Sobre las 21:30 horas de la tarde del jueves 27 de junio, los trabajadores del centro donde residía alertaron de la posible desaparición de esta persona, de la cual no tenían noticias desde hacía varias horas. El auxiliado había salido del centro donde residía sobre las 10:00 horas no habiendo regresado a la hora prevista, barajándose la posible desaparición involuntaria. En un principio no se alarmaron porque frecuentemente salía de la residencia y se daba paseos por el pueblo e incluso pasabahoras en su casa, pero en esta ocasión no lo localizaban y al llamarlo a su teléfono móvil no sabía explicar dónde estaba y se le notaba que hablaba de forma incoherente.
A continuación, la Central Operativa de Servicios de la Comandancia de la Guardia Civil de Segovia, dio la alerta a las unidades de servicio de la desaparición, activando varias parullas para que se incorporasen a la búsqueda. Al dispositivo se incorporaron también voluntarios de Protección Civil de Riaza y Cantalejo así como personal voluntario del pueblo, coordinados por la Guardia Civil.
Iniciado el despliegue para intentar la localización de esta persona, dio resultado positivo pasadas las 00:00 horas, cuando fue localizado en un camino ubicado en el término municipal de Urueñas, cerca de unos depósitos de agua, desorientado y con síntomas de deshidratación.
Gracias a la rápida actuación se pudo evitar que el hombre, que ya se encontraba deshidratado, tuviera que pasar la noche al raso agravando así su situación, haciendo los intervinientes honor a esa frase que figura en la Cartilla que los Guardias Civiles llevan tan a gala de “procurará ser siempre un pronóstico feliz para el afligido”.