Los accidentes de tráfico registrados en las travesías de Castilla y León se cobran de media al año la vida de casi seis personas y dejan una docena de heridos, además de condicionar la vida diaria de muchos municipios como es el caso de San Rafael (Segovia) o Alcañices (Zamora) pero, al mismo tiempo en muchos casos son una importe fuente de ingresos para los municipios dado los negocios que dependen directamente el tráfico de vehículos, según informa Ical.

En el periodo 2014-2018, según los datos facilitados por la Dirección General de Tráfico a Ical, un total de 28 personas perdieron la vida en los 268 accidentes contabilizados, de los que 17 fueron peatones, y 59 resultaron heridas.

León es la provincia que presenta más siniestralidad y en este periodo contabilizó 95 accidentes y ocho fallecidos, seguida de Burgos con 42 siniestros y seis víctimas mortales; Valladolid, con 33accidentes y dos víctimas, y Segovia, con cuatro muertes en quince siniestros. En la lado contrario aparece Salamanca, con solo ocho accidentes y ningún fallecido, y Palencia, donde en los catorce siniestros registrados no se lamentaron víctimas mortales. En Ávila hubo 34 accidentes y dos fallecidos, en Soria 18 y tres víctimas y en Zamora el mismo número de fallecidos en 10 siniestros.

Precisamente en Zamora se ubica una de las travesías más peligrosas. En Alcañices, pueblo de poco más de un millar de vecinos, la situación resulta paradójica. Si hasta hace pocos años este municipio, según reconoce su alcalde, Jesús María Lorenzo, vivía de la N-122, ahora esta carretera se ha convertido en su peor enemigo y más después de que el pasado mes de marzo un vecino de 83 años perdiera la vida tras ser atropellado en una travesía que transcurre por las principales vías del municipio, incluida la plaza Mayor y calle San Francisco y que, para colmo, solo cuenta con un paso de peatones.

“Lo que antes eran beneficios y progreso, ahora, tras la puesta en funcionamiento de la autopista que comunica Oporto y Braganza, todo son perjuicios”, se lamenta Lorenzo, que matiza que además del tráfico ligero, la travesía registra de media el paso diario de más de medio millar de camiones. “Hasta para celebrar cualquier acto tenemos problemas, por no hablar de la suciedad y del peligro que supone”.

El regidor, que como no podía ser de otra forma se suma a las protestas vecinales que se vienen repitiendo en los últimos años, se pregunta dónde están los fondos que la Unión Europea destina para el desarrollo de las zonas fronterizas y reclama que, “de una vez por toda” la conversión en autovía de los 60 kilómetros que separan Zamora capital con la frontera lusa, proyecto que desde 2017 cuenta con el estudio de impacto ambiental.

San Rafael

La travesía de San Rafael, en la N-VI, entre Madrid y la provincia de Segovia, es la que soporta un volumen de tráfico mayor de toda la Comunidad, con unos 13.000 vehículos al día, 3.000 de ellos de tráfico pesado, según los datos recogidos por la Plataforma ‘Solución Travesía San Rafael’.

Esta carretera que se ha convertido desde hace muchos años en la alternativa gratuita a los túneles de Guadarrama de la AP-6 (Villalba-Adanero) y, cuya variante, lleva planteada más de una década.

El alcalde de El Espinar, Javier Figueredo, recuerda que la petición de la variante de San Rafael y encontrar una solución a este gravísimo problema de seguridad vial para los vecinos de la localidad sigue estando encima de la mesa como una de las prioridades del equipo de Gobierno.

Antes de acudir retomar el diálogo con el Gobierno Central, Figueredo explicó que están llevando a cabo una intensa ronda de contactos con todos los implicados en este asunto para hacer un estudio que incluya las posturas de los comerciantes, hosteleros, vecinos y el resto de colectivos de San Rafael, así como de los demás núcleos de población del termino municipal de El Espinar, por “la importancia y trascendencia” que tiene este asunto.

El alcalde reconoció que, este año, con motivo de la pandemia y la declaración del estado de alarma se vivió un periodo de mucha tranquilidad por el volumen de tráfico que registró la travesía de San Rafael. Una vez se levantó el estado de alarma, con la llegada de los meses de julio y agosto, el volumen de tráfico y las retenciones de turismos y camiones volvieron a ser la imagen habitual, especialmente durante los fines de semana.

Javier Figueredo explicó que hay buscar una solución. La postura que cuenta con un mayor respaldo es desviar todo el tráfico pesado de la travesía de San Rafael hacia la autopista AP-6, y el alcalde considera positivo que se dejara la circulación de coches para que no se viera afectada la economía local, dado el alto número de establecimientos hosteleros y comerciales que dependen del tráfico de la N-VI.