María Sheila Cremaschi, directora del Hay Festival Segovia, pone cara y color a la fundación que organiza cada año, desde 2006, la única estación española de una cumbre global de las artes, las letras y el pensamiento que se extiende por 15 ciudades de Europa, Asia, África y América. En literatura, los Nobel Vargas Llosa y Le Clézio; en arquitectura, Norman Foster; en cocina, Ferran Adriá; en comunicación, periodistas de algunos de los diarios europeos más importantes; y la lista continúa hasta rondar los 150 invitados en cuatro días, del 25 al 28 de septiembre, aunque la inauguración es el 20. ¿Demasiados para tan poco tiempo? Cremaschi mantiene su apuesta por un formato que impone y abruma; no rechaza seguir creciendo, pero “no se puede si no se involucran más la sociedad civil y las instituciones”, subraya.

¿Qué distingue el próximo Hay Festival de los anteriores?

Sobre todo el tema central de este año: Europa y todo lo que está pasando. Hemos invitado a mucha gente para que venga a hablar de ello. Por ejemplo estará Lord Chris Patten (27 de septiembre), que fue uno de los grandes comisarios y creadores de la Unión Europea, y muchos encuentros con periodistas de diarios nacionales y europeos. Aparte de la cita del día de la inauguración (20) con los periódicos The Guardian (Inglaterra), La Repubblica (Italia), Tages-Anreizer (Suiza), Gazeta Wyborczca (Polonia) y El País (España), tendremos eventos con The Economist o ABC (27), entre otros. En unos casos hablaremos de la importancia de Europa como identidad cultural, en otros de cómo ha cambiado desde el inicio de la Primera Guerra Mundial…

Recientemente comentaba que percibe paralelismos entre la situación actual de Europa y la que precedió a la Primera Guerra Mundial…

Ahí están los nacionalismos: los de Italia y Alemania fueron el gran detonante de la guerra del 14 y no quiero nombrar los de ahora, pero ahí tenemos Escocia o Cataluña, por ejemplo. Hay muchos paralelismos: la gente está con crisis económica, con lo cual está muy crispada y muchos en vez de buscar soluciones buscan pelea, así que a ver si podemos contribuir con un granito de arena de Segovia al mundo para decir ‘chicos, un poco de mesura, ¿no?’.

¿Cuál es el invitado que más ha costado traer este año?

¿Por agenda o por dinero?

Por agenda, salvo que quiera hablar de dinero también…

No es que no quiera hablar de dinero, no puedo hacerlo por las cláusulas de confidencialidad. Más que costar, que parece que les hemos obligado y no es así, yo hablaría de los invitados que más dificultades han tenido para poder aceptar. Norman Foster y Elena Ochoa estaban complicados, porque Foster acaba de ganar una licitación para construir (en Ciudad de México) uno de los aeropuertos más grandes del mundo y está muy solicitado. Antonio Muñoz Molina también tuvo que cambiar su agenda para coincidir (el día 26) con Cees Nooteboom, que es el gran escritor de los Países Bajos y candidato permanente al Nobel. También era difícil la agenda de Javier Marías: estábamos esperando que terminara su nuevo libro (‘Así empieza lo malo’, Alfaguara) y lo saca el 23, sólo cuatro días antes de presentarlo en Segovia, así que imagina cómo estamos de justitos.

¿Trabajan en la organización con mucha antelación para poder cuadrar esas agendas?

Yo suelo insistir en que para poder organizar esto lo más importante no es tener el dinero (de las empresas e instituciones colaboradoras), sino saber cuanto antes de cuánto vamos a disponer. Sin dinero confirmado no puedo contratar a nadie, y el único que tenemos asegurado cada año con antelación es el del Ayuntamiento de Segovia (60.000 euros).

Y en estas nueve ediciones que ya se han organizado en Segovia, contando la próxima, ¿qué evento ha sido el más complicado de organizar?

La primera edición la preparamos con dos años de antelación, y como un signo del apoyo con el que se contaba para este desembarco vinieron las glorias inglesas. Hubo que coincidir con la agenda de Doris Lessing (1919-2013), que ya no viajaba en esa época y al año siguiente ganó el Nobel de Literatura; vino Martin Amis, y también Ian McEwan… En total estuvieron los diez escritores más extraordinarios de Inglaterra para mostrar su apoyo al Hay.

¿Le habría gustado traer a alguien y no lo consiguió en estos años?

Hasta ahora la verdad es que no, vinieron todos. Sí recuerdo un caso triste, el del editor del diario alemán Frankfurter Allgemeine Zeitung Frank Schirrmacher, que estaba invitado para este año, había aceptado y murió (el pasado mes de junio). Y también había invitado a… bueno creo que es mejor no hablar de gente que muere, ¿verdad? Los que me gustaría y no voy a poder traer son los que murieron antes, de esos podría hacer una larga lista…

Y respecto a los encuentros de esta próxima edición, ¿se atreve a destacar alguno?

Yo creo que hay varios muy destacables, como la conversación de Cees Nooteboom con Antonio Muñoz Molina (26 de septiembre). Este año hay unas combinaciones muy potentes: de escritores hablando con escritores la que acabo de decir, por ejemplo, y la de Le Clézio con Vargas Llosa (día 27). Aparte está la de David Trueba con Elena Ochoa (28); o en poesía, gracias a la Fundación Loewe, los ganadores del premio Loewe Antonio Lucas, Juan Vicente Piqueras y Álvaro García (27). También Antonio Colinas (27), que es el gran poeta de su generación, y después viene un señor que se llama Pablo García Baena (27), al que llamo todas las semanas para asegurar y me sigue diciendo que viene, y además él solo desde Córdoba. Nadie debería perderse la oportunidad de conocer a ese gran poeta vivo español.

El Hay Festival Segovia parece haber sorteado la crisis sin pasar las dificultades que se podían presumir para un evento semejante, enmarcado además en un sector tan castigado por la situación económica como el de la cultura…

Todo el dinero que tenemos lo hemos puesto en los invitados, y contamos con voluntarios para toda la organización. Lo que es el trabajo de hacer el festival lo hacemos con gente importante que regala su trabajo. Tenemos más de 100 voluntarios en total, y estoy hablando desde coordinadores para abajo, no solamente voluntarios rasos…

Pero es que incluso han conseguido incrementar el presupuesto, que ya supera el medio millón de euros…

Sí, pero lo estamos usando nada más que para el programa, con lo cual si empezáramos a contar lo que cuestan los voluntarios, los lugares que tenemos (espacios cedidos para acoger los eventos) o el transporte que nos regalan, imagina a qué presupuesto nos podríamos ir.

Claro que el número de invitados también ha aumentado hasta rondar los 150…

Y además son más caros, más importantes, más famosos.

¿No comentaba hace apenas dos meses que hay invitados que se habían ofrecido a venir incluso por la mitad de su caché?

Sí, pero igual han podido bajar de 100.000 euros a 50.000, y hay que tener esos 50.000… Y como dice, hemos aumentado presupuesto pero además hemos invitado a más gente.

Son más que nunca, y prácticamente todos concentrados en sólo cuatro días.

Son muchísimos, sí, estamos todos para que nos internen en los hospitales (sonríe). Hay que convocar a la gente de Segovia y de Castilla y León para que no se lo pierdan, que se apuren los de la zona porque no pueden quedarse fuera.

¿El objetivo del Hay Festival Segovia es mantenerse o seguir creciendo?

No se puede crecer si no se involucran más la sociedad civil y las instituciones. El tamaño que tiene el Hay es el que se puede hacer si no hay más apoyo estable que el del Ayuntamiento.

No todos los Hay concentran el grueso de su programa en cuatro días…

Los hay de todos los tamaños, este es así y viene así.

¿Y así seguirá entonces?

No estamos barajando nada diferente… por ahora. De momento estamos haciendo este festival.

¿Y por qué no se extiende a más días?

¿Para qué?

Para repartir un poco porque 130, 140 o 150 autores en sólo cuatro días son una auténtica bacanal cultural…

Ese es el titular, de haberlo tenido antes lo habría usado en la rueda de prensa de presentación del programa.

Imagen: Maria Sheila Cremaschi. Directora de Hay Festival Segovia/ Diego de Miguel-ICAL