Sus poemas y canciones se hacen virales a base de tuits y de fogonazos de instagram. Es el mascarón de proa de una nueva generación de cantautores que han revitalizado el campo de la poesía, acercándola a miles de lectores, y se mueven como peces en el agua en el mundo de las redes sociales; así que no es de extrañar que Marwan llenara el patio de butacas del Teatro Juan Bravo de la mano de Cadena Dial en su programa ‘Escenario Dial’. Mucha gente joven para escuchar a este hijo de palestino y madrileña, de rasgos de boxeador poeta, y que ha sido capaz de llegar al corazón de los millenials con su poesía cercana e ingeniosa y sus canciones sencillas y pegadizas. Eso sí, como él reconoció, canciones básicamente tristes. «En este disco me han salido nueve tristes y dos alegres», bromea.

Enmarcado en el éxito de una nueva poesía que un público ávido de palabras bellas ha descubierto como una manera de expresar sus inquietudes y sus sentimientos, y más cercana y amable que la muchas veces inaccesible poesía ‘tradicional’, Marwan forma parte de un grupo generacional en el que también se dan cita nombres como la escritora segoviana Elvira Sastre, en ocasiones compañera de viaje del madrileño, o nombres más consagrados como el de Benjamín Prado. En el Juan Bravo actuó solo, con un austero acompañamiento musical, nada más un teclado y su guitarra acústica, y a pesar de su sencillez instrumental ofreció al público lo que vino a buscar: sentimientos a flor de piel, humor y canciones tristes. Buena parte de su espectáculo consiste en reírse de su propia tristeza, y del ‘mal rollo’ que pueden provocar sus letras de desamor y soledad, pero siempre con lucidez. «Me he conocido a través de los dolores», afirma.

Tras su actuación se formaron a la salida las habituales colas para recibir la dedicatoria de Marwan en sus cedés o libros, esas colas estratosféricas que llenan de envidia a los escritores ‘consagrados’ cuando lo ven en las ferias del libro o, sin ir más lejos, en el Hay Festial segoviano, donde actuó hace dos años con un enorme éxito. «Es que a cada uno nos pone algo diferente y precioso», comenta un fan que ya tiene entre sus manos el último libro del escritor, ‘Todos mis futuros son contigo’.

Acertó Cadena Dial apostando por el adalid de la nueva sentimentalidad, un creador capaz de cantar canciones pegadizas y leer poemas de amor o de desamor con una voz canalla y rota, y siempre al cabo de la calle. Así, Marwan cerró su actuación segoviana con uno de sus poemas más famosos, ‘Compañeras’, que, dijo, le parecía

especialmente significativo en estos días, y en el que el afirma: «Lo mejor que puede hacer un hombre cuando ve a una mujer partirse la espalda por el resto es apartarse, observar atentamente, ponerse en pie».

Y el Juan Bravo, sí, se puso en pie.