Las mujeres han perdido presencia en la dirección de las grandes y medianas empresas de Castilla y León durante la última década, al ocupar menos de una de cada diez jefaturas de este tipo de organizaciones en la Comunidad a 31 de diciembre de 2019, si bien su peso en la dirección de pequeñas empresas y en los mandos intermedios ha crecido progresivamente en los últimos diez años.
Tal y como reflejan los datos de ocupación de la Encuesta de Población Activa por tipo de puesto laboral y sexo, elaborados por el Instituto Nacional de Estadística (INE), tan solo el 7,4 por ciento de los directores de grandes y medianas empresas de Castilla y León eran mujeres en 2019, frente al 25 por ciento que ocupaba este tipo de cargos directivos en 2010.
Bien es cierto que se trata de un dato con gran fluctuación, puesto que apenas dos años más tarde, en 2012, el porcentaje de mujeres que ocupaba la dirección de grandes y medianas empresas en la Comunidad era solo del 8,4 por ciento, mientras que en 2014 alcanzó casi la paridad, con cerca de 1.100 mujeres ocupando este tipo de puestos frente a los más de 1.200 hombres que eran directores de grandes y medianas empresas.
No obstante, y a pesar de la fluctuación, el dato de mujeres que ocupaban el puesto más alto en grandes y medianas empresas de Castilla y León en 2019 contrasta con la media nacional, que si bien partía en 2010 de un porcentaje menor que el de la Comunidad, al registrar un 18,6 por ciento de directoras, a 31 de diciembre de 2019 se acercaba al 30 por ciento, puesto que España contaba con 34.600 mujeres en la dirección de grandes y medianas empresas frente a 85.400 hombres.
Más peso en la pequeña empresa
El contraste entre el dato nacional y el autonómico sobre directoras en grandes y medianas empresas también se produce, con respecto al último, en relación a la jefatura de pequeñas empresas, departamentos y sucursales, así como en su comparativa con los mandos intermedios, donde la presencia de la mujer ha ido ganando peso durante la última década en Castilla y León.
Así, en relación a los mandos intermedios, las mujeres han pasado de suponer un 35,1 por ciento de estos cargos en Castilla y León en 2010 a ocupar el 43,6 por ciento de los mismos en 2019, con 28.200 mujeres. Una subida del 8,5 por ciento en la última década que es incluso mayor, en términos porcentuales, que el aumento sostenido que también se ha producido a nivel nacional.
Y es que, en el conjunto de España, el crecimiento de la presencia de mujeres en mandos intermedios ha representado algo menos de la mitad que en Castilla y León, con un aumento del cuatro por ciento hasta alcanzar las 571.000 mujeres que ocupan estos cargos a 31 de diciembre de 2019, frente a los 825.100 hombres que se ubican en la misma ocupación.
Por último, y en referencia a la dirección de pequeñas empresas, departamentos y sucursales, la presencia de las mujeres en la Comunidad también ha crecido, en concreto un 3,6 por ciento, pasando de las en torno a 18.000 directivas que había en 2010 a las más de 20.000 mujeres que cuentan con uno de estos cargos en Castilla y León, un 30,4 por ciento del total.
El crecimiento de la presencia de mujeres en la dirección de pequeñas empresas es así parejo en la Comunidad y en el conjunto de España en la última década, puesto que, a nivel nacional, se ha experimentado una subida del 3,3 por ciento, apenas tres décimas menor que la autonómica, hasta situarse en el 31,8 por ciento que representan las más de 406.000 mujeres que dirigen pequeñas empresas, departamentos y sucursales en España.
Trabajo proactivo a favor de la igualdad
Precisamente en el aumento de la presencia de mujeres en los mandos intermedios y en la dirección de pequeñas empresas incide el presidente del Consejo de Cámaras de Comercio de Castilla y León, Antonio Miguel Méndez Pozo, para señalar que “desde esa cuota superior en estos momentos, las mujeres librarán la batalla para la eliminación de los llamados techos de cristal”, con un papel que es “clave en el ámbito económico y más en estos momentos de transformación”.
Y es que, según el presidente del Consejo de Cámaras autonómico, el actual contexto exige “incidir en el trabajo proactivo a favor de la igualdad”, porque en un futuro que “debe estar centrado en el cambio de líneas estratégicas laborales, económicas y sociales”, el rol de la mujer “es y será clave para alcanzar el verdadero liderazgo”. Máxime en una Comunidad en la que “las vocaciones y el talento con el que contamos harán que cambie la tendencia” y que más mujeres ocupen puestos de dirección en las grandes y medianas empresas.
En cualquier caso, Méndez Pozo recuerda que “lo más importante a la hora de elegir a una persona para ocupar un puesto de responsabilidad funcional debe ser el talento”, reconociendo así, a nivel empresarial, “la figura de la mentora, que alberga una mayor experiencia no solo curricular, sino experiencial, y que está cada vez más extendida para ayudar a los negocios a superar las distintas fases, desde las más iniciales a las de mayor consolidación, por lo que algo se mueve”.
En la misma línea se muestran desde CEOE Castilla y León, al propugnar que “la tendencia indica una lenta, pero segura, progresión en el incremento del peso relativo de las mujeres en puestos decisorios”, si bien animan a las compañías a implementar políticas de selección para cargos de responsabilidad destinadas a favorecer la presencia de mujeres directivas, con el objetivo de “acelerar este proceso” en marcha.
También defienden desde la patronal “el liderazgo compartido” y una “mayor sensibilización de las empresas” para identificar, retener y promocionar el talento femenino, como desde CEOE-CyL realizan con el programa ‘LiDeraMos’, dirigido a mujeres directivas y pre-directivas de empresas de la Comunidad que quieran “potenciar sus habilidades para liderar con éxito su organización”, dentro de la línea de “continuar trabajando para que más mujeres participen de la actividad empresarial y asciendan a puestos de responsabilidad” en Castilla y León.