Este empresario lidera una firma familiar que le absorbe prácticamente todas las horas del día, abarcando una jornada laboral de hasta 13 horas en el mejor de los casos. Sin embargo, su preocupación por los demás, le llevó a dedicar parte de su ocupado tiempo a crear e impulsar el Banco de Alimentos en Salamanca, una acción solidaria que continuará al frente de la Federación de Bancos de Alimentos de Castilla y León. García asume este reto en un momento complicado, marcado por la crisis económica y por el aumento exponencial de beneficiarios, pero con objetivos claros, como son el de conseguir todo el apoyo institucional posible para realizar esta labor y llegar a un mayor número de empresas colaboradoras.
¿Cómo surgió la idea de poner en marcha un Banco de Alimentos en Salamanca?
Un amigo me contó de la existencia de los bancos de alimentos en España, la labor que llevan a cabo y me pidió que colaborara con esta organización, así que empezamos casi como en broma, con un pequeño local que nos dejaron en el convento de Las Claras, hace ya 11 años y hasta hoy. Este primer emplazamiento se quedó pequeño y nos trasladamos a uno mayor y más adecuado a las necesidades del banco en la calle Sumatra, cedido por el Ayuntamiento de Salamanca, ya que había también problemas para acceder al local antiguo y transportar la comida. Y es que pasamos de mover 18.914 kilos, en el año 1992, a 1,5 millones de kilos de comida en el año 2010, de los que se han beneficiado 14.000 personas en Salamanca.
Una década después afronta un nuevo reto, como es la presidencia de la Federación de Bancos de Alimentos de Castilla y León. ¿Cómo lo asume?
Es una carga gozosa, porque dedicas parte de tu tiempo a los demás y ves que los resultados son inmediatos. Por ejemplo, en Castilla y León hemos repartido ocho millones de kilos de comida en el año 2010, que han llegado a más de 70.000 personas, por lo que estamos hablando de un proyecto muy importante y de mucho calado. Alguien tiene que hacerlo y nosotros lo hacemos con alegría y gozo.
¿Cuándo comenzó su andadura la Federación de Castilla y León?
Comenzó en el año 2001 y hay que agradecer su labor a quienes la pusieron en marcha, que fueron quienes llevaron el peso de la misma, concretamente Palencia y Segovia. Con esfuerzo y tesón han mantenido la federación en funcionamiento hasta que hace año y medio nos hemos adherido el resto de provincias, es decir Salamanca, Burgos, Ávila, Valladolid y Zamora, porque era el momento de unificar criterios y apoyarnos entre todos.
¿Qué objetivos se marca?
Uno de los aspectos más importantes en los que vamos a trabajar es en conseguir el apoyo y compromiso de todas las entidades e instituciones, bien sean ayuntamientos, diputaciones, la Junta o el Estado, es decir, en todos los organismos con los que podemos colaborar. Además, es importante continuar en la línea de colaboración entre todos los bancos de la región para distribuir mejor los excedentes de alimentos, debido a que en algunas zonas hay empresas que colaboran con un producto de primera necesidad, como por ejemplo lo hace la firma Kimberly-Clark en Salamanca, donando productos de papel que se pueden exportar a otras provincias. Procuramos coordinarnos de esta forma para facilitar que lleguen todo tipo de productos a los ocho bancos de la región y que estén surtidos, al igual que lo hacemos con otros bancos del resto de España.
¿Hace falta una mayor concienciación por parte de las empresas de la región o hasta el momento han respondido de forma solidaria?
A medida que nos conocen, las empresas tienen más confianza en esta organización. Hay firmas cuya colaboración supone un ejemplo a destacar, como por ejemplo Pascual, que donó el año pasado muchísimos alimentos que se distribuyeron por toda la región o el Grupo Siro, que surte de todos sus productos cada 15 días a los bancos de alimentos de la federación, con entre 20.000 y 30.000 kilos de comida quincenalmente. Estas empresas, están muy mentalizadas e identificadas con la organización y realizan una labor inestimable. Además, a nivel particular también existe mucha concienciación y se nota en campañas como ‘Operación kilo’, donde los consumidores donan productos de forma directa y que este año se ha cuadruplicado la donación obtenida, conscientes de la mayor necesidad que había de alimentos debido a la crisis, porque los ciudadanos sabían que hay gente que lo está pasando muy mal.
Con la crisis actual la demanda de alimentos se ha disparado. ¿Se va notando ya un repunte en la economía o por el contrario el 2011 se presenta también complicado para las familias
Desde que llevo trabajando en esta organización, ésta es la peor situación de necesidad que hemos vivido, ya empezamos a notar la diferencia a lo largo del año 2009 y en el año 2010 se incrementó muchísimo la demanda de alimentos por parte de las asociaciones, ya que no trabajamos directamente con beneficiarios. Creo que en el 2011 seguiremos por el mismo camino. Posiblemente se tenga que llegar a más de 80.000 personas en Castilla y León.
Ante esta situación, ¿las empresas colaboradoras han podido hacer frente a la demanda o han notado también los efectos de esta coyuntura económica?
Las empresas de la región son generosas, por eso invito a aquellas que aún no lo hacen a que también se sumen a esta iniciativa solidaria. A pesar de la crisis, muchas de las firmas han incrementado sus aportaciones, dando muestra de esa gran generosidad, concientes de la necesidad de hacer algo por quien lo necesita, ahora más que nunca.
¿Ha cambiado el perfil de los beneficiarios que acuden a los bancos de alimentos debido a la crisis?
Venimos notando desde hace tiempo como cada vez acude más gente normal, familias en las que todos sus miembros se han quedado en paro y que tienen hijos a su cargo y transitoriamente necesitan apoyo y esta ayuda. Para nosotros es un placer poderles ayudar a pasar por esta situación. Además abastecemos a 200 asociaciones en Salamanca, por ponerte un ejemplo y procuramos que todos los alimentos lleguen a quienes realmente lo necesitan, a través de las mesas de reparto que se encargan de distribuirlos y que están formadas por 10 personas representando a las administraciones y las asociaciones.
El funcionamiento del Banco de Alimentos se basa en el voluntariado. ¿Cuántas personas hacen posible esta labor?
Puedo dar un dato aproximado, alrededor de 100 personas. Sin embargo, la situación ha cogido tal volumen que nos estamos planteando otra posibilidad complementaria al voluntariado, como es el contar con dos o tres peones que movieran todos los días la comida, para que siempre hubiera personas realizando esta labor. Además, los voluntarios son normalmente jubilados o prejubilados que ya han desarrollado este trabajo en otras empresas, por lo que aportan una valiosa experiencia. Quienes quieran colaborar, pueden acercarse a cualquier centro operativo y aportar su granito de arena, seguros de que van a prestar un servicio y a hacer un bien tan importante. Yo como presidente, dedico dos horas al día al banco de Salamanca, todos los días que puedo y al margen realizo otro tipo de gestiones, como es la visita a empresas para que se involucren en el proyecto. Por ejemplo, ahora estoy trabajando en conseguir llegar a 200 empresas de la provincia salmantina para que donen 200 euros, con los que cubriríamos los gastos y esta es una de las medidas que pretendo exportar también a los otros bancos de la región.
Y en la actualidad, ¿como se sufragan esos gastos corrientes?
Obtenemos subvenciones de administraciones públicas como los ayuntamientos o diputaciones y también colaboran entidades financieras como Caja Duero-España, La Caixa o Caja Badajoz. Además, en Salamanca ya se han sumado a la propuesta de los 200 euros un total de 60 empresas. Necesitamos esa colaboración, porque no decimos que no a ninguna donación de productos, vengan de donde vengan y en alguna ocasión hemos viajado por ejemplo a Pamplona a buscar mercancía y esos viajes hay que sufragarlos, de ahí la importancia de contar con más colaboraciones. También hemos desarrollado en la provincia salmantina durante varios años y con éxito la llamada Lotería Solidaria, obteniendo más de 7.000 euros de recaudación cada año a través de pequeñas participaciones, una idea que ya se hace también en otros bancos castellanos y leoneses.
Tan solo falta por crear en Castilla y León un banco que cubra las necesidades de Soria. ¿Piensan ya en este proyecto?
Si, estamos intentando que Soria se sume a la iniciativa de Bancos de Alimentos y que alguien tome las riendas de este bonito proyecto, porque hasta ahora intentamos cubrir las necesidades de esa provincia a través del banco de Valladolid, pero es más complicado. Es importante que se cree ese banco, que alguien de allí dé el primer paso, que aunque siempre son difíciles, en esta ocasión va a contar con la experiencia y el apoyo de la federación. Espero que en un año o incluso antes, haya gente que quiera hacerse cargo de este banco y se puedan atender las necesidades de Soria desde allí mismo.