El Festival Internacional de Títeres Titirimundi, después de que la semana pasada se despidiese de la capital segoviana ayer hacía lo propio la extensión del mismo a la provincia.
Desde el 20 de agosto el festival ha acercado distintos espectáculos a los pueblos del territorio, como parte del acuerdo que la Diputación de Segovia y el festival llevan años suscribiendo, con el objetivo, una vez más, de que la cultura sea accesible a todo el público segoviano, independientemente de dónde resida, según un comunicado de la institución provincial.
De este modo, y después de que el 20 de agosto fueran Nava de la Asunción y Otero de Herreros, con Tropos Teatro y El Retablo, los encargados de abrir el telón, ayer Garcillán y Torrecaballeros despedían con aplausos a Mundo Costrini y Jean Phillipe Atchoum, responsables de cerrar la más de una treintena de actuaciones vividas con éxito en todos los rincones de la provincia.
Y es que, durante las tres últimas semanas, un total de doce compañías, entre las que han figurado, además de las ya mencionadas, otras como las de los húngaros Bence Sarkadi, el danés Alex Marionette, o los prestigiosos Titiriteros de Binéfar, han llenado los pueblos de títeres de toda la vida, espectáculos de risa, marionetas peculiares e innovadoras y muchos aplausos, que han dejado sentir el cariño que la provincia guarda hacia un festival que es toda una tradición para los segovianos.
En esta XXXV edición la Diputación ha invertido alrededor de 65.000 euros; cuantificados, no en los cachés de las actuaciones -cofinanciadas junto a los ayuntamientos-, sino también, a través de la cesión del Teatro Juan Bravo y el Museo Esteban Vicente.
En estos dos espacios, entre el 2 y el 5 de septiembre, se llevaron a cabo ocho funciones -cuatro en cada uno de ellos- de diferentes espectáculos, incluida la inauguración oficial del Festival, en la que actuó la rusa afincada en Bélgica Natacha Belova, quien llevó al escenario del teatro más importante de la provincia su montaje ‘Chaika’.