Las organizaciones Marea Blanca y Foro Social de Segovia organizaron en el Centro de Asociaciones de Autoayuda y Voluntariado la charla «los recortes en sanidad matan, la crisis del ébola»  con la intervención del médico y especialista Carlos Barra y el médico microbiólogo Santiago García Carbajosa.

Durante la charla al nutrido grupo de asistentes se han dado datos significados sobre la procedencia del ébola que data de 1976. El río Ébola es un afluente del Congo, en la República del Congo, lindando con la zona de los grandes lagos en una zona completamente selvática. Allí habitan grandes murciélagos frutifagos, el reservorio del virus. Los murciélagos son inmunes hasta que el virus saltó a los primates superiores (chimpacés y gorilas) con devastadores efectos. De ahí al hombre, con resultados igualmente letales. La media de mortandad en los humanos infectados es del 79%, oscila entre el 40 y el 92%. No hay tratamiento y es altamente contagioso”, explicó García Carbajosa. Al objeto de estudiar el origen de la actual epidemia, declarada en Liberia el 23 marzo de 2014 la OMS movilizó a 60 investigadores, de los cuales 5 murieron. Gracias a eso se sabe que la actual epidemia ha tenido dos brotes: Zaire y Liberia. En agosto la OMS consignaba sobre 1.500 muertes confirmadas por la enfermedad. A 6 de octubre la lista asciende ya 3.381. Una vez en el cuerpo, el virus tiene una fase de latencia de entre 2 y 21 días. En este lapso el infectado no es contagioso, igualmente se ha detectado que un 17% de los infectados no desarrolla la sintomatología. Pero el resto sí, que empieza con fiebre alta, diarreas, vómitos, cefaleas y estrechamiento de las vías respiratorias; una especie de gripe violenta. El virus se ceba en el sistema inmunitario, y en las plaquetas. Sin capacidad de coagulación empiezan a proliferar las hemorragias internas, causa de los moratones en la piel. Al final, en un plazo de unos 40 días desde la aparición de lo síntomas llegan los fallos mutiorgánicos o el fallecimiento por insuficiencia de caudal sanguíneo.

La intervención de Carlos Barra, médico especialista se centró en el traslado y posterior ingreso del  misionero español que, según su opinión, había transmitido una sensación de improvisación que no ayudaba en nada para disipar cualquier temor que la opinión pública pudiese albergar. También hizo hincapié en lo poco convenientes que bajo su criterio fueron las declaraciones de los responsables sanitarios aquellos días.