La primera noche sin estado de alarma en Castilla y León, que ha supuesto, entre otras medidas, el levantamiento del toque de queda, se saldó con más de 80 llamadas a la sala de operaciones del 1-1-2 para informar de ruidos y molestias causadas por vecinos en sus viviendas y de ciudadanos que estaban en la calle. De ese número, según informaron a la Agencia Ical, la mitad tuvo lugar en Salamanca capital.
Además, el 1-1-2 acumuló, al menos, 15 incumplimientos de normas COVID como la celebración de botellones en la vía pública como jardines y plazas y reuniones de varias personas sin mantener la distancia de seguridad o portar la mascarilla. El número más elevado de incumplimientos tuvo lugar, de nuevo, en Salamanca, donde se llegaron a registrar hasta seis, seguido de los cinco de León, los tres de Valladolid (sobre todo el entorno de Las Moreras, junto al río Pisuerga) y una en Burgos.