Una forma de vida. Su forma de vida: El baloncesto. Y con estas dos frases nos adentramos en la historia de una amistad; en lo que podría convertirse en una película de un grupo de amigas de colegio que deciden unirse bajo la sana intención del baloncesto y con ella llegaron muy alto.
Nos remontamos al año 1987 y una de estas protagonistas, Carmen Gómez junto a su gran amiga M. Ángeles Sanz, no dejan de recordar una tarde que tildan de ‘mágica’. Tras su cita habitual de los domingos en misa y la posterior, y obligada parada en la patatería de la calle del Sol, una sonrisa nerviosa se apoderaba de sus caras, quedaba poco tiempo para que “el equipo de nuestras vidas, compañeras de equipo, de colegio e ídolos”, como denominan al conjunto femenino de baloncesto de las Jesuitinas, el CB Jesuitinas Caja Segovia, jugaran el ascenso a la División de Honor. Y ellas lo sabían, por lo que cada domingo disfrutaban de sus partidos, pues eran pequeñas, contaban con 12 años y no tenían edad para participar directamente de esta victoria.
Y un 16 de mayo el sueño se hizo realidad. Ambas pudieron ver cómo el equipo que movía sus vidas, y en el que más adelante jugarían, conseguía el deseado ascenso en San Sebastián en un duro encuentro cuya victoria les abrió las puertas del Ayuntamiento de Segovia. Y con todos los honores ya que “este equipo femenino de grandes deportistas y buenas amigas” se mantuvo en la cúspide del baloncesto femenino durante ocho años disputando su posición contra míticos y grandes clubs como Real Canoe, BEX, Dorna, Halcón Viajes o Universitari de Barcelona.
La ‘escritora de este diario’, Carmen, emocionada, recuerda la ‘fortuna que tuvimos de jugar en División de Honor’. Junto a ella, grandes figuras segovianas, nacionales e internacionales sudaban una camiseta repleta de pasión para conseguir mantenerse en esta división que les dio más fuerzas para continuar hacia delante, ya que la esperanza y la ilusión se mantuvo intacta desde el principio. No puede Carmen, dejar de acordarse de Belén Serrano, Gel, Malú, Concha, Esther Tordesillas, Emma Bezos, Nieves Anula, Ana Andreu, Cati Boswell, Dawn Stanley que fue después seleccionadora de la selección de Estados Unidos o de Dolores, una de las jugadoras más altas que ha pasado por España. Cada una tan parte del todo y el todo tan parte de cada una.
El pabellón de las Jesuitinas, se quedó pequeño. El Emperador Teodosio también y recuerda, con una sonrisa en la boca, las sillas que había que poner en la cancha ante la masiva demanda del público. Hasta el Perico Delgado. Todos las vieron jugar ante jugadoras nacionales emblemáticas
“Si vi ascender a mis compañeras, también participé, esta vez de forma activa, el año en que perdimos la categoría”. Nos comenta Carmen. Palabras íntegras en sus ojos brillantes: “Siempre fuimos un equipo sufridor, con muchas segovianas en sus filas, muchas jugadoras de la cantera y un presupuesto pequeño, salvamos la categoría cada temporada peleando y con casta patria pero en 1995 la falta de presupuesto no permitió fichar a nadie e hicimos buena la candidatura al descenso con un equipo nacional y segoviano que se enfrentaba cada semana a rivales con fichajes nacionales e internacionales”.
Y la magia se volvió a juntar 24 años después
Un cumpleaños y el propio cariño a las amigas y compañeras de tantos años hizo posible un encuentro mágico ante la inminente clausura del colegio de las Jesuitinas. “Este año el pabellón apagará sus focos y cerrará sus puertas por lo que, se hacía una cita obligada reunirse de nuevo, y la idea surge precisamente de un entrañable encuentro en el cumpleaños de Concha Casado, donde nos emplazamos a organizar el homenaje y el reencuentro con el pabellón que tantas tardes y noches nos acogía en maratonianas jornadas de entrenamientos y partidos. Míticas las 24 horas, jornadas intensivas de basket entre amigos y rivales”, nos comenta Carmen.
Y así se hizo mediante un partido amistoso para despedirse de la mejor manera que estas estrellas saben hacer. La tarde del sábado 4 de junio las jugadoras, muchas de ellas exalumnas de Jesuitinas y otras importantes incorporaciones segovianas y nacionales, compartieron risas y canastas para reencontrarse en la pista que vio nacer al club que mantuvo a Segovia en la élite del Baloncesto durante ocho maravillosos años.
Y 24 años después M.Angeles y Carmen abren la puerta del pabellón para recibir entre sonrisas y abrazos a las que esa tarde disputarán su último encuentro en Jesuitinas. Divididas en dos equipos hambrientos de juego en equipo y ante la atenta mirada de familiares, amigos, exjugadoras del Club y entrenadores: Enma Bezos, Atanxa, M. Angeles Sanz, Nuria Fernández, Gema Rascon, Isabel de la Flor, Concha Antona, Concha Casado, Lourdes Cid, Gel, Miriam Maroto, Malú, Susana Martín, Ajo, Noemí, Carmen Gómez, M.Paz y Gel rivalizan cada balón, en jugadas depuradas y no faltas de emoción. Al final todas juntas entonaron el grito de guerra «JESUITINAS» para cerrar un nostálgico encuentro lleno de recuerdos y emociones.
Y del sonido del balón al silencio. El silencio que dejan al cerrar la puerta del Pabellón de las Jesuitinas, «Su pabellón».
Pero por fortuna ésta historia termina con un punto y seguido, porque las sensaciones han sido tan grandes y la experiencia tan fantástica que las que pudieron estar y las que no se ha emplazado a celebrar el veinticinco aniversario del ascenso, esta vez en una fiesta del basket segoviano. El «guante» está echado…. continuará.