La llegada del invierno está a la vuelta de la esquina pero ya han empezado sus características más notables, sobre todo al volante: lluvia, frío, nieve… todas ellas son situaciones que aumentan los riesgos de accidente al volante. Sin embargo, son muchas las precauciones que podemos tomar para minimizarlas todo lo posible. Os contamos algunos datos interesantes que nos hace llegar el comprador de seguros Acierto, que sitúan al mal tiempo, pero también a las imprudencias, como los principales causantes de algunos sustos en carretera:

Hazle a tu coche una puesta a punto, sobre todo antes de viajes largos

El 49% de los conductores solo lleva el coche al taller si detecta algún problema técnico. Los motivos son varios: el precio de estas revisiones es la causa de no llevarlo con mayor frecuencia para un 21% de los conductores.

Uno de los problemas que más incómodos pueden resultar con mal tiempo es el mal estado de las escobillas. 7 de cada 10 automovilistas reconocen haber conducido con las escobillas en mal estado. Y el 60% ni siquiera comprueba que el parabrisas permita una correcta visibilidad. Esto dispara el riesgo de accidente por problemas en la visibilidad de la carretera.

El cambio de los neumáticos es otra asignatura pendiente. Casi el 70% de los conductores no los cambia a tiempo, algo que es básico si conducimos con frecuencia en esta época del año.

Conducir bajo los efectos del alcohol

El alcohol sigue siendo un problema importante: El 14% de los conductores afirma que lo hace regularmente. El 45% reconoce haberlo hecho alguna vez.

La lluvia aumenta el riesgo de accidente un 70%

La lluvia es, con un 81%, el fenómeno con mayor presencia en accidentes de tráfico. Le siguen la nieve (9%), la niebla (6%), y el viento (4%). Los efectos de la lluvia en la conducción y en el funcionamiento del vehículo son tremendamente notables: influye en la adherencia de los neumáticos, disminuye la visibilidad, aumenta las posibilidades de sufrir aquaplaning, modifica el entorno visual, e incrementa la fatiga del conductor -que debe circular prestando más atención-.

Recomendaciones para conducir más seguro con lluvia: 

  • Revisar el estado de los neumáticos
  • Encender las luces
  • Aumentar la distancia de seguridad
  • Parar en un lugar seguro cuando la visibilidad se reduce en exceso
  • Fijarse en el asfalto
  • Tener en buen estado las escobillas del limpiaparabrisas
  • Aplicar un tratamiento repelente en el parabrisas
  • Estar atento al entorno.
  • Adecuar la velocidad al estado de la vía.

Conducir seguro con viento

Algunas ideas son aumentar la presión de los neumáticos (unas cuatro décimas sobre el valor recomendado) para evitar que la cubierta se deforme menos y el coche gane un punto de aplomo. Reducir la velocidad y bajar una o dos marchas para aumentar la respuesta mecánica son otros puntos aconsejables. En las curvas es importante no girar de más, sobre todo si el viento empuja en la misma dirección.

Evita colocar el equipaje en el techo del vehículo ni en remolques.

Hay que tener especial precaución cuando se entra en un túnel o paso, y cuando se vuelve a salir de él. Aquí controlar bien la dirección es clave. Algo parecido ocurre si pasamos al lado de un camión de grandes dimensiones, momento en el que se produce el conocido como efecto pantalla. En cualquier caso, sujetar el volante con firmeza es fundamental si se circula con viento.

Existen vientos más peligrosos que otros: no será lo mismo que incida sobre el lateral del coche que sobre la parte frontal o trasera. El primero implica mayores riesgos, mientras que en la parte delantera incrementará el consumo y retendrá el avance del coche.

Con nieve, siempre alerta

Para conducir con nieve lo mejor será hacerlo con suavidad, incrementando la distancia de seguridad, con las luces de carretera encendidas y sin superar el 20% de la velocidad límite de agarre. Otras recomendaciones son:

  • Colocar cadenas o neumáticos de invierno: hay que saber cómo hacerlo.
  • Tener el depósito de combustible lleno.
  • Revisar los neumáticos.
  • Comprobar el estado de carga de la batería. 1 de cada 5 averías son por problemas relacionados con ella.
  • Adaptar la altura de los faros.
  • Conocer los niveles y colores de la nieve de la DGT.

No es recomendable desconectar el control de tracción, que evita que las ruedas patinen al acelerar. No obstante, hay dos excepciones: cuando queremos iniciar la marcha sobre la nieve y el coche no sale; y cuando se circula con cadenas.

También hay que tener en cuenta cómo afecta la sal de la carretera al coche y cómo protegerlo. Aunque esparcirla es una medida preventiva para evitar la formación de placas de hielo, transitar por vías cubiertas de sal puede dañar los bajos y la carrocería del vehículo, e incluso los frenos. En el caso de las motos el efecto es todavía más corrosivo, pues sus componentes se encuentran más expuestos.

Para evitar problemas es recomendable incrementar los cuidados generales del vehículo y la limpieza, que permitirá eliminar los restos de sal. En definitiva: conviene lavar el coche con agua dulce cuanto antes tras circular por carreteras con sal. Algunos locales de lavado cuentan con instalaciones específicas para limpiar los bajos y el chasis, donde puede depositarse mucha sal. Otro consejo es aplicar algún tipo de cera protectora a la carrocería para aislar mejor la pintura.

Lleva un kit de inverno en el coche

Más allá de los consejos específicos de conducción, durante el invierno (o durante las épocas más frías) es recomendable llevar en el coche un kit de invierno compuesto por los siguientes elementos:

  • Agua: para estar hidratados si tenemos una avería o accidente que inmovilice nuestro vehículo.
  • Barritas energéticas, frutos secos o similares: se trata de tener a mano alimentos energéticos que no ocupen espacio y que compensen la pérdida de calorías generada por el frío.
  • Ropa de abrigo y mantas: idealmente que permitan manejar bien las diferentes herramientas del coche. Para cambiar una rueda cómodamente, por ejemplo, o colocar las cadenas.
  • Cadenas de nieve: si no se dispone de neumáticos de invierno. Es clave que se encuentren en buen estado.
  • Rascador de cristales: para retirar el hielo y la nieve del limpiaparabrisas, los retrovisores, etcétera.
  • Pala: de pequeño tamaño, para desatascar las ruedas del coche.
  • Cargador y batería externa del móvil.
  • Descongelante: productos específicos para eliminar el hielo más cuajado y descongelar las cerraduras bloqueadas.
  • Cables de batería: como revelan los datos, se trata de uno de los elementos más perjudicados. Razón de más para llevar unas pinzas de arranque también.
  • Linterna: en invierno anochece más temprano y con la oscuridad todo se complica.