El bar La Botería de Segovia acoge desde el miércoles 15 de junio, la exposición fotográfica de la ONG Hombres Nuevos, que acercará al centro de Segovia una muestra de imágenes reflejo de la situación boliviana bajo el título «El plan 3000: utopía y realidad», y que podrán ser adquiridas por los clientes para destinar la recaudación al proyecto de la organización.
La ONG Hombre Nuevos nace en 1999 con el objetivo de trabajar en Proyectos de Desarrollo en América Latina y más expresamente en Bolivia, «promoviendo la participación y el voluntariado social, sensibilizando e informando a la opinión pública, y creando y gestionando recursos para canalizar ayudas económicas recibidas de particulares e instituciones o entidades».
Esta organización, premiada con el Príncipe de Asturias de la Concordia en 1998, continúa trabajando el proyecto del Plan 3000, uno de los barrios de Bolivia en los que la situación de supervivencia se hace cada vez más complicada por la llegada de emigrantes y las malas infraestructuras de sus hogares.
Una situación que con su proyecto de cooperación y desarrollo intentan subsanar y a la que ahora tú puedes ayudar en Segovia. Os reproducimos el comunicado con el que la asociación nos explica la situación el barrio boliviano del Plan 3000.
El Plan 3000: utopía o realidad.
Bolivia vive en la actualidad días de extrema tensión en los que el escenario político, y la incertidumbre que se cierne sobre su basto territorio a cerca de un posible conflicto civil, han desplazado a la terrible situación social en la que se encuentra sumido todo el país. Una nación en la que el 60% de la población vive en la pobreza, el 25% en la miseria, y el escaso porcentaje restante pertenece a una selecta oligarquía. Sin duda, una división poblacional excesivamente desigual, que no hace más que corroborar que nos encontramos ante uno de los países más pobres de Latinoamérica.
Dentro de este contexto encontramos el Plan 3000. Este suburbio se localiza en el séptimo anillo de Santa Cruz de la Sierra, una ciudad perfectamente configurada a través de viales circulares concéntricos al centro de la urbe, en cuyos cinturones externos se aglutinan importantes núcleos de población desfavorecida.
El Plan 3000 es el arrabal más extenso de esta metrópoli. Este barrio fue creado en el año 1982 para albergar a las familias que se quedaron sin casas tras el desbordamiento del Río Piraí, principal cauce que bordea a esta ciudad. Con el paso del tiempo, de las 3.000 personas iniciales se ha pasado a una población de mas de 200.000 personas en condiciones infrahumanas, en calles sin higiene, sin dignidad, y sin otra preocupación que la de subsistir.
La mayoría de las calles no tienen asfalto, no existe el alcantarillado necesario para garantizar una mediana salubridad. Si a ello se le suman las lluvias, que convierten a prácticamente todo el distrito en un barrizal, nos encontramos ante unas condiciones urbanas extremadamente desfavorables para vivir.
Niños trabajando con tan sólo siete años para llevarle dinero a su padre alcohólico, escasos colegios en los que poder recibir una mínima educación, alumnos que se duermen en la escuela porque su estómago esta vacío, madres que alimentan de té a sus hijos para engordarlos y así pensar que están creciendo, chabolas de escasos metros cuadrados en los que habitan todos los miembros de la familia y dónde tienen que hacer de todo (comer, discutir, copular…), padres que abandonan a sus hijos emigrando a España y otros países en la búsqueda de su particular Dorado.
Y si a todo esto le sumamos la llegada de más población “buscando nuevas oportunidades”, en su mayoría campesinos indígenas del altiplano boliviano, nos encontramos con grandes dificultades para crear opciones dignas para la población, y en una cada vez mayor lucha racial entre la población emigrante del interior del país, en su mayoría Collas, y la población autóctona cruceña, Cambas.
Sin embargo, el barrio esta lleno de vida, de niños que corren por las calles jugando con un perro famélico o en cualquier campo de fútbol improvisado, de puestos en el popular mercado del Plan que ofrecen cualquier cosa, de taciturnos karaokes que esperan la llegada de un nuevo talento de la canción, de mujeres arreglándose el pelo en una improvisada peluquería a la vera de un lodo infecto……Un sistema vital en medio de la mediocridad, y en cuyas chabolas no deja de atufar a resignación. Esta normalidad es la que engrandece a este lugar, y también la que disfraza su miseria ante la realidad que hoy ofrece nuestro primer mundo.