Todas las capitales de provincia de Castilla y León continúan en la fase 0 de la desescalada de la pandemia del COVID-19 pero el Gobierno central permite, desde ayer lunes, algunas actividades contempladas en la fase 1 como la apertura de comercios de menos de 400 metros sin cita previa y con limitaciones de aforo, visitar los centros de culto y la reapertura de los museos y las bibliotecas. La Junta ha anunciado que los trece centros museísticos dependientes de la Consejería de Cultura y Turismo abrirán el próximo 29 de mayo. En el caso de las nueve bibliotecas públicas -una por capital de provincia-, su reapertura se prevé entre finales de mayo y principios de junio cuando se complete la reorganización de estas instalaciones y sus espacios, con la prioridad de garantizar la salud y la seguridad de los trabajadores y el público en general.
La ‘nueva normalidad’ cambiará los hábitos de acceso a la biblioteca porque solo se podrán prestar obras incluidas en el catálogo, previa solicitud por correo electrónico o por teléfono. Y es que estará prohibida la entrada a las salas de los libros así como las de consultas y de lectura de las bibliotecas. Además, los libros devueltos por los usuarios serán sometidos a una cuarentena de 14 días antes de volver a prestarlos, como medida de precaución para evitar posibles contagios.
El jefe del Servicio de Bibliotecas de Castilla y León, José Lorenzo, aseguró a la Agencia Ical que su personal trabaja desde hace diez días en la adaptación al nuevo sistema ya que el uso de las bibliotecas experimentará un «cambio radical». No en vano, apuntó que, hasta ahora, la biblioteca era un lugar abierto, transparente y libre de movimiento como si fuera la casa de todos pero la epidemia ha provocado una nueva organización. «Solo nuestro personal tendrá acceso a los libros», precisó.
De esta manera, el usuario deberá rellenar un formulario en la página web de cada biblioteca y de la red de bibliotecas, en la que deberá poner toda la información que disponga sobre la obra. Lo ideal será poner el autor, el título y la signatura para facilitar la búsqueda al personal. «En función de los datos que nos faciliten, tardaremos más o menos tiempo en encontrar el material», explicó el también director de la Biblioteca Pública de Valladolid, ubicada en la Plaza de la Trinidad y conocida como San Nicolás. Además, se buscará potenciar el uso del servicio de reserva telemática, con acceso al catálogo de la red de Bibliotecas de Castilla y León, que ya funcionaba antes de la crisis sanitaria.
Posteriormente, una vez que esté localizada, se enviará un mensaje o se telefoneará para comunicar que la obra ya está disponible y a partir de qué fecha pueda pasar a recogerla, previsiblemente con cita previa. «Hay que evitar aglomeraciones por lo que la gente entrará a cuentagotas, con la previsión de que haya dos personas al mismo tiempo», afirmó. En este sentido, se tratará de que el periodo de apertura sea lo «más amplio posible». Lo que está claro es que habrá colas, al igual que las hay a la hora de entrar a cualquier establecimiento para que haya el distanciamiento social que reclaman las autoridades sanitarias.
Libros en cuarentena
De momento, se buscan ubicaciones en la propia biblioteca para guardar todos los documentos durante la cuarentena pero también se estudian los recursos humanos disponibles ya que la edad media de estas plantillas es elevada o tienen problemas médicos, por lo que tienen derecho a retrasar su vuelta al trabajo presencial. «Estamos con el recuento de personal para cubrir las necesidades», explicó.
José Lorenzo reconoció que existe «cierta necesidad» entre la ciudadanía por volver a las bibliotecas para acceder a la cultura, por lo que aseguró que harán todos los esfuerzos necesarios para abrir «cuanto antes», sin concretar ninguna fecha. «Desde el lunes, el BOE permite la apertura de las bibliotecas pero lo haremos cuanto todo esté preparado, como el cambio del sistema informático», apuntó, al tiempo que señaló que Madrid y Cataluña ya han anunciado que tardarán unos días en volver a la actividad.
«Nuestra prioridad es reabrir en condiciones seguras las bibliotecas de la Junta de las capitales de provinciales y que todo el material que salga de las bibliotecas esté limpio, estéril y desinfectado para descartar cualquier posible contagio», confesó. Eso, precisó, obligará a cambiar las rutinas de limpieza del propio centro aunque descartó la necesidad de mojar o usar sprays para la desinfección de los libros. «Es mejor esperar 14 días para que no haya la más mínima duda», aseveró.
El jefe del Servicio de Bibliotecas también se refirió a las rotulaciones en vinilo en el suelo para que los usuarios guarden la distancia de seguridad y la colocación de mamparas para proteger a los trabajadores y los usuarios.
Por otro lado, aseguró desconocer los planes de reapertura de las bibliotecas municipales que están integradas en la Red de Castilla y León, por que dependerá de cada ayuntamiento. «En una situación de pandemia, no se puede ser uniformes por lo que podría haber diferentes horarios de apertura o incluso que algunas abran días alternos, en función del personal que dispongan», expuso. Lo mismo ocurrirá con el servicio de Bibliobus, que dependen de las diputaciones provinciales.
Bibliotecas municipales
En este sentido, el Ayuntamiento de Valladolid prevé la reapertura de sus 18 bibliotecas entre finales de mayo y primeros de junio, una vez que se terminen de colocar las mamparas de seguridad entre el personal y los usuarios. Fuentes consultadas por Ical reconocieron los problemas de suministros de las mamparas, con un mercado colapsado por el exceso de demanda. «Es muy complicado encontrar empresas que las instalen en poco tiempo», afirmaron.
El personal de las bibliotecas públicas de la capital vallisoletana también lleva unos días, de manera presencial, en sus centros de trabajo para readaptar los espacios con el objetivo de garantizar la seguridad, tanto para los profesionales como los usuarios. «Lo imprescindible es contar con unos espacios seguros», explicaron. De esta manera, estará prohibido el acceso a las salas de lectura y para coger libros.