Coincidiendo con el último día de curso, Segovia recibía la noticia del fallecimiento en Madrid del que fuera la cara visible del colegio Claret durante varias décadas: el Hermano Ángel Colado, portero histórico del centro educativo.

En las últimas horas, las redes sociales se convertían en un improvisado espacio de homenaje para una de las personas más queridas del centro que, como rezan numerosos comentarios, se convirtió en toda una institución en el colegio. Recordado y querido, cientos de comentarios han ensalzado su persona y su trabajo y se han referido a él como «buena persona», «siempre dispuesto a ayudar».

Hoy nos hacemos eco de una carta muy especial firmada por Tino Gómez González, profesor del Colegio Claret que recogemos de manera íntegra y nos unimos al sentimiento de dolor de la familia por su pérdida. Ángel, siempre te recordaremos:

Carta completa de Tino Gómez González

Acabo de recibir la noticia en unos pocos minutos de que el Hermano Ángel Colado Sánchez ha fallecido. Ahora él estaba en la residencia asistencial de Colmenar. Allí fue cuando le vi la última vez. Todavía me preguntaba por su colegio de Segovia y por las  personas, profesores, compañeros, exalumnos, catequistas, segovianos, por mis hijos y mi mujer, por todo el mundo, y eso sí, con nombre y apellido, como a él le gustaba. Nos conocía a todos por nombre y apellido, tenía una memoria privilegiada para guardar a todo el mundo en su cabeza, y así presumía de ello. Si nos llamaba a portería así lo hacía: “Nombre-apellido”, a portería,y lo repetía dos veces, creo que todos tenemos grabado ese “toniquete”, con voz peculiar:  …”a portería”…

Al Hermano Ángel Colado, y lo pongo con mayúsculas, “porque era grande”, grande de corazón y de espíritu claretiano, todos le conocíamos. Y le conocíamos en el colegio, en la portería o en el internado, más de 40 años al servicio de una misión.  Es verdad que desde el año 1962, desde que los Claretianos viven en el Convento de la cuesta de San Gabriel,  esa misión ha estado presente en Segovia con muchos claretianos que antiguos alumnos de la sociedad segoviana recuerdan, casi nuestros padres y abuelos también,  y claretianos ilustres, Padre Arranz, Padre Gallarta, Padre Paco, Padre Bravo, Padre Núñez, Hermano Campos…, y podríamos seguir nombrando muchos claretianos que pasaron y pasan hoy  por nuestras vidas, no nos queremos olvidar de ninguno, todos habéis sido y sois importantes… pero la lista sería demasiado larga….Hoy toca el recuerdo del Hermano Ángel Colado, especial por ser hermano y por ser el portero y guardián de la casa, del cole, de  su misión y  por ser como es.

¿Quién no dejó algún recado en portería o alguna mochila o alguna fotocopia? Seguro que él diligentemente cumplía su función. Para él un recado, una llamada de teléfono, un aviso, un mensaje, cualquier encargo, era su MISIÓN. Su sentido de la responsabilidad y del servicio a los demás era lo primero. ¿Qué niño no acudía a Ángel Colado para esperar porque su padre o su madre  se retrasaban para ir a buscarlo? ¿Qué antiguo alumno no se acordaba del “portero”, Colado, cada vez que nos preguntan por el cole? Abría, cerraba puertas, cumplía las normas y las hacía cumplir, incluso en el internado, con la exigencia de aquellos años, cuentan algunos. Claro que sí, le gustaba el saber hacer, la rectitud…aparentemente, porque luego era fácil de convencer, con cuatro gestos de cariño se le ganaba cualquiera. Me acuerdo rodeado de niños pequeños, él tan grande, cuando caminaban a leer la biblia y a rezar en el oratorio… ¡Qué imagen!,…”dejad que los niños se acerquen a mí”….

Y así es, todos sabemos que es uno niño grande, un poco más lento al final por su enfermedad, con un sitio seguro en el cielo, de portero, eso sí, seguro, en la puerta del cielo con San Pedro. Será por llaves, menudo manojo llevaba siempre, y siempre y a deshoras te las dejaba porque algo se te había olvidado.

Hermano Ángel Colado, recuerdo vivo en Segovia y en el Colegio Claret, en sus alumnos y profesores, en los padres y madres, abuelos y abuelas, en catequistas y monitores y en sus grupos de oración, gracias por tu testimonio, por tu servicio y por tu humildad, por tu devoción a María y por tus rosarios que tantas veces rezabas por todos.  Gracias por tantas veces  esa frase repetida: “no te preocupes, yo me encargo”… gracias Colado, las puertas del cielo tienen un portero nuevo, y seguro desde allí tú te encargas. “Ángel Colado Sánchez a portería…”.