El presidente de Mercadona, Juan Roig, asumió hoy que a su empresa el COVID le “salió cara y a otros les salió cruz” por lo que no pedirán ayudas públicas. Y es que la cadena de supermercados logró unos beneficios de 727 millones de euros en 2020, lo que supone un crecimiento cercano al 17 por ciento respecto a 2019, en el año de la COVID.
Roig explicó que el principal motor de la economía en España, el turismo, ha estado parado, lo que tendrá su impacto económico, y defendió que la reactivación llegará “si cuidamos el espíritu empresarial” y se impulsa el “gen emprendedor” porque “una sociedad es más próspera si tiene más empresarios”, para exigir que se agilicen los trámites en todas las administraciones. “Dejemos que los empresarios hagan cosas, no pongamos palos a las ruedas”, dijo, para asumir que determinados sectores necesitan ayudas ante el “varapalo sufrido”.
El máximo responsable de la distribuidora valenciana defendió que su compañía acometió “la mejor gestión de su historia” durante el año de la pandemia, en “ventas, aperturas y beneficios”, con unos resultados de los que están “muy satisfechos”.”
Los datos aportados por Roig revelan que la marca alcanzó los 26.932 millones de euros de facturación, con 5,5 por ciento crecimiento, en un ejercicio en el que la COVID “cambio todo”. Se congratuló porque no tuvieron que cerrar ninguna de sus tiendas, acabaron el año con 1.641, cinco más que en 2019, y recordó que concluyeron con un millar del nuevo modelo de establecimientos ‘8’ y en 2021 alcanzarán las 1.200.
Roig asumió que carece de una “bola de cristal” sobre lo que ocurrirá en el año 2021 porque hay “muchas incertidumbres” y todo dependerá de la recuperación del turismo y el avance de la vacunación, pero vaticinó un crecimiento en facturación del 3,7 por ciento, hasta los 27.850 millones; unas inversiones de 1.500 millones, la creación de 1.600 nuevos empleos, y un beneficios neto de 700 millones, “parecido al de 2020”. Asimismo, asumió que no entrará en una guerra de precios y que su estrategia será la calidad.
Juan Roig destacó que el año pasado tuvieron que tomar “decisiones valientes” dentro de un sector que fue declarado esencial, “menos en las vacunas”, criticó. El presidente de Mercadona reseñó que adoptaron cien medidas para proteger a sus trabajadores y clientes frente a la COVID, con un gasto de 200 millones de euros, y apuntó a la rapidez con la que compraron mascarillas a “1,57 euros” porque no había tras la declaración del estado de alarma, cuando ahora pagan 0,08 y aunque son de primera necesidad, “por eso no bajan el IVA”.
Trasladó su pesar además por las pérdidas ocasionadas por la COVID, tres trabajadores en la empresa, y recordó su aportación ante las necesidades sociales, duplicando donaciones este año con 17.000 toneladas de alimentos, en cooperación con 290 comedores sociales y 60 bancos de alimentos. Agregó que han encargado a expertos mundiales que analicen por qué todo el mundo se volvió «loco» y se agotaron las ventas de papel higiénico, lo que es un misterio, y apuntó a que «el que lo descubra recibirá el premio Nobel».
Peso en España
Juan Roig expuso el peso de su empresa en el conjunto de España y aclaró que la marca asume el cuatro por ciento del empleo, con más de 600.000 trabajadores de su cadena de valor, y 95.000 directos (1.700 en Portugal), lo que supone la creación de 5.000 puestos el año pasado. Asimismo, representa el 2,2 por ciento del PIB en España, y compra el 85 por ciento de sus productos en el mercado nacional, 21.800 millones, remarcó Roig.
El ejecutivo indicó que el número de tickets medio por tienda se redujo un 16 por ciento, porque la gente “fue menos a comprar por semana”, pero la adquisición media creció un 26 por ciento, hasta los 29 euros. No obstante, reconoció que su marca perdió medio punto de cuota de mercado, por su presencia importante en zonas turísticas, y porque “algunos competidores lo hacen mejor que nosotros”, dijo.
El dirigente empresarial reafirmó su “orgullo” por pagar impuestos para sostener los servicios esenciales como la sanidad o la educación y explicó que la cadena aportó el año pasado 1.933 millones de euros a las arcas estatales. Precisó que pagó 364 millones en Sociedades y 766 de Seguridad Social con cargo a la empresa; y recaudó 387 de IRPF, 266 de IVA, y 150 de las cotizaciones de los trabajadores.
Roig sustanció además que sus trabajadores recibieron dos primas por 409 millones, una de ellas, de 43 millones como reconocimiento a su implicación en la pandemia, con un aumento del abono global del 20 por ciento respecto al año anterior.
El empresario valenciano explicó asimismo que su marca cuenta con 5.500 empresas adheridas y 1.400 proveedores totales y sigue “buscando especialistas” en su apuesta continua por la calidad. Al respecto, comentó que deben mejorar en frescos y «muchos productos» Hacendado «no tienen la calidad que requiere el cliente».
Juan Roig aseguró que el año pasado gastaron 1.500 millones en inversiones dentro de la “restructuración brutal” diseñada a siete años, con un montante global estimado de 10.000 millones de euros. En este sentido, precisó que destinaron esos fondos a 1.130 aperturas, reformas en frescos y listo para comer; 225 millones en bloques logísticos en Getafe, Vitoria y Zaragoza, o 145 en transformación digital.
On line y Portugal
Roig explicó que las ventas online, que se detuvieron durante el inicio de la pandemia, se duplicaron, pero apenas representan el uno por ciento del total. Recordó que este servicio cuenta con 1.400 personas en platilla en Valencia, Barcelona y Madrid, con 176 millones de facturación. “Lo hemos hecho rentable”, dijo.
En canto al servicio listo para comer, también se tuvo que parar de golpe, cuando estaba en 650 tiendas, con 3.000 empleados y 170 millones gastados, pero arrancó de nuevo en octubre, y está “cogiendo velocidad de crucero otra vez”.
Por último, se mostró “muy satisfecho” con Portugal, donde cuenta con 1.700 empleados, 800 nuevos en 2020, con 20 tiendas, y cerrarán el año con 29. Precisó que alcanzaron 186 millones en ventas e invirtieron 113 millones. Asimismo, afirmó que cuentan con “muy buenos proveedores”, a los que compran productos por 350 millones, es decir, “el doble de lo que vedemos”. Roig afirmó que puede que apunten a otros países pero en los próximos seis siete años, trabajarán centrados en consolidarse en Portugal y profundizar en la calidad de todo el grupo.