Al son de los violines, a cobijo y sin amenazas meteorológicas que, como sucedió en la anterior edición de los Premios Diputación, pudiesen alterar el transcurso y desarrollo de la gala de entrega de reconocimientos, se celebraba este viernes el acto con el que la institución provincial ha querido reconocer la destacada labor desempeñada durante el año 2022 por algunas empresas, personas, clubes, asociaciones o agrupaciones de la provincia.
“Nuestra provincia está llena de personas magníficas, de familias batalladoras, de negocios aguerridos, de mentes brillantes, de entidades de entidad; gracias por hacernos fuertes, enhorabuena a los premiados y gracias por seguir haciendo realidad nuestra leyenda”, sentenciaba su intervención Miguel Ángel de Vicente, presidente de la Diputación, para poner el punto y final, antes de que por el escenario ubicado en la finca Los Jazmines del Hotel Cándido desfilasen unos premiados que, además de agradecidos con la institución provincial, se mostraban orgullosos de haber contribuido, cada uno con su labor, a un 2022 en la provincia que, como admitía el propio De Vicente, “no ha sido tan complicado como lo fueron los tres anteriores”.
La “leyenda” a la que hacía alusión el presidente de la institución provincial era ‘Nuestros pueblos, nuestra fortaleza’, un leitmotiv que ha acompañado a la corporación desde hace dos años y del que el presidente aseguraba que, en el momento de adoptarlo como lema para una campaña, “no llegamos a hacernos una idea de lo fuerte que nos haría a cada uno de nosotros; del músculo que esas palabras irían adquiriendo con cada una de nuestras decisiones, hasta hacerse tejido indispensable de nuestro día a día”.
Para De Vicente, en cualquier caso y tal y como continuaba en sus palabras, “sería imposible pensar en la fortaleza de esta provincia y de sus pueblos sin personas, asociaciones, sin empresas, clubes, fundaciones, equipos o proyectos como los que hoy la Diputación ha querido premiar aquí”, por lo que agradecía a cada uno de los galardonados “el músculo y las ideas; la cabeza y el corazón” y también el acompañamiento a la institución y sus diferentes iniciativas y programas “a lo largo de los 356 días del año, fortaleciendo nuestro tejido empresarial, asociativo, cultural, social y deportivo”.
Agradeciendo también el esfuerzo de las personas que trabajan en las distintas dependencias de la institución provincial y la dedicación de aquellos segovianos que, habiendo hecho méritos, no han podido ser premiados, Miguel Ángel de Vicente terminaba su discurso, no sin antes reconocer haber tratado, junto a su equipo de Gobierno, de hacer de Segovia una provincia cuidada y cuidadora de sus vecinos, preocupada por sus recursos, su patrimonio y su industria y poder “presumir de tener una provincia sana y en plena forma; cada vez más concienciada de las capacidades que tiene para mejorar su rendimiento”.
Las palabras del presidente de la Diputación daban entonces paso a la entrega de las réplicas de la escultura de Aniceto Marinas de los ‘Hermanitos de leche’, que los premiados iban recogiendo, gracias a la colaboración tecnológica de un robot, y de manos de todos los miembros de la corporación provincial, quienes, por parejas iban recibiendo sobre el escenario a los galardonados.
Entrega de premios
El primero en recoger su trofeo era Adolfo Casas, coordinador de Enclave Multicultural, a quien el vicepresidente y diputado de Cultura, José María Bravo, agradecía su impulso a un programa que lleva años ejerciendo de nexo de unión entre una veintena de pueblos y acercando a sus vecinos a la magia, los cuentos o el teatro.
La Comunidad de Villa y Tierra de Cuéllar, representada por el alcalde de Cuéllar y también diputado, Carlos Fraile, y el rector del Santuario del Henar, Carlos García Nieto, subían acto seguido al estrado para poner la guinda a un Año Jubilar Henarense que ha conseguido implicar a los seis sexmos que configuran la Comunidad, llegando incluso a reconciliar familias -como apuntaba el rector- y hacer de la efeméride y todas sus actividades conmemorativas dignas merecedoras del Premio Juntos. Juntos también, pero cada uno por su distinta labor de promoción de la gastronomía y la industria agroalimentaria de la provincia, eran reconocidos con el Premio Alimentos de Segovia la empresa dedicada al cultivo de la fresa y la frambuesa Viveros Campiñas -cuyo gerente, Gustavo Herranz atribuía a las inversiones y riesgos de sus generaciones anteriores- y también a la apuesta de “dos valientes, Óscar y Gema, que dejaron una vida cómoda en Madrid para vivir la vida que querían en el pueblo”, Patatas Tarsa; tal vez una idea quijotesca para cualquiera, pero no para sus fundadores.
De ambos, dos pequeños emprendedores cumpliendo un sueño, recogía el testigo en el acto María José Tapia, presidenta de la Cámara de Comercio y CEO de Naturpellet Segovia, a la que le era concedido el Premio Empresas, dedicado a sus “chicos” y a su padre, y a cuya entrega sucedía la del Premio Deporte para el “grupo de buenos amigos” del Turégano C.F., antes de que la música de las cuerdas de Pablo Navarro concediese una pausa para reflexionar sobre las palabras acerca del trabajo, el esfuerzo, la amistad, la fe o el legado de generaciones anteriores pronunciadas por los galardonados hasta ese momento.
En una provincia en la que el sector turístico constituye uno de los motores económicos del territorio, tampoco podía faltar, un año más, el Premio Turismo, que era entregado a la Fundación Villa de Pedraza por, entre otros argumentos, contribuir a la conservación de la tradición, adaptándola a los nuevos tiempos para seguir cautivando a nuevos viajeros y visitantes de la zona.
Dos de los momentos más emotivos llegaban acto seguido, con el equipo de Mujer-Menor (EMUME) de la Guardia Civil y sus equipos VioGén de las comandancias de Cuéllar, Segovia y Sepúlveda primero, y con la presidenta de la Asociación de Familiares de Enfermos de Alzheimer, Isabel Miranda, después, recogiendo respectivamente los Premios Igualdad y Sociedad. Mientras los primeros celebraban que la Diputación dé “visibilidad a nuestra lucha contra la violencia machista”, Isabel Miranda aprovechaba la oportunidad para mostrar su agradecimiento a los alcaldes de los pueblos por haber apoyado siempre cualquier actividad benéfica organizada en la provincia.
La apuesta de los segovianos por el desarrollo, la creatividad y el progreso era reconocida con el Premio Innovación, recogido por su director General, José Luis Tejedor, y destinado en esta edición a la empresa Dibaq por su continuo trabajo en la investigación y el desarrollo de productos relacionados con la nutrición, la salud y el bienestar animal. “Hay dos tipos de empresas, las que innovan y las que mueren”, manifestaba Tejedor, animando a todos los responsables de empresas presentes a no dejar de innovar.
Para concluir, y antes de que Elena Gutiérrez, jefa de Prensa de la institución y presentadora de la gala, llamara a los ganadores para posar en una foto conjunta y emplazara a los asistentes a disfrutar del cóctel facilitado por los socios de Alimentos de Segovia, el presidente de la Diputación cerraba la entrega de reconocimientos poniendo en manos del periodista y corresponsal internacional Óscar Mijallo el Premio Especial, agradeciendo que, a pesar, de haber estado durante años cubriendo información en Oriente Próximo, transmitiendo las últimas noticias del terremoto de Turquía o de la guerra de Ucrania desde el corazón del conflicto, siempre haya tenido un momento para pensar o volver a su residencia en Segovia. En su intervención, Mijallo, quien apuntaba que “hace treinta años que llegué a Segovia y la provincia está verdaderamente cambiada”, aplaudía la labor de la Diputación y de los ayuntamientos para impulsar políticas que han mejorado los servicios sociales, las actividades comunitarias o la conectividad y finalizaba acordándose de los pequeños medios de comunicación locales.
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