La Gimnástica tiró por la borda este domingo su dos rachas más fructíferas de la temporada: la de partidos seguidos sin perder (tres victorias y cuatro empates) y la de ser uno de los invictos en su propio terreno. La Sego perdió (0-1) ante el Navalcarnero en un encuentro que presenciaron cerca de 1.900 espectadores. Con este resultado la Segoviana cae de la Fase de Ascenso después de mantenerse en ella desde hace semanas y queda en sexta posición con 42 puntos, con amplio margen de renta con el séptimo, al que aventaja en seis puntos y lo suficientemente cerca de la quinta plaza como para no quedar descartado de la pelea.

Ramsés Gil ya advirtió entre semana que el partido se lo iba a llevar el que más control del balón tuviera; una máxima que resultó tan solo a medias porque puede que la Segoviana tuviera más posesión, pero fue del todo improductiva en la mayor parte de las ocasiones. Un saque de esquina envenenado de Fer Llorente que casi se cuela en la portería en el minuto uno de partido, un mano a mano escorado de Gómez cuyo disparo casi sale por la otra banda y un remate de cabeza de Rubén cuando el partido moría fueron las opciones más claras de la Gimnástica. Poco bagaje.

Un Navalcarnero más tímido de lo esperado

Un Navalcarnero más timorato de lo esperado aprovechó una de las varias opciones de las que dispuso para llevarse tres puntos que no pueden considerarse injustos, aunque bien es cierto que la Gimnástica hizo todo lo posible por morir de pie y amparado en el coraje y el pundonor terminó embotellando a los madrileños.

El Navalcarnero pudo marcar en varias ocasiones como en un mano a mano de Simón o un disparo de Ocaña a un metro de la raya de gol, pero lo encontró ya avanzada la segunda mitad después de un despropósito defensivo de la Gimnástica, con hasta tres jugadores gimnásticos siendo incapaces de sacar el balón de su propia área.  Al final y ya en la segunda parte, un balón suelto al segundo palo lo mandó a la red Abreu, para desesperación de la parroquia azulgrana. Además los madrileños reclamaron un penalti por una mano que pareció desde la grada, aunque con el criterio imperante, vayan ustedes a saber si podía cobrarse como penal o no. El colegiado entendió que no. Y punto. A partir de ahí, supo el Navalcarnero guardar la ropa con el otro fútbol del que tanto hace gala y los calambres, las pérdidas de tiempo y el retraso en los saques de falta fueron tónico predominante.

La mejor noticia para la Segoviana, amén de las magnífica entrada en La Albuera, fue que terminó el partido embotellando a su rival con un equipo lleno de jugadores segovianos – seis – de los cuales dos tienen menos de veinte años.

La permanencia, a punto

Con el tropiezo y a falta de un punto para lograr oficiosamente la permanencia, la Segoviana afronta un total de ocho partidos – cuatro en casa y cuatro fuera – para concluir la temporada. Deberá mejorar si quiere tener opciones de play off. De momento el domingo toca visita al Melilla, uno de los invictos en su terreno de juego, pero que no está en su mejor momento.  Con Acuña y Arribas a punto de regresar a los terrenos de juego, la Segoviana aumentará su potencial ofensivo en la recta final de campeonato.