La primavera ha llegado, y aunque durante estas dos semanas la climatología ha sido más propia de meses de invierno, finalmente la vuelta a la normalidad y la flexibilidad de restricciones nos está permitiendo retomar las reuniones sociales con los nuestros y a inundar las calles para celebrar la Semana Santa a lo largo y ancho del país.
Durante estas vacaciones se están llevando a cabo multitud de desplazamientos como viajes de ocio, y muchas personas se reúnen en la calle con amigos y familiares para disfrutar del tiempo libre y de los eventos propios de la Semana Santa, algo que llevamos dos años sin celebrar. En este contexto, cabe destacar que estas fechas están también marcadas en el calendario gastronómico por un sinfín de platos y dulces regionales, por ello, los nutricionistas advierten la importancia que tiene durante esta semana evitar los excesos y poder disfrutar de estas comidas de un modo saludable.
Los desajustes en la alimentación pueden derivar en problemas mayores si no nos cuidamos, además de ser responsables de la aparición de múltiples afecciones en nuestra salud: glucosa alta, presión arterial, ataques cardíacos, problemas óseos y articulares, apneas o problemas en el hígado son algunos de los impactos que puede acarrear una mala alimentación.
Teniendo esto en cuenta, resulta de gran relevancia seguir las pautas de los expertos para disfrutar de la Semana Santa a la vez que cuidar de nuestra salud. En este sentido, el Dr. Jesús Román Martínez, presidente del Comité Científico de la Sociedad Española de Ciencias de la Alimentación (SEDCA) y de la Fundación Alimentación Saludable, destaca que “este tipo de celebraciones que estamos volviendo a retomar poco a poco, nos llevan a presenciar reuniones con amigos y familiares, o viajes de ocio en los que debemos tener en cuenta la importancia de mantener el estilo de vida y dieta saludable que viene marcado por la Dieta Mediterránea. Para ello, podemos elaborar los platos típicos de la Semana Santa en su versión más saludable y equilibrada, así como tratar de evitar los excesos y atracones para no influir negativamente en nuestra salud.” Como recomendación principal durante esta semana, el profesor Martinez aconseja evitar la acumulación de comidas excesivas, y alternar con opciones más saludables como verdura y frutas.
Un elemento clave que forma parte de la Dieta Mediterránea, y de nuestras celebraciones culturales, es el consumo de bebidas fermentadas como la cerveza. Esta se ha observado de manera interesante en múltiples ocasiones desde la evidencia científica, ya que es capaz de aportar beneficios en el sistema inmune, como silicio, ácido fólico y antioxidantes. Este patrón se da siempre que se consuma de manera moderada y por adultos sanos. Además, el consumo de bebidas fermentadas ha de estar acompañado siempre de alimentos, de manera social y absteniéndose o consumiendo la opción SIN que está especialmente indicada en situaciones que deben excluir el consumo del alcohol, como es la conducción, o se esté bajo tratamiento médico, embarazo o lactancia.
Bajo este precepto, el profesor Martínez afirma que “no solo debemos tener en cuenta el consumo de alimentos como parte de la Dieta Mediterránea, y recordar el papel fundamental que tiene la hidratación”.
Así, cabe destacar que la bebida más importante de nuestra dieta es el agua, sin embargo, existe la posibilidad de optar por bebidas fermentadas debido a varios motivos: el aporte calórico total de un vaso de 200 ml (una caña) de cerveza aporta tan sólo 88 kcal, siempre sin olvidar que el consumo moderado diario sería de 200 ml de cerveza en el caso de las mujeres (una caña) y de 400 ml en varones (dos cañas)
Por tanto, durante esta Semana Santa, el consumo moderado de cerveza puede convertirse en una opción para celebrar esta fiesta y, de esta manera, mantener un estilo de vida sano que concuerde con el patrón de dieta mediterránea.