La campaña de la trufa en Soria y Burgos está siendo “buena o aceptable” que no “extraordinaria” debido a las lluvias que cayeron en abril y mayo del año pasado, momento en el que empieza a desarrollarse el hongo subterráneo, según destacó el presidente de la Asociación de Truficultores de Soria, José Manuel Pérez, quien advirtió que el único “pero” es que en algunas plantaciones ha aparecido el escarabajo de la trufa. “Estas lluvias y el hecho que los truficultores rieguen han sido claves para tener una buena campaña. Nos ha lastrado un poco el hecho de que el verano de 2023 haya sido de los más calurosos desde que hay registros”.
El calor y la falta de lluvias ha provocado que la campaña de trufa silvestres sea prácticamente “nula” en los bosques de Soria, según Pérez. Respecto al escarabajo, el presidente de los truficultores reseñó que debido a las altas temperaturas del verano y los inviernos templados provocan que el coleóptero sobreviva y que se den producciones “catastróficas”. No obstante, el insecto “de momento” no ha causado daños “irreversibles» en la cosecha trufera de Castilla y León, pero sí ha supuesto una merma porque el insecto deposita una larva que se come la trufa.
En Teruel se estima que entre el 80 y el 90 por ciento de la trufa está afectada y por ello, el colectivo trufero soriano intentará que la Junta modifique las fechas de recolección de la trufa. “En Soria el 98 por ciento de la trufa es muy buena. En Teruel las plantaciones van en autopistas pero en Castilla y León las mismas están separadas por kilómetros y eso es una ventaja porque el escarabajo no se propaga con tanta facilidad. Este bicho en invierno se enterraba y se moría y ahora no se muere con facilidad”, indicó para apuntar a que las plantaciones silvestres sí que están más afectadas.
El CITA de Aragón y la Universidad Autónoma de Barcelona trabaja para el control del escarabajo trufero a través de trampeo sistemas de trampeo y el uso de los nematodos enotomopatógenos aplicados al suelo en otoño.
Respecto al sector, Pérez aseguró que está fuerte en Castilla y León con Soria a la cabeza, pero todavía falta promoción para que el consumidor final adquiera el producto y lo utilice en la cocina. “Falta cultura de la trufa como sí tienen en Francia. En Soria han entrado plantaciones nuevas en producción y Burgos está muy pujante y las plantaciones están creciendo con rapidez. Además, también se desarrolla truficultura en Valladolid, Segovía y Palencia”, resaltó para agregar que la “truficultura crece a nivel acelerado en las zonas productoras de Casitlla y León”.
La campaña arrancó para las plantaciones el 15 de noviembre y el 1 de diciembre para la silvestre y finalizará el 1 de marzo y para silvestre el 15 de marzo. Se estima que en Soria se producen cuatro y seis mil kilos que se suman a otros 3.000 aproximadamente que se recolectan en toda Castilla y León. La Asociación de Truficultores de Soria pretende conocer la producción real de la trufa en la Comunidad porque los datos no son del todo fiables.