A la Gimnástica empieza a hacérsele bola jugar en La Albuera. Lo que en temporadas precedentes fue sinónimo de verticalidad, buen juego, ocasiones y goles, ahora es una sucesión de ataques sin profundidad, tedio e incertidumbre.
Este domingo, en horario matutino y con el arbitraje de Maria Eugenia Gil Soriano, primera mujer en pitar un partido a la Gimnástica como local, la UD San Fernando canaria tuvo ocasiones suficientes como para llevarse los tres puntos de La Albuera. El joven Oliva, bajo palos, fue el héroe gimnástico durante la mayor parte del choque. Pero en el tiempo de prolongación Hugo Díaz aprovechó un balón suelto en el área para amarrar la victoria para los segovianos (1-0) y permite afrontar el partido de Copa del Rey ante el Sestao de próximo jueves con tranquilidad.
El resultado positivo no puede esconder las sensaciones negativas que dejó el equipo durante la mayor parte del encuentro. Si la excusa era que los rivales se encerraban, este domingo quedó demostrado que ante un equipo que no rehuye la pelea como la UD San Fernando, tampoco se crean ocasiones de gol.
Es cierto que jugar con viento no es fácil y el encuentro estuvo marcado por esta adversidad, pero es muy difícil marcar cuando a tu referencia ofensiva, capaz de rematar cualquier tipo de envío desde un lateral, no le nutren de balones en condiciones. Solo cuando Llorente pone un esférico desde la esquina o en falta lateral, Dani Segovia puede aspirar a contactar con el balón.
Sorpresas en el once de Ramsés Gil
El once que presentó Ramsés Gil puede someterse a varias lecturas y casi todas ellas pasan por el compromiso gimnástico ante el Sestao en Copa del Rey del próximo día 2 de noviembre. Introdujo el segoviano cambios en todas las líneas: Oliva ocupó el sitio de Carmona; Astray hizo pareja de centrales con Abel en detrimento de Javi Marcos, y Hugo Marcos y Arévalo fueron los laterales cuando Silva y Rubén estaban siendo fijos; Arranz ocupó la banda derecha del ataque y dio descanso a Plomer y por la izquierda Merencio recuperó su sitio en el once mandando al banco a Borrego.
Así las cosas y quizá porque el once de la UD San Fernando se parecía más al habitual, fue el conjunto canario el que pareció más cómodo en el verde de La Albuera. Rivalta pudo adelantar a los suyos en el minuto cinco con un mano a mano que solventó con seguridad Oliva. Hasta el minuto catorce no se asomó al área contraria la Gimnástica con un balón parado. Una falta lateral desde la izquierda puesta en juego por Llorente la metió en el área Hugo Marcos para que Astray la pegara alto. Dos minutos después fue Llorente el que, con un disparo lejano, hizo intervenir a David Ramírez, cancerbero canario.
Los canarios perdonan
La UD San Fernando forzaba saques de esquina y también generaba peligro a balón parado, con un remate de cabeza de Stéphane que, libre de marca y en el área pequeña, mandó el esférico por encima del larguero de Oliva. En ataque la Segoviana apenas generaba opciones, con Arranz y Merencio sin participación, Ivo sin capacidad de conectar con Segovia y el punta, sin posibilidad de hacer valer su fuerte, el remate. En lo único que era superior la Gimnástica era en las tarjetas amarillas, puesto que Arévalo y Manu se cargaron de amonestaciones en los primeros minutos.
Con posesión improductiva y sin aproximaciones de peligro fue pasando el partido con la aparición esporádica de silbidos en La Albuera, que podían repartirse ambos equipos, puesto que el espectáculo estaba lejos de ser interesante para el espectador.
La segunda parte, sin cambios
Puede que hubiera reprimenda en vestuarios por parte de Ramsés a los suyos porque salieron con más intensidad de vestuarios. Aunque no movió el banquillo de primeras el entrenador, sí que puso a calentar a Hugo Díaz, Borrego y De la Mata. Para ver si los de dentro espabilaban.
Sin embargo el partido se reanudó de la misma manera que comenzó el envite, con una clara ocasión de Rivalta, que se quedó solo ante Oliva, al que exigió con un disparo duro, pero muy centrado.
El partido de la Gimnástica era tan pobre que hasta Llorente, ejemplo de clarividencia futbolística, perdía balones a priori cómodos. Ramsés, en su modus operandi habitual movió el banquillo en el minuto 63 dando entrada a los tres jugadores que estaban calentando. Manu, Arranz y Arévalo dejaron el partido.
Mientras, el San Fernando seguía perdonando. Otro mano a mano, esta vez de Galván, acabó con un disparo del punta canario que se estrelló en el rostro de Oliva.
Zafarrancho y gol en la prolongación
Reaccionó la Sego con un remate espectacular de Segovia en el minuto 73 que, en el primer balón en condiciones que le llegó desde la derecha remató en escorzo y exigió al guardameta visitante. Ahora sí, la Segoviana era más reconocible y la UD San Fernando empezó a pensar que llevaba cuatro derrotas seguidas y que quizá el punto no era tan malo.
Con quince minutos por jugarse, Ramsés dio entrada a Rubén y Silva por Hugo Marcos y Merencio y mandó a sus huestes al ataque, pero sin demasiados opciones claras de gol. Hasta que en la prolongación un disparo de Hugo Díaz topó con un contrario y le quedó muerto al gallego en el área pequeña para que lograra deshacer el empate. Lo celebró con rabia, no en vano acaba de recuperarse de una larga lesión de rodilla.
Si apelamos a ese concepto etéreo de la justicia deportiva, la Segoviana nunca debió ganar este partido. Pero esto es fútbol. La UD San Fernando perdonó y lo terminó pagando. Y quizá sea por los nervios de la dinámica negativa, los canarios terminaron enfangando el final del partido con una trifulca en la que hubo una flagrante agresión de uno de los integrantes del banquillo visitante a un jugador gimnástico. Todo dependerá de lo que haya visto la colegiada del partido para saber si habrá consecuencias disciplinarias.
Tres puntos de oro
Análisis del partido aparte, la Segoviana suma tres puntos para alcanzar los catorce, que no es mal botín después de nueve compromisos ligueros. El jueves llega el Sestao en Copa del Rey, en un partido trascendente para el futuro cercano del club porque, en caso de pasar de ronda llegaría a La Albuera un Primera División, con todo lo que ello representaría.
La apuesta, arriesgada, de Ramsés Gil por introducir modificaciones en el once pensando en la semana de tres partidos que tiene por delante ha salido bien. Por los pelos, pero ha salido.