El ingeniero y coordinador de Estudios del Centro de Estudios y Experimentación de Obras Públicas (CEDEX), Ismael Carpintero, afirmó hoy, que el principal problema del Acueducto de Segovia es la degradación de materiales, no de seguridad, ni de estabilidad global. En su opinión, la principal amenaza que siempre ha tenido el monumento romano ha sido la contaminación medioambiental, cuyos efectos, sobre el deterioro de piedra, se ha acelerado en el último siglo.
Ismael Carpintero expuso que la estabilidad global del Acueducto no está en discusión, y se ha estudiado en varias ocasiones. Aseguro que es algo “lógico si ha sido capaz de aguantar 2.000 de años”. El ingeniero y experto de CEDEX concluyó que, “el paso del tiempo está propiciando una aceleración de la degradación de los materiales”, por lo que, hay “continuar afrontando y avanzar en esa línea”. Así mismo, no descartó que “será necesario aplicar”, en algunas zonas, “productos de protección”, para que no siga la progresión del daño.
Carpintero insistió en que la principal amenaza que siempre ha tenido el Acueducto, “ha sido medioambiental. La diferencia, respecto a siglos anteriores, señaló, es que ahora, “en la atmósfera, tenemos mayor contaminación”. Puso como ejemplo, el agua de lluvia, que “es mucho más ácida de lo que ha sido en otros tiempos”, y eso, “degrada los materiales con los que está realizado el Acueducto”.
Los estudios que han realizado, durante el último año, les permiten afirmar, aseguró, que “esa degradación que ha tenido siempre, en el último siglo, se ha visto acelerada”. Para el director del Laboratorio Central de Estructuras del CEDEX, José Manuel Gálligo, haber alejado el tráfico del monumento es “una medida que realmente ha tenido su importancia”, y apuntó que en el deterioro del Acueducto, también influyen, “los efectos de tipo antrópico”.
Para Ismael Carpintero, a la vista de los estudios realizados hasta las fecha, “los efectos de las vibraciones es mucho menor que el efecto que tienen la contaminacion ambiental y los cambios de los ciclos térmicos”, como la lluvia o las heladas, que “tienen varios ordenes de magnitud”, en los efectos, “de la degradación de los materiales que las propias vibraciones”. Aseveró que los estudios, que se hicieron en los años 90, bajo la dirección de Francisco Jurado, ya demostraron que “el Acueducto es bastante insensible a las vibraciones inducidas”.
Tramo medieval
Los expertos del CEDEX también explicaron que la zona más deteriorada, y por lo tanto, la que más le preocupa, es “el primer tramo de la zona monumental que es el tramo de reconstrucción medieval”. Caballero aseguró que, se emplearon materiales de peor calidad que en la época romana, porque eran más fáciles de manejar. “500 años después, que ya son años”, afirmó, hay una degradación ambiental clara.
Recordó que en las intervenciones en el monumento romano, en los 70 y 90, se actuó en el tramo central de la zona monumental, que ahora, “está bastante mejor”. Además en la reconstrucción medieval, se utilizó,para el asiento de las piedras, morteros que, “en el resto de la obra no se había utilizado”. Unos morteros que se han degradado mucho, por la acidez del agua del lluvia,y, “es la que presenta problemas de mayores”.
Curiosamente, relató el ingeniero del CEDEX, “es un tramo más moderno pero que se degrada más rápidamente”. En la década de los 70, “no llamó la atención”, pero ahora, que se ha contenido, la degradación de la zona más conocida, “nos llama la atención esta otra zona”.
Mensajes de tranquilidad
Ismael Caballero dejó claro que, en seguirá pasando con toda tranquilidad durante muchos años, por debajo del Acueducto de Segovia, “sin ningún problema”. Obviamente, afirmó, “llegará un día en que su vida se acabe, pero ese día está todavía bastante lejos”. En la misma línea, José Manuel Gálligo, quiso lanzar el mensaje de que estamos ante una estructura de 2.000 años, y “no puede estar como el primer día», pero, «resiste perfectamente”. Lo único que hay que hacer es “atenderlo, cuidarlo, mimarlo y evitar las agresiones”.
Los expertos del CEDEX apostaron por ir cambiando la mentalidad de la conservación preventiva, que es la que se ha venido realizando, hacia una de tipo, “predictivo”. Una vez establecidos, cuáles son los agentes que atacan al monumento, hay que, “tener una serie de indicadores, para que te avisen”, explicó Caballero.
Para Gálligo, el Acueducto de Segovia tiene que tener “una mirada permanente sobre él”. Evitar hacer actuaciones durante un corto periodo de tiempo y luego no hacer nada, en ocho o diez años. Afirmó que es “mucho mejor una actitud continua”, y que tenga, “unos determinados puntos mas aguados pero una atención continua”.
CEDEX y el Ayuntamiento de Segovia apuesta por un firmar un acuerdo para un plazo de dos o tres años, que puede ser renovado. Por delante, queda solucionar, la cuantía económica y la fuente de financiación. Y después, de entre las medidas que se propongan, “ver cuales habría que acometer”, por la disponibilidad presupuestaria.
Desde CEDEX, proponen seguir con los estudios en materias como la degradación de los materiales, el deterioro de la piedra, y otros informes, para “obtener una imagen mas profunda del Acueducto y sus elementos”. Así como, de tipo estructural y geotérmicos.