Parece increíble pensarlo, y mucho más imaginarlo pero, según los investigadores, la realidad podría haber superado la ficción, podría haber ocasionado mucho daño, mucho dolor… Daniel F.A., que fue detenido el pasado martes en Segovia por delitos de terrorismo de corte yihadista, mostró a distintas personas su intención de “inmolarse en un autobús” en la capital segoviana o cometer un “acto suicida” violento en nombre de una organización terrorista en alguno de los numerosos sitios turísticos la ciudad. Así aparece recogido en el auto de la juez de la Audiencia Nacional que lleva el caso, Carmen Lamela, en el que se decreta ingreso en prisión del detenido, que había sido condenado por su pertenencia a los GAL.

La magistrada refleja en su resolución que el detenido desarrollaba una labor “enaltecedora del terrorismo yihadista” a través de diferentes redes sociales y también contaba con imágenes y videos en su teléfono móvil. El auto indica que las investigaciones corroboran “su tendencia a la radicalidad salafista” y su “simpatía por todo aquello que representan los grupos de cortes yihadista belicista”.

El detenido habría señalado que trabajaba para una organización cuya misión sería crear y alimentar la propaganda yihadista a través de internet, desde su domicilio, siempre según los investigadores. Las pesquisas pudieron determinar que Daniel F.A presentaba un “retraimiento social” y limitaba sus relaciones a personas que compartían “su punto de vista radical”.

Destaca el auto que únicamente interaccionaba con personas “vulnerables”, como individuos con problemas de drogadicción o antecedents por delincuencia común, sin trabajo conocido. De esta forma trató de captar un adepto, indica, al que envió abundante contenido yihadista donde se expone su tratamiento “sobre las personas occidentales por no seguir la religión musulmana y el pensamiento de conquistar de nuevo Al Andalus”

La juez indica la conversión al islam del acusado tras el abandono de su vida  de «pecado occidental» y su adaptación a un modo de vida más acorde con la interpretación rigorista del Islam, llegando incluso a repudiar a las mujeres occidentales, al no seguir su misma interpretación radical.

El texto justificativo de su ingreso en prisión señala que el acusado en sus acceso a las red tenía un “marcado interés” en consultar noticias relacionadas con los conflictos sirio iraquí y palestino, así como actividades de grupos terroristas salafistas.

El detenido significó en conversaciones y accesos a internet “su radicalidad de corte salafista belicista así como su predisposición de pasar a la acción”, unos comentarios que “fueron evolucionado hacia una radicalidad vada vez más patente, intensificándose tras los últimos atentados terroristas perpetrados por la organización terrorista Daesh en suelo europeo”.

En zona de combate

El investigado, detalla Lamela, elogiaba las acciones yihadistas y se mostraba abierto a las tesis expuestas por los extremistas, aludiendo al paraíso al que se dirigían los mártires. Incluso llegó a afirmar haber estado en zona de combate. «De esta manera se han detectado continuas alusiones a su intención de querer viajar a Afganistán e incluso su intención de inmolarse en un autobús en Segovia». En una conversación telefónica se refiere a la inmolación en el autobús de la que asegura que le permitiría su entrada al paraíso y no quiere morir en la cama”.

Un conversación grabada el 10 de noviembre refleja, siempre según el auto, el “carácter dominante y machista” del detenido, que aludía a “desprecios por las personas” que no eran de su misma confesión musulmana. Justificaba su actuación como “fiel seguidor de la doctrina coránica, ya que “podía ofender a quien ofendiera” y “no puede pedir perdón a una persona que no es musulmana, sólo puede pedir disculpas”. Agrega su rutina en las mezquitas de Segovia e infiere que “está en un país de infieles”.

Otra llamada recibida por el detenido pone de manifiesto que conoce el idioma árabe y viajó a lugares vinculados al mundo musulmán, como Angola e Israel y hace alusión a que ha realizado “cosas para organizaciones en diferentes países extranjeros”, hablando incluso de “trabajos” en los que tuvo que pegar “algún tiro”. El día 27 de octubre, reconoce en otra conversación haber estado en Afganistán y señala que conoció a una persona con la que se casó pero ya está separado. “Todo ello no haría más que confirmar la hipótesis de que Daniel habría estado en zona de conflicto armado y habría mantenido contacto con combatientes”.

El auto recalca también su interés en Internet por los lobos solitarios y su desprecio por su vida, así como su disposición a “materializar una actividad terrorista”. Así, se sentencia que había indicios suficientes para considerar que este hombre “pudiera estar pergeñando, ideando y planificando la comisión inmediata de algún ilícito penal relacionado con la radicalización yihadista”.

La resolución comenta que “frente a esta abrumante existencia de indicios frente al mismo, Daniel, lejos de ofrecer una versión exculpatoria se ha acogido a su derecho a no declarar”, lo que también fue tenido en cuenta por el órgano.