Las declaraciones del estado de alarma en España para hacer frente a la pandemia de la COVID-19 han llegado acompañadas indefectiblemente de un aumento exponencial de la compra de alimentos por parte de los consumidores castellanos y leoneses, un acaparamiento masivo ante el temor de una situación de desabastecimiento.

La estadística del Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación sobre consumo alimentario en España deja claro este comportamiento social, entre marzo y junio, el primer estado de alarma, y desde octubre, cuando se declaró el segundo, cuando la compra de alimentos creció a un ritmo de dos dígitos.

Los datos recopilados por Ical, revelan que durante el primer estado de alarma, esta forma de actuar fue mucho más impulsiva, que meses después, ante la entrada en un terreno desconocido, aunque el fenómeno se reprodujo en menor escala en octubre.

Así, los primeros cuatro meses de confinamiento, se consumieron en Castilla y León 600,3 millones de kilos o litros de alimentos, lo que supone 87,7 millones de kilos más que en el mismo periodo de 2019, con un crecimiento porcentual del 17,1 por ciento.

El gasto en alimentación se disparó esos cuatro meses de confinamiento en los hogares de los castellanos y leoneses, con 1.468,4 millones de euros, que representan 250,7 millones más que en el mismo periodo de 2019, con un crecimiento en términos relativos de un 20,6 por ciento.

Otros datos que revelan ese comportamiento acaparador están en el consumo y el gasto per capita en alimentos. La media de consumo esos cuatro meses de confinamiento se situó en los 62,69 kilos/litros mensuales, cuando el año anterior, cuando se vivía cierta normalidad, se situó en los 53,4. El desembolso medio por persona al mes durante el periodo de estudio se situó en 153,33 euros, cuando en ejercicio anterior fue de 126,66.

El aumento del gasto también estuvo alentado por un precio medio del kilo/litro adquirido mayor, ya que esos meses de estado de alarma y confinamiento se situó en los 2,45 euros, frente a los 2,38 de 2019.

Cabe destacar que los dos meses de mayor consumo alimentario de 2020, fueron abril y mayo, el primero con 156 millones de kilos/litros con un gasto de 385 millones de euros; y el segundo, aún mayor, con 160,8 millones de kilos, y un desembolso de 389,7 millones. El año anterior, en 2019, esos meses no se alcanzaron los 130 millones de kilos, y el gasto rondo los 300 millones, lo que da idea del aumento de la actividad compradora de los castellanos y leoneses.

Pero es que el tercer mes con un mayor consumo de alimentos se produjo en octubre, coincidiendo con la nueva decisión del Gobierno de declarar un nuevo estado de alarman, ante la gravedad de la pandemia, y su coste en vidas. Ese mes el se alcanzaron los 376,7 millones en gasto en alimentos, frente a los 316,6 de 2019; y se consumieron en la Comunidad, 151,5 millones de kilos o litros, cuando un año antes se situaron en 128,9 millones.

Los informes de consumos llegan hasta noviembre, es decir, los dos primeros meses de la última declaración del estado de alarma. En este sentido, esos dos meses se consumieron en la Comunidad, 286 millones de kilos/litros de alimentos, que supone un aumento del 12,8 por ciento, respecto a los mismos meses de 2019. El gasto en alimentación ascendió a 722,9 millones, con un crecimiento del 13,5 por ciento.

Asimismo, esos dos meses, últimos datos disponibles, el consumo per capita mensual se situó en 59,75 kilos/litros, por debajo de los 52,89 de 2019. El gasto per capita en alimentos ascendió en octubre y noviembre a 150,98 euros mensuales de media, cuando un año antes se desembolsaron por habitante 132,49. El coste medio por kilo o litro de alimentos se elevó ligeramente y pasó en ese periodo de análisis de los 2,51 euros de 2019 a los 2,53 de 2020.