los que hay que familiarizarse porque son parte de la actualidad”. En este sentido, explicó que “se deja a los niños un dispositivo electrónico sin un manual de uso, lo que hace necesario estar concienciado sobre las posibles brechas de seguridad que tienen los dispositivos electrónicos”.
En relación con las denuncias por violencia de género, según la macroencuesta realizada por la Delegación del Gobierno de Violencia de Género, “se habla de una cifra del 80% que no se denuncia”, lo conocido como ‘cifra de denuncias ocultas’, por motivos tradicionales como la vergüenza, el desconocimiento o la culpa. En cuanto a la ciberviolencia, una extensión de la violencia de género mediante el uso de las TIC “muchas veces no sabemos que hay violación de derechos fundamentales”, lo conocido como ‘cifra inconsciente’, que “se debería sumar a la cifra oculta”.