Ayer se presentaban ante las autoridades regionales las actuaciones llevadas a cabo en las iglesias de Santo Tomé de Cuéllar y en la de Los Santos Mártires, en Íscar (Valladolid). Ambas actuaciones se han desarrollado con una inversión de la Consejería de Cultura y Turismo, cofinanciada con el Fondo FEDER.

Santo Tomé, en Cuéllar

La intervención acometida en Cuéllar ha tenido una inversión de 150.000 euros y ha consistido en las reparaciones en la armadura de la nave principal, restauración de aleros y renovación de la impermeabilización; la reposición completa de la cubierta y de la armadura del cuerpo que comunica la nave con el camarín; el desmontaje y reposición de la cubierta de la sacristía, con sustitución de la armadura y de los morteros de los paramentos exteriores de la fachada meridional. Así mismo, se ha urbanizado el espacio exterior, en el que se ha eliminado la zona de aparcamiento de vehículos.

También, en el interior del templo, se han llevado a cabo una serie de intervenciones en los paramentos y un estudio de la decoración pictórica. Esta actuación, que finalizó el pasado mes de mayo, permitirá que en el futuro se puedan restaurar las pinturas y yeserías del interior.

El origen de esta iglesia, que se sitúa extramuros pero dentro de la delimitación del Conjunto Histórico de Cuéllar, se remonta al S.XIII. La actual Capilla de Santo Tomé, de estilo Gótico fue construida como anexo a la antigua Parroquia de Santo Tomé de estilo Románico-Mudéjar, hoy desaparecida. De la iglesia primitiva sólo se conserva el ábside de la nave principal, descubierto en las obras de rehabilitación de la fábrica y apreciable desde el bajo comercial del edificio, y la torre mudéjar. Destacan de su interior el arcosolio gótico-mudéjar, de elaborada filigrana en yesería que imita las labores arabescas. A la primitiva iglesia se agregó a comienzos del siglo XVIII el Camarín adosado al ábside de la cabecera y en el siglo XIX se construyeron dos alas anexas que conforman la actual sacristía y pasillo de acceso al camarín. Es en esta zona de acceso al camarín donde se ha intervenido, restaurando las cubiertas que presentaban problemas de filtraciones, desprendimientos y pérdida de materiales.

Iglesia de los Santos Mártires de Íscar 

La iglesia, declarada Bien de Interés Cultural desde el año 1931, fue en su origen de estilo románico-mudéjar como se observa en el ábside de ladrillo de la cabecera y sufrió diversas transformaciones en el siglo XVIII. Se encuentra elevada sobre un promontorio dentro del tejido urbano de Íscar, delimitado por un muro de contención perimetral de piedra al que se adosaron edificaciones que distorsionaban el espacio entorno al monumento. El Ayuntamiento ha ido adquiriendo estas construcciones y procedido a su derribo para tratar de recuperar el entorno, y la Consejería en 2017 encargó un proyecto para la puesta en valor de la iglesia y su entorno que ha ido ejecutándose por fases. 

Las dos primeras fases, que se están acometiendo por acuerdo entre la Diócesis de Valladolid y el Ayuntamiento de Íscar, se centran en los trabajos más urgentes de la zona norte. La siguiente, llevada a cabo por la Consejería, afecta a la zona oeste de la plaza elevada. Los trabajos correspondientes a esta fase han permitido recuperar el acceso de la fachada oeste, cegado en el siglo pasado y mejorar la accesibilidad al templo.

Esta intervención, que ha supuesto una inversión aproximada de 50.000 euros, ha consistido en la reapertura del acceso a la nave de la iglesia por la portada oeste; la supresión de las barreras urbanísticas, incluyendo la construcción de una rampa y el refuerzo de la plataforma previa al nuevo acceso; la pavimentación de la zona oeste de la plaza y levantar la rampa metálica existente.

Imagen de Turismo Cuéllar.